13.

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( EL REGRESO DEL GATO )



Jungkook tarareaba una canción de su solista favorita por lo bajo, con su mano izquierda acariciaba los cabellos negros del mayor, el cual se encontraba cómodamente acostado en su regazo. Sonrió. Realmente se sentía feliz, Yoongi lo hacía feliz.

Soltó una pequeña risa al ver a Holly pararse en sus patitas traseras mientras lloriqueaba, exigiendo algo de atención también. Con su mano libre le acarició un poco la cabecita, ganándose un par de lambidas.

Ya era algo tarde, había apagado su celular para que sus padres ni su hermano lo molestasen. No quería regresar a casa, tampoco quería causarle molestias a Yoongi, ni a Taehyung; quien ya le había permitido quedarse a dormir en su apartamento.

—Jungkook.

Se asustó un poco ante el llamado, puesto que había pensado que el mayor se encontraba durmiendo.

—¿Qué pasa?

—Tienes sordera, ¿cierto? Pude sentir los aparatos en tus oídos.

—Sí. No puedo escuchar sin ellos —musitó, soltando un suspiro. Hablar de eso no le incomodaba, realmente—. No me gusta decir que soy sordo, porque si me pongo los aparatos puedo escuchar, pero es más fácil utilizar ese término.

—¿Ha sido así siempre? —cuestionó. Tomó la mano de Jungkook entre las suyas, acariciandolas con delicadeza— ¿O tuviste algún accidente?

—Afortunadamente no. Tenía cinco años cuando pasó, me encontraba en la sala de estar viendo televisión, cuando de repente dejé de escuchar —explicó con calma— y lo único que escuchaba era un fastidioso pitido. Realmente fastidioso. No sabía qué estaba pasando y lo primero que hice fue ir a la cocina donde se encontraba mi mamá. Le dije que no escuchaba nada además de ese pitido, estaba muy asustado. No tengo muchos recuerdos de ese día, tal vez mi cerebro los bloqueó o algo por el estilo —sonrió levemente cuando Yoongi le dio un beso en sus manos—. Sólo podía ver a mis padres hablar, pero no sabía qué estaban diciendo. Me llevaron a urgencias y dijeron que tenía eso, sordera. Que con el paso del tiempo dejaré de escuchar, pero creo que está siendo demasiado pronto porque he estado yendo de mal a peor.

—¿Por qué no..?

—¿Me han hecho una operación? —completó la pregunta y contestó con tristeza— Es muy costosa, tenemos, o teníamos planeado ir a Londres o Alemania... Pero la oportunidad no ha llegado. Por eso mismo mi hermano se fue del país, para ganar más dinero y que pueda pagar mi operación —soltó un suspiro tembloroso—. A mí no me importaría quedarme completamente sordo, he estado preparado desde hace años.

—Mi ceguera no tiene cura, me quedaré así hasta el día de mi muerte—murmuró—. Si tú tienes la oportunidad de volver a escuchar, por favor tómala.

SUSURROS DEL CORAZÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora