Capítulo 4

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Capítulo dedicado a mary-min ChristinCh val29283 isagarcia94 por votar en el capítulo anterior junto a lo demás gracias por darle vida a esta historia los amo...

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Era un lugar frío, blanco y solitario, así era como aquel chico lo veía.

El chico no sabe cuanto tiempo lleva en ese lugar, sólo sabe que es el único ser viviente allí. ¿Cómo lo sabe? Fácil y sencillo... Ni siquiera un animal o planta existía, más que él y la blancura del lugar. Estaba completamente solo cosa que lo ponía en estado de tristeza y un sentimiento de que algo falta o más bien que él debía de estar con alguien más en otro sitio, tal vez mirando las estrellas, viendo una película en el sofá de un loft o simplemente pasando un buen rato con otra persona en apreciación mutua, lo lleno de una angustia sofocante, pero por más que pensara las cosas no daba en donde o con la compañía de quién deberia de estar en ese momento.

Bufo concentrándose en algo sin saber, en cierta forma, en que se concentraba.

Tanta concentración lo afectó, a tal grado de que no fue capaz de ver la chica castaña; de piel morena, ojos marrones y vestida con un elegante vestido de noche —algo inusual que traía literal llamas por debajo de la tela y sobre ella, hasta el muslo -—dos pulgadas más arriba de el— la mencionada al reconocerlo se posicionó detras de él, con la mejor sonrisa que podría tener, lo había añorado, ella, esa castaña había extrañado mucho a ese chico lleno de lunares.

Pero no, claro que no, aquel chico sólo era capaz de ver lo blanco y silencioso del lugar, un lugar donde nada tenía color excepto por su cabello o sus labios pálidos, fuera de eso, todo seguía en un ligero tono de blanco que lo dejaba inquieto por saber donde estaba realmente o el motivo por el que no recordaba a ver aparecido mágicamente dentro de ese cuarto, de cuatro paredes de color blanco.

Al darse cuenta de que por más que mirara no cambiaría nada, se dio la vuelta intentando pensar en otra cosa y no en ese nítido recuerdo de que olvidaba algo esencial.

Sus ojos miel dieron de lleno con la chica, la cual deba una hermosa sonrisa a su persona. La detallo, sus acciones, sus ojos, esa mirada llena de tranquilidad y armonía lo hacían feliz, pero ciertamente no sabía el porqué, bueno, realmente no entendía de donde le sonaba la presencia de aquella castaña. Volvió a mirarla mirándola con confusión y dejando un sabor agrio en el paladar de la otra persona.
La chica quiso golpear algo, incluso quiso llorar de frustración al ver que las palabras de la celestial eran reales y no una falsedad para hacerla trabajar, »Si llega antes de tiempo, no recordará nada, tendrás que ayudarlo a recordar, tiene que recordar« ahí estaba su lunares, sin recordarla, olvidando todo lo antes vivido.

Que cruel es el destino escrito para él...
Uno donde el dolor se disfrazo de traición llevándolo al peor error.

La muerte...

—¿Quién eres tú y que hago yo aquí? ¿Por qué todo es tan blanco? Sabes... Siento que te conozco, pero no se de donde, sólo se que tu cara y esa mirada ya la había visto antes, se que es extraño y lo más seguro es que me quieras golpear como una vez se que antes lo hizo alguien, no recuerdo ni siquiera quien soy, tú de pura casualidad no lo sabes. La verdad esto me preocupa aunque no se porqué lo hace, siento que debo de estar en otro lado con otras personas, pero por más que intento descifrar la cuestión todo me da lo mismo, es raro, todo esto es raro nunca había visto algo así... —Las palabras del chico se detienen cuando mira mejor a la chica y con terror en sus ojos sostiene los hombros de esta —caray chica... Literalmente estas en llamas, cómo es eso posible, cómo no te preocupas por que muy pronto te consumirás en ellas, aunque viendo mejor tu vestido parece como si estas fueran parte de el lo cual me recuerda a una película que veía antes con alguien, no recuerdo quien era, pero esa persona me obligaba a verla cada vez que me reunía con ella —la chica aún teniendo en sus hombros las pálidas manos del chico se cruza de brazos dándole una mirada de que se callara, más al ver la típica mirada de «Lo siento» curvo sus labios en una sonrisa y dejando atrás su labor abrazo al chico tomando a este de sorpresa y sin saber muy bien el porqué, correspondió el abrazo de aquella castaña, pues él sentía que aquella muestra de afectó estaba bien para ellos dos, en efecto, algo dentro de él le gritaba que la extrañaba, sobre todo que lo lamanetaba, lamentaba algo sin saber que y ella parece saberlo. —Tranquilo lunares yo di todo por los que amo y nunca me arrepentiré, a pesar de todo, sigo protegiendo a los que una vez amé y amaré por todo mi eternidad. —El apodo «Lunares» viaja por todo el sistema del chico absorbiéndolo en un manjar de pensamientos que más que eso él los sentía como recuerdos.

E̶s̶ D̶i̶f̶í̶c̶i̶l̶ O̶l̶v̶i̶d̶a̶r̶t̶e̶ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora