Capítulo 30

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Las manos de Stiles se volvieron garras mortíferas y sus ojos cambiaron a unos felinos, la sed de sangre vibraba en todo su cuerpo, la sangre quería recorrer las entrañas de su ser, él deseaba sangre y sangre iba a obtener.

Todos miraron a Stiles.

El zorro huye de las sombras que lo quieren atrapar.

—Quise hacer las cosas bien, llevar esto en paz, pero tú haz echo que nada sea paz. —La manada tembló al escuchar la voz del nogitsune en su amigo. Lydia abrió los ojos al ver un aura negra rodear el cuerpo de Stiles al mismo tiempo que una luz blanca los rodeaba a ellos como a los restos de la quimera y de la mercenaria. —Eres un ser repugnante que no merece engendrar, que no merece tener vida en un seco vientre —Hades apretó sus manos creando una onda de fuego.

Cómo ese ser osaba a decirle eso a su amada, como era tan cruel de recordarle que ya no volvería a ser madre, como un ser tan puro podía ser despiadado.

Había algo que el dueño del inframundo no comprendía y al recaer en el vientre del chico como en los suaves latidos dentro de él, pudo entenderlo, Stiles no era el que hablaba, sino, era su ser interno, aquella parte que protege la vida, era la quien había hablado.
Ellos, sus ciervos eran hijos para él y al ser matados a sangre fría su protección se activó como él mismo lo hizo al ver morir a su único hijo.

Hades se odio por un momento, el deseaba acabar con un ser que no tenía la culpa de nada mientras la que mantenida cautiva la vida de su único hijo vivia feliz y ahora mataría a la naturaleza misma.

El hombre decidió tomar su parte de las cosas marchándose del lugar, dejando que la vida tomara su curso.

Fue ahí donde Zeus comprendió las cosas, su hermano no era malo, sólo era un ser que estaba perdido en el adiós de su hijo, era un hombre que sólo deseaba tener los brazos de su criatura rodeando su cuello mientras le regala la sonrisa más sincera de todas, fue en ese momento donde el rey del trueno se dio cuenta de su error, un error que lo carcome eternamente y que ahora es liberado por las mismas fuerzas que la naturaleza crece.

Listo para atacar, el castaño lanzó una flecha al lugar donde posaban las sombras rodeándolas en un fuego blanco que las hacía agonizar.
Lucy rabió al ver a sus criaturas desesperadas por morir, así que le dio la unica señal a Kira para que actuara ante la debilidad de Hades e iniciar con la matanza que tantos años —para no decir décadas— había esperado.

La música de la muerte es tocada por los vientos, las cadenas negras y llenas de ácido se enredan por todo el cuerpo de Hades.

El dueño del infierno es cautivo por Lucy al mismo tiempo que la sangre de Damián hierve de anticipación.

El cielo se llena de neblina, el lugar desaparece y un lugar muerto les da la bienvenida de manera espontánea.

El tiempo se detiene al unísono que las cadenas estallan mostrando el cuerpo en llamas de Hades, su cuerpo arde en fuego y ojos como los del hellhound, se muestran en su rostro, dándoles a entender que Lucy Moon manipula el cuerpo al igual que al ejercito del dueño del inframundo.

Damián quiere matar, deseaba terminar con ella.

Noah intenta transmitir paz al corazón del niño, pero ciertamente necesita más bondad de la que él posee.

—¡Muerte a la naturaleza! —Grita la peliplata señalando a sus enemigos.

Las sombras desaparecen rodeando a los lobos.

Las almas en pena sostienen la mentalidad de la banshee, le juegan sucio al hacerle presentir la muerte sin haberla.

La bestia se pone en frente del hellhound interponiéndose entre él y la banshee.

E̶s̶ D̶i̶f̶í̶c̶i̶l̶ O̶l̶v̶i̶d̶a̶r̶t̶e̶ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora