24- Compromiso

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Mataron 1/4

Milo había aprovechado  todo  esto  para pedirle mi mano a mis padres y hermanos justamente en la casa cuando fue la hora de cenar.

No me lo esperaba, no iba negar que el lo comento varias veces durante este año de noviazgo pero nunca le presté  atención  porque  era raro que un hombre se quisiera casar tan joven y tan pronto, puesto que  no llevábamos  mucho siendo novios.

Todo se convirtió  en una locura de felicidad, mi madre  no paraba de gritar de felicidad y de comentarle a todos por llamada,yo solo me quede sentada en mi puesto mirando a todos  perder la cabeza y un anillo en mi dedo.

En que momento  me había convertido  en un objeto, nadie me preguntó  si quería  casarme,el solo dijo que lo haríamos  y mis padres dieron el sí.

No estábamos en los  años 1400, pero en mi mente todo pasaba  en cámara  rápida.

Mi momento de conmoción paso, y les dije que no quería ninguna fiesta, pero esta vez nadie me escucho  y todos  estaban de acuerdo que seria perfecto una fiesta de compromiso.

Tan solo llevábamos  cinco días aquí, y yo tampoco sabía que  a él se le iba ocurrir pedirme matrimonio.

Pero dijo  que estuvo  pensándolo bastante y estaba  decidido también que vio bien la oportunidad de hacerlo con toda la familia  aquí reunida.

Yo me sentía  un poco  mal,él  estaba féliz  con  todo esto y yo simplemente  no quería, no estaba preparada.

Y menos después  de lo que paso ayer.

[...]

La recepción estaba llena de personas  que solo había  visto  una vez en mí  vida y seguramente  cuando tenía  como 6 años.

Todo el  mundo parecía  estar disfrutando  la fiesta menos yo que era la que se estaría casando en unos meses.

Porque si, ni un 6 meses ni 1 año. El quería casarse en 3 meses y tal parece  que yo no tenia voz ni voto  en todo.

Busque a Giago con la mirada y lo encontré  correteando  por todo el jardín, me incliné  en las barandas y lo admire un rato.

De pronto  a lo lejos se acerco un hombre, me alarme al ver que Giago y otros niños se acercaba  tan confiados, cuando estuvieron de frente a la luz  puede ver que eran Jay y Thiago.

Suspire de alivio.

Los hermanos se arrodillaron y agarraron a los  pequeños y comenzaron  hacerles cosquillas jugando un poco.

Al parecer  Thaigo sintió  mi mirada y subió  la suya hasta mí.

Uno de los meseros me dio una copa y la tomé, subí  el  vaso a mi boca y de un solo trago me lo bebí arrugando el rostro por lo fuerte que estaba.

Me aleje del pequeño  balcón  y volví  al salón  de fiestas, Milo bailaba y celebraba con personas que ni conocía.

Mis hermanos había desaparecido, mejor dicho, no habían llegado  a la fiesta aun podía jurar que no estaban de acuerdo. Ninguno  les agrado Milo y no duraron  en mostrar  su despreció.

Camine hasta el baño, la fiesta no estaba saliendo  como esperaba  y estaba comenzando a tener una crisis de nervios.

Thiago no había parado  de insistir  sobre giago y de un momento a otro explotaría, y le confirmaría lo que el ya sabía.

El solo quería  obligarme a confesárselo, oírlo de mi voz.

Puse las manos sobre el lavabo y abrí  la llave del lavamanos para mojar mi rostro.

Primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora