Capítulo 11

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Maratón 2/6

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Todo comenzó por la codicia de dos personas diferentes a todos e iguales entre ellos mismos.
Él; un hombre diferente, exótico ante todos, de familia honorable —la primera de las tres familias con un poder interminable— ella; una bella chica diferente, pero por su frialdad era distanciada por todos, incluso, lo era por su misma familia la cual mantenía el puesto tercero de las familias de poder que regían y gobernaban el primer Beacon Hills de la historia... —Stiles al estar consciente de su cuerpo y recordar lo que vivió en el limbo por ese mes entero, —mes que para él fueron sólo unas horas de su vida  cortó la historia de Héctor  pues esa no era la que Allison le había contado, en ella, —la que la castaña le habló— se podía ver el amor profanado del Sol y la Luna, un sentimiento tan sincero que jamás conocerá un mortal. —La historia que me contó Allis.... —Antes de que digera otra cosa el Sol sonríe mostrándole un profundo dolor al chico. —Sí, lo sé… La historia de nuestro amor jamás profanado, en el que yo la traicione y ella junto a tu padre se juran amor eterno, Bla, Bla... Lo sé Stiles, pero la historia que ella te contó fue la leyenda que por siglos se contó, pero hoy en este momento sabrás la verdad de no sólo tú existencia sino el verdadero odio que siente Hades por Lucy y por ti, también conocerás porque ahora dependes de un delgado hilo —Stiles sin decir nada presta suma atención a todo.

—Bueno como decía La historia empieza con la codicia de aquellos seres que sin saberlo un día inesperado sus almas serían entregadas al "amor eterno." Era un día cualquiera; me encontraba en el bosque, distanciado del pueblo, divagando en mis pensamientos, deseando encontrar aquel ser digno de mi amor hasta que pare en la belleza de un árbol extraño que me hizo sentir aliviado. Ese árbol era igual que yo, diferente a los demás, pero a diferencia de mi, ese árbol era temido por todo ser humano debido a su enorme aura que desprendía para los adivinos de ese entonces.
Ese día me senté como cualquier otro día en ese árbol, —maravilloso ante mis ojos— el me daba un aire de seguridad, hacía que mi mente dejara de desear la codicia de mi sangre, pero algo cambio, ese día sentí el aire perturbado por un aire frío, sin embargo, era tan cálido que me estremecía y como sí el mismo elemento me estuviera dando la despedida, soplo trayendo a mí una bufanda de color difuso, si hubiera sabido lo que ella me traería nunca la hubiera olido. Su olor se impregnó en mi corazón, la tierra que pisaba me gritaba que me marchara antes de todo, a pesar de eso, no hice caso y volteé mi rostro maravillándome con la presencia de aquel ser digno de mi vida sin saber que me entregaba a los brazos de mi propia muerte; ella era un ángel resucitado del infierno, piel pálida casi como la misma nieve de los fríos y dolorosos inviernos, cabello plateado y ojos inexpresivos de color gris, dejándome sin aliento, su esencia se hizo mía mientras la mía era de ella… —Una lágrima de color rojo cae del ojo izquierdo del hombre, perdiéndose en el anchor de su mejilla dándole sentido de dolor a sus palabras, despertando un aire de inseguridad a los lobos y sofocando el alma de los humanos —los días pasaban, siempre nos veíamos en ese árbol que cada vez era menos hermoso y más temible, los pueblerinos deseaban cortar ese árbol, sin embargo, ese árbol parecía tener vida propia, por más que intentaban nunca pudieron cortarlo ni siquiera una hoja de el, puesto que quién osara hacer algo semejante amanecía muerto en las raíces sobresalidas de ese inusual árbol, mí "amada" y yo nunca nos dijimos nuestros nombres, sólo sabíamos que eramos ese que deseábamos. Yo no tenía ojos para nadie más que para ella y ella me demostraba lo mismo sin saber que lo que ella deseaba era no sentirse sola —suspiró recordando aquel día donde su vida cambio. —Ella estaba comprometida con el hijo mayor de los Colín, —la segunda familia reconocida de aquellos tiempos— Hades, ese era su nombre. Hades Colín, hijo temido incluso por sus propios padres y el único capaz de calmar su furia era su hermano, Zeus, el menor de los tres.
Zeus al principio se casaría con ella, no obstante, ella se había entregado a Hades antes de tiempo, dándole un hijo que murió a los tres días de nacido debido a que la princesa Moon no deseaba ver al niño que había nacido con un defecto. El pequeño nació normal y no como ellos, un ser diferente a los demás, por ese fracaso se entregó a mi, para tener un hijo como nosotros, pero yo la amaba, de verdad que lo hacía. De eso, de su hijo —no deseado— me enteré milenios después, si yo lo hubiera sabido desde el principio jamás hubiera dejado que su familia me matara el día en que ella murió en los brazos del nemeton. —Los ojos de Héctor se volvieron rojos dejando que sus emociones negativas invadieran el lugar, Stiles al verlo así se alteró y sin saber porqué, puso sus manos en el pecho —cercas del corazón del Sol— haciendo que una luz blanca, brillosa, saliera dejando de nuevo los ojos amarillos del hombre a la luz, asiendo que éste sonriera al ver que Stiles lo había controlado.

E̶s̶ D̶i̶f̶í̶c̶i̶l̶ O̶l̶v̶i̶d̶a̶r̶t̶e̶ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora