( PONYO EN EL ACANTILADO )
Tareas, exámenes, proyectos, exposiciones.
Jungkook tenía bien en cuenta que cuando estuviera a punto de graduarse, no tendría tiempo ni para respirar tan siquiera; pero no se imaginó que sufriría tanto. Soltó un suspiro a la vez que dejaba caer el bolígrafo encima del cuaderno. El cuello le comenzó a doler minutos atrás al igual que la espalda.
Habían pasado, más o menos, dos semanas desde la última vez que visitó a Yoongi. Dos semanas desde que lo vio en su estado más vulnerable. Se sentía algo culpable, puesto que no había podido avisarle que se ausentaría debido a sus obligaciones; aunque lo más probable es que a Yoongi no le importaba en lo más mínimo.
Con un pequeño deje de tristeza y decepción, Jungkook pensó que tal vez Yoongi no lo había echado de su casa aún por simple educación, quizás el mayor ya se estaba hartando de él y de sus tontas esperanzas de hacerle ver la vida de otra forma.
Pero a pesar de todo, no tenía intención alguna de rendirse. No todavía.
Yoongi cerró el libro que se encontraba leyendo al escuchar el timbre y, sin muchas ganas, se levantó del sillón. Al abrir la puerta, Holly comenzó a ladrar con emoción, por lo que el saber quién lo había visitado no le fue para nada difícil.
O tal vez fue por el perfume que Jungkook suele usar.
Se dio la vuelta a la vez que soltaba un bufido por lo bajo, se sentó en el sillón y abrió nuevamente el libro; dispuesto a seguir leyéndolo. Jungkook parpadeó confundido por la acción repentina del mayor. Entró y cerró la puerta detrás de sí, le sonrió a Holly y lo acarició un poco.
—Buenas tardes, hyung —saludó mientras se acercaba—. ¿Cómo está? ¿Ha estado comiendo bien últimamente?
Hizo una mueca al notar que Yoongi no le ponía ni la más mínima atención. —¿Se encuentra bien?
—Creí que ya no vendrías. Apuesto que tus amigos son más divertidos que pasar el rato aquí —comentó, usando el mismo tono de voz de el primer día que se conocieron. Oh, ahí está el problema —. Además, ¿por qué estás siendo tan formal?
Jungkook sonrió enormemente, no pudiendo evitar hacerlo.
—Lo siento, supongo que es la costumbre —respondió, sentándose en el suelo en frente de Yoongi. Como si se tratase de un niño pequeño escuchando las anécdotas de su abuelo —. Y mis amigos son divertidos, sí. Aunque algo pesados. He estado ocupado con proyectos, exámenes y tareas; por eso no he podido venir, no por otra cosa, hyung.
Soltó varias risas al ver que Yoongi no hacía ni decía nada, pensó que su hyung podía ser tierno cuando se lo proponía.
—No te preocupes, Yoongi. No te librarás tan fácil de mí.
—Más te vale, mocoso.
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SUSURROS DEL CORAZÓN.
Fanfiction© 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐊𝐎𝐎𝐊 : Min Yoongi fue un gran fanático de los instrumentos cuando era niño. Sin embargo, debido a su enfermedad, continuar haciendo lo que más amaba le fue imposible.