Capítulo 19

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Formalidad: Parte 1.

Al final si cumplí con lo de ir a la veterinaria. Pasé el día con mi papá, almorzamos juntos, hablamos sobre los nuevos chismes: él, sobre los clientes nuevos y las actualizaciones de los viejos; yo, sobre mis amigos, la escuela y Scott. Acabamos de salir de una mala racha y me pregunto cómo le hace la vida para que volvamos a entrar en una nueva, una muy confusa, alocada y muy muy muy mala racha.

Justo ahora estoy en el auto, sentada, esperando fuera de la reserva de Beacon Hills. Ni siquiera puedo pensar en cómo me hizo salir de la clínica en primer lugar, no recuerdo cuando llegamos a la reserva, no recuerdo cómo me convenció de esperar en el auto, no recuerdo cuándo el revoltijo de mi estómago se agravo al punto de empezar a llorar. Solo soy consciente de este momento, el momento en que abre la puerta de atrás (dónde creo que me dijo que esperará) y deja entre los asientos un cuerpo.

Siento como la bilis me sube por la garganta y el estómago parece que me quiere salir por la boca, pero antes de pedir una explicación me fijo en la persona y me doy cuenta que es Scott. Ahogo un grito y le ayudo a mi papá poniendo la cabeza del chico en mis piernas, pero eso hace que ahora sí suelte una exclamación de dolor. Tiene el cabello enredado, lleno de hojas y tierra, de su boca sale un líquido negro parecido al de la vez de Derek, tiene la cara empapada en sudor, la ropa sucia y cuando mis ojos llegan a su estómago miro un agujero casi del tamaño de mi puño, rodeado de más líquido negro y humo púrpura. Comienzo a llorar sin consuelo y me ahogo entre hipidos y mocos.

—T-tengo que... que llevarlo —balbuceo a penas, porque me falta el aire y me duele el pecho—. V-voy a... a llamar a Stiles, é-él sabe...

—Lo entiendo. —Sacudo la cabeza y casi no alcanzo a notar el tono tranquilo con el que habla, como si Scott no estuviera medio muerto entre mis brazos. Vuelvo a balbucear, pero su voz firme le gana a mi incoherencia—. Necesitamos limpiar la herida, sacar la bala, darle algo para acelerar el proceso de curación y dejarlo descansar.

Dejo de sollozar y de tragarme los mocos, incluso intento dejar de hipar, pero no puedo. Finalmente me quedo tan en silencio que me pregunto a mí misma si todavía respiro. Miro a mi papá sin entender nada, aunque enseguida toda mi atención está desviada a Scott, moribundo entre mis piernas.

—Sé que tienes preguntas y estás muy asustada, pero tienes que confiar en mí y tranquilizarte.

No le contesto, no puedo mientras trato de limpiarle la sangre de la cara a Scott, mientras me mancho con sus fluidos y mientras trato de sacarle el suéter para asegurarme que aún respira. Las manos me tiemblan y de nuevo no puedo dejar de sollozar y estremecerme de dolor en mi lugar. Paso así todo el camino hasta que llegamos a la clínica y mi papá me insiste en que tenemos que salir y que tengo que calmarme para ayudarlo; pero no puedo.

Trato de limpiar la herida de Scott, pero termino vomitando. Trato de ayudar a sacar la bala, pero termino llorando. Me lavo en el baño y no es hasta que él está limpio y con una venda en el abdomen que me tranquilizo por completo. Ahora estoy de rodillas en una silla a un lado suyo, acariciándole el cabello y sosteniendo su mano; aunque las mías siguen siendo inestables y la cara se me moja a cada rato por las lágrimas.

Mi papá se está limpiando en el baño cuando Scott despierta en un espasmo, asustado. Dejo salir un gran suspiro que no sabía que estaba conteniendo y le empujo el pecho con suavidad cuando trata de levantarse.

—Grace —dice casi sin aliento. Me mira con los ojos entrecerrados y yo le sonrío un poco.

—Estás bien —murmuro con la voz quebrada. Sigo hablando así, pues ni siquiera tengo fuerza de aclararme la garganta—. Él... te encontró, te curó, y te dio algo para... para acelerar tu proceso de curación.

do you wanna something natural? | scott mccall | natural#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora