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( CUENTOS DE TERRAMAR )


¿Qué pasaría si un día de repente nos quedáramos sin audición?

Cuando despierta, no hay ruidos. Es casi (por no decir totalmente) incapaz de percibir cualquier sonido tanto del exterior como del interior, no puede explicar detalladamente lo que es capaz de escuchar, sólo existe ese extraño zumbido que lo tiene hastiado. Se pasa ambas manos por el rostro tratando de desperezarse, extiende su brazo derecho y toma los aparatos que se encuentran en la mesa de mármol que tiene a un lado de su cama; se sienta en la cama y se los coloca.

Oh, ahí están. Los pájaros cantando, el motor de los carros, el ladrido del perro de su vecino, su madre preparando el desayuno.

La clasificación de la pérdida auditiva o hipoacusia va a depender de varios factores tales como el momento, la localización y el grado de pérdida, teniendo en cuenta que la pérdida de audición puede ser unilateral (un solo oído) o bilateral (ambos oídos). Aunque el término de sordera implica un determinado grado de pérdida auditiva, éste se ha utilizado y se utiliza tradicionalmente para hacer referencia tanto a la pérdida leve como profunda. Desgraciadamente no tiene una cura, sólo puedes ir con un médico y tratártela, mas no puedes deshacerte de ella.

Estiró ambos brazos, esbozó un sonido de satisfacción al escuchar los huesos tronar. Se quitó las mantas de encima y se dirigió al baño, una vez hizo lo que tenía que hacer, fue directo hacia la cocina. Su casa no era de dos pisos, mas bien era algo pequeña, pero perfecta para tres personas. No tenían muchísimo dinero, se podría decir que son una familia de clase media; pero hay veces en las que las cosas no van bien que no tienen para alimentarse. Afortunadamente son contadas las veces en las que se vieron atrapados en ese tipo de situaciones.

Jungkook le sonrió a su madre y musitó un "buenos días" mientras tomaba un plato y utensilios, se sirvió el desayuno y se dispuso a comer con tranquilidad. Por fin se encontraba en época de vacaciones, un gran peso de se le quitó de encima cuando terminó todos los exámenes. Ahora ya tendría el tiempo suficiente para dedicárselo a su trabajo y a las visitas que le hacía a Yoongi.

—¿Irás hoy a casa de Yoongi? —su madre preguntó. Jungkook asintió, incapaz de hablar por su boca llena de comida —. Hace unos días hablé con la señora Min por teléfono, te dio las gracias. Al parecer Yoongi está mucho mejor ahora, me comentó que ya no rechaza las visitas de sus familiares y amigos, estás haciendo un buen trabajo, Jungkook.

Sonrió, su progenitora no le hacía cumplidos muy seguido, y ni hablar de su padre.

—Te lo agradezco, madre. Pero yo no he hecho nada, sólo estoy haciéndole compañía. Es Yoongi quien ha empezado a cambiar para bien por sí solo.

La señora Jeon asintió, sentándose en la silla frente a él. Le dio un sorbo a la taza de café y nuevamente habló: —Entonces ya no tienes que ir todos los días, ¿cierto?

—Ya no lo hago porque la señora Min nos pidió ayuda, sino porque me gusta —confesó—. Además, hyung no me ha dicho que le molesta. Supongo que está bien que siga yendo.

—Deberías enfocarte en estudiar y ser como tu hermano, ¿ya dejaste esa tonta idea de ser escritor? Eso no te va a dar de comer, Jungkook, ya te lo hemos dicho un sin fin de veces pero no quieres entender, es mejor que te conviertas en un abogado exitoso. Tu padre te dio permiso de trabajar cuando entraste a preparatoria, pero ahora que vayas a la universidad únicamente te dedicarás al estudio; dejarás ese trabajo, no más salidas con tus amigos y ni mucho menos visitarás a Yoongi. Eso es lo que te quita más tiempo, estoy segura que él y la señora Min lo entenderán; además, no creo que a Yoongi le importe si dejas de verlo.

—¡No es justo, madre! Sé que ahora que entre a la universidad tendré menos tiempo, ¡pero no por eso me van a prohibir cosas! Prácticamente me estás pidiendo que me quede encerrado en mi habitación las veinticuatro horas del día —se quejó, tratando de no elevar mucho la voz o si no su mamá se enojaría.

Silencio, Jungkook. No puedes opinar sobre esto, tu padre y yo lo hemos decidido así y a ti no te queda de otra más que acatar nuestras órdenes, ¿de acuerdo? Esta discusión termina aquí.

Jungkook se mordió el labio inferior con fuerza, se apoyó en el respaldo de la silla, rendido. Jugueteó con el tenedor, sintiendo cómo el apetito se le esfumaba.

SUSURROS DEL CORAZÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora