Capítulo 18

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[Reproducir vídeo–música Requiem for a dream) ]

—¡No! —Rugió con todas sus fuerzas Peter cayendo en la cuenta del gran error

Susurros hirientes vinieron a él, eran esas palabras que una y otra vez su madre les decía cuando la luna llena influía en su entrenamiento. Esas palabras que le recordaron que ahora no era el mismo Peter si no otro que había nacido y de la peor manera.

Un nacimiento sin retorno...

«Pon tus pensamientos en calma y tranquiliza tu alma que las emociones fuertes pueden interferir en el ser que aún es human

Su madre...

Oh su madre estaría destrozada si estuviera viva.

Su hermana...

Ahora entendía el amargo sabor que pasaba su hermana frente a él.

Primero la muerte repentina y sin justificación de su marido quien antes de decir adiós sólo quiso ver a una persona para despedirse por medio de ella, —el mismo niño que cuida de Derek— y ahora ella tiene que cuidar de Peter quien ya no es el mismo, pero sobre todo jamás lo volverá a ser.

Talia; alzó su mirada,limpió su ropa sacudiendo toda la suciedad así cómo también limpió sus lágrimas que corrían con libertad por su mejillas rojas, caminó con decisión, como la alfa que era y es, hasta llegar al lugar donde su hermano estaba y con mirada severa —la cual nunca fue dirigida para Peter— le mostró lo que había echo, el menor bajó su mirada esperando ver el desastre que causó con el cuerpo de su sobrina, pero al ver el cuerpo sin vida debajo de él se llevó un gran susto, pues ahí debajo de él no era su sobrina quien estaba, si no que era una simple humana.

Una humana...

Había matado a una humana, una inocente y lo peor fue que la mató sin darse cuenta.

Peter se paró repentinamente dejando a una Talia desconcertada por el repentino movimiento de su hermano el cual sólo corrió sin importancia al lago que estaba enfrente de ellos, al ver la cristalina agua del lago miró su reflejo lleno de sangre de una inocente, se sintió sucio, pero al mirar sus ojos convertidos en dos cuencas azules mostrándole lo que había echo odio por primera vez en su vida el color azul, —algo irónico ya que sus ojos humanos son azules— pero este color en su parte de hombre lobo le demostraba lo que fue capaz de hacer con tal de calmar su sed de venganza.
El chico se sintió repugnante al ver que sus ojos destilaban la maldad más sincera que alguna vez haya visto, su cuerpo vibraba por más sangre y al ver a su hermana acercarse a él rugió en advertencia, no, Peter no quería poder, sólo, tan sólo quería ser de nuevo él aunque eso no podría ser ni con el echo de volver a nacer, porque un corazón absorbido por la oscuridad ya no volvía a ser luz pura.

Un asesino...

Él era un asesino sin humanidad,  humanidad que su bestia tomaría cuando quisiera sin importarle a quién dañe en el proceso.

E̶s̶ D̶i̶f̶í̶c̶i̶l̶ O̶l̶v̶i̶d̶a̶r̶t̶e̶ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora