7-Bruja

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Texteo por última vez un mensaje al grupo de amigas que tenemos registrado para chismosear y bromear, bloqueo el teléfono estirando mi cuerpo para quitar algo de flojera que habita en mí.

Un "Te extraño" con emoji triste llego cuando estaba a punto de entrar a bañarme.

Era algo típico en nuestra relación, respondí un " yo más, Jay" obteniendo devuelta un " no soporto más a esa víbora".

Y aquí volvimos de nuevo, la flamante prometida de Thiago se había mudado a la casa de los Bieber hace aproximadamente cuatro meses volviendo esa tranquila casa en un caos que Thiago permitía.

Desde ese tiempo había estado evitando tropezarme siquiera con su presencia, no podía sopórtala y no por el hecho de que fuera a casarse con mi hombre, no, ella realmente era una arpía.

Entre al baño con el teléfono en la mano cuando comenzó a sonar con el tono predeterminado para Jay, presione el alta voz y los deje sobre el inodoro mientras me desvestía.

-Ven a casa - hablo ronco, seguro despertando de su siesta- imagina que hago un puchero y eso te enternece.

- Ven tu acá, Jay- suavice la voz logrando que lloriquear en broma.

-no, no puedes exiliarte de aquí solo porque mi hermano mayor es un idiota y tú lo amas.

- no es eso.

- si lo es, debes estar lista en media hora iré por ti -Y colgó sin más.

Tan mandón como se caracterizaban los Bieber.

metí uno de los pies en la tina tocando el agua con la punta de los dedos para después entrar en ella y relajarme por varios minutos para proseguir a ducharme mejor con la regadera.

extendí las piernas a lo largo de esta acomodándome mejor dentro de la espumosa agua con olor a frutas, cerré los ojos brevemente recostando la cabeza sobre el filo de la tina, la puerta del baño sonó varias veces con golpes brusco logrando que levantara la cabeza y girara mi cuerpo lleno de espuma. -No puedo creerlo, Faraih, aun estas en el baño- no pregunto, simplemente lo afirmo- apuesto todo a que te quedaste dormida -mordí mis labios para no reír y me hundí mas en el agua hasta que este toco mi barbilla- te quiero en cinco minutos abajo -gruño divertido Jay, conociéndome mucho mejor que cualquiera de mis cinco hermanos.

Al escuchar el ultimo portazo que representaba la puerta de mi cuarto que da al pasillo entendí que había salido dejándome chance para que pudiera vestirme y arreglarme.

Me puse de pie abriendo la regadera para quitarme el líquido jabonoso y drenar la bañera hasta quedar totalmente limpia, cerré esta con la mano y corrí la puerta de vidrio agarrando la toalla para cercarme el cuerpo y salir del baño envuelta en ella hasta mi habitación.

Fui hasta la puerta y le pasé seguro por si alguno de mis inoportunos hermanos que no respetaban la privacidad se atrevía a entrar sin tocar.

Puse mis bragas y elegí un vestido suelto color claro con un par de botones dorados al frente de este sin brassier, recorrí todo el cuarto buscando uno de mis zapatos favoritos que no encontraba por ningún lugar dentro del armario.

Me detuve pensando hasta que frente a mi debajo de la cama un color beige pego con mi vista, gateé hasta la cama encontrándolos sobre otro montón de zapatos.

Mi madre iba a matarme si entraba a mi cuarto y veía tal cosa debajo de mi cama.

Enfunde mis pies en la mejor creación de zapatos que pudieron lanzar al mercado y un ruido de la perilla en un intento de abrir me hizo tomar un par de antojos junto al móvil, trote hasta la puerta y quite el pestillo encontrándome a Jay.

Primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora