16- enferma

328 23 4
                                    

Maraton 1/2

El dolor de cabeza  no me dejaba en paz.

Llevaba días con el y solo se aliviaba  un poco pero no desaparecía, por las noches lloraba de la migraña que me causaba y llegaba hasta vomitar aunque no tuviera nada en el estomago, porque no comía mucho.

No era nada nuevo estas  migrañas, de niña  mi mama decía que  eran muy  frecuentes el dolor y los vómitos, pensaron que era alguna bacteria pero nunca supieron que las provoca, y los médicos solo me mandaban hielo y esperar que pasara.

Decían que era algo hereditario, ya que parte de mi familia sufre esta migrañas con frecuencia cuando no se alimentan bien o evitamos las horas de comida.

Cuando vomitaba  el dolor se pasaba  bastante. Y aquí estaba con el rostro dentro  del retrete, y mi madre preocupada  cuidándome, el medico local me mando unas aspirinas y recomendó reposo hasta esperar que me pasara.

Mis hermanos  querían llevarme a la ciudad pero el médico  dijo que no era recomendable  que viajara así.

Llore.

Por primera vez en bastante días llore, echándole  la culpa a la migraña pero muy dentro  de mi sabia que lloraba  por Thiago Bieber.

Por como habían  ocurrido las cosas esa mañana siguiente, todo se acabo y nada iba a ser igual -Ya mi niña, cuando esto pase. Te llevaremos a la clínica - asentí. Limpiándome los labios con una toalla, junto con el montón de lagrimas que corrían por todo mi rostro.

Mi estado de ánimo había empeorado, mi cuerpo  se sentía  débil  y todo  aquello que comía lo vomitaba así que no tenia fuerzas ni para levantarme de la cama, tenia una papelera a mi lado por si no podía llegar hasta el baño.

Tome un poco de jugo de mi envase, todo se comenzó a poner borroso ante mis ojos pero decidí no prestarle mucha atención. Podía notar como la gente se encontraba feliz en el pueblo, pasaban de un lado a otro sonriendo y hablando sobre cualquier cosa.

Una pareja de ancianos se paro junto a nosotros a conversar, los conocíamos de hace años, la verdad mis padres los conocían desde antes que yo naciera. Eran unas personas muy buenas que vivían en una casita apartada del pueblo, cerca de una montaña.

No había  querido salir de la cama hoy,pero  Jay y Jussara  había insistido  en que tomara un poco de aire fresco y no quería hacerles un desplante, ya lo peor había pasado y el doctor nos dijo que podía comenzar hacer mi rutina diaria pero sin mucho esfuerzo.

Estábamos en la plaza central  del pueblo, no estaba de ánimos para estar un paso mas a  ningún  lado. Se me estaba haciendo difícil respirar, pero seguí ahí, no quería ser una fastidiosa quejándome de que me sentía.

No aguante mas- Jay - susurre sintiendo que todo me daba vueltas, no tenia fuerzas en el cuerpo. toque su brazo, dejo de hablar para mirarme y su rostro cambio cuando poso su mirada en mi.

Caminamos unos pocos metros para tomar asiento en uno de los bancos, cuando veo a Thiago caminar frente a nosotros, venia de la mano de una joven mujer mucho menor que el pero unos años mayor que yo. 

Sonrió caminando hasta  nosotros, todo estaba mal aquí.

Desde que salí de la casa supe que era una mala decisión, estufera entre mis sabanas sufriendo sola y no aquí.

La mujer no soltaba su brazo  y este le sonrió, sin previo  aviso beso sus labios justo delante de mí.

Comencé  a sentir el cuerpo mucho mas pesado que antes, la  respiración era forzosa hasta hiperventilar y la vista me fallo volviéndose oscuro.

Primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora