“Llorando otra vez,
completamente ida,
el sonido silencioso de la soledad quiere seguirme a la cama. Demasiado asustada para entrar, por el dolor de una noche más
sin amor,
porque la soledad se quedará conmigo y me abrazará
hasta que me quede dormida.
Soy el fantasma de una chica
que yo más quería ser.
Soy el caparazón de una chica
que solía conocer bien"
~ The lonely, Christina PerriA la mañana del 20 de septiembre, Hermione Granger se despertó con una resaca inimaginable: vomitó hasta las tripas durante casi una hora. Cuando estaba segura de sentirse “mejor", volvió a su cama, dándose cuenta sólo entonces que aún llevaba el vestido rojo de su fiesta de cumpleaños. Mientras se rascaba el cuello dolorido notó alrededor de eso un objeto metálico no bien identificado: un maravilloso collar de plata. La bonita cadenita tenía un colgante con forma de corazón, adornado con pequeñas esmeraldas. “¿Y eso de dónde llega?” se preguntó la chica. No tenía idea de quien se lo había regalado, de hecho no se acordaba nada de la noche anterior. Sin embargo, su espantosa resaca mañanera era la incontestable señal que había bebido descaradamente como nunca había hecho antes. Se prometió a sí misma que no iba a tocar una copa de alcohol por lo menos durante los siguientes veinte años.
En el Gran Comedor investigó un poco sobre el origen del precioso collar, pero no tuvo ningún éxito. En cierto momento pensó en Harry, su hermano del corazón, sin embargo, él negó con tanta sorpresa y sinceridad que la castaña no tuvo remedio que creerle. El misterio de la cadenita se difundió pronto en todo el Salón y la mayoría de los estudiantes quería descubrir quien era el autor del regalo. Los rumores llegaron también a la mesa de las serpientes, donde un rubio apretaba con vehemencia su vaso de zumo de calabaza. Parecía mosqueado por alguna extraña razón, que tampoco él sabía explicar.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Octubre
Septiembre ya había saludado los mágicos territorios del colegio, para dejar espacio a un octubre templado.
Hermione acababa de estudiar con su amigo de libros Michael Corner. Los empollones de la escuela ya quedaban casi todos los días en la biblioteca para hacer los deberes y conversar de argumentos triviales. La gryffindor, antes de regresar a su dormitorio, decidió dirigirse al silencioso baño de los prefectos para refrescarse un poco. En cuanto entró en el tocador, oyó unos sollozos retenidos sin mucho éxito. La bondadosa leona se arriesgó a averiguar el causante de esos conmovedores ruidos.
Lo que encontró fue sin duda inesperado y bastante chocante. En el suelo del baño de los prefectos yacía totalmente deshecha y destrozada la slytherin más fuerte y reflexiva por excelencia, el equivalente femenino de Draco Malfoy. La leona no consiguió retener un gritito de estupor, después del cual la rubia levantó prontamente la cara y miró directamente a los ojos la autora del ruido, con sus iris verdes cambiantes, en ese momento rojas por el llanto.
«Granger… vete, por favor...» exigió Daphne Greengrass. En cambio Hermione parecía no haber escuchado, permanecía parada en el mismo lugar, pero luego se recompuso y dijo con preocupación: «Puedo ayudarte, si quieres hablar o...»
«No hace falta, gracias. No necesito la piedad de nadie, menos la tuya» contestó fríamente la serpiente.
La castaña estaba un poquito ofendida por la actitud de la compañera, pero dadas las tristes condiciones en que se hallaba pensó bien en pasarle por alto «Te equivocas, no te tengo piedad. Sólo tengo algo llamado corazón, pero quizás tú no lo conoces...»
«Esta vez eres tú la que se equivoca. Sé muy bien que es, tal vez demasiado...»
«¿Qué quieres decir?»
«Nada, Granger, olvídalo y déjame sola...»
«No. Escucha, sé que no soy una amiga tuya, ni siquiera me soportas, pero a veces es muy útil y saludable abrirse con alguien. Si prefieres voy a llamar a Parkinson o a tu hermana o...» exclamó con cariño la ojos amielados.
«¡Déjala donde está esa perra!» gritó la rubia con ímpetu.
«¿Qué te hizo Parkinson de tan malo?»
«No fue ella… ¡Ah, estúpido espíritu gryffindor! No sé porque te estoy contando mis asuntos propio a ti. Me pusiste trampa para que confesara. ¡Pero esto es muy slytherin de tu parte, leona!» rebatió Daphne esbozando una pequeña sonrisa, que la otra le devolvió enseguida. Luego ambas se echaron a reír descontroladamente como auténticas amigas, hasta que les salieron las lágrimas.
«Fue Astoria» soltó de repente la slytherin.
«¿Perdón?» cuestionó confundida la gryffindor.
«La muy perra es Astoria. Estoy llorando por culpa de mi propia hermana»
«¿Qué hizo de tan cruel la pequeña Astoria para causar las lágrimas de la soberbia Daphne Greengrass?» preguntó interesada y sorprendida la castaña intentando ironizar un poco.
«Me gustaba un chico, ella lo sabía y se lo folló. Además se preocupó de difundir la noticia por toda nuestra casa».
La leona estaba completamente sin habla. “¿Cómo pudo alguien hacer semejante crueldad a su propia hermana? ¿Con qué valor consiguió hacerlo?” se preguntó.
Luego la serpiente continuó: «No suelo mostrar mis sentimientos a nadie, pero Astoria es mi hermana, no fue necesario decirle nada, lo entendió todo por sí misma. En realidad creo que todos los slytherin se han enterado, todos excepto él. Yo confiaba en ella, sin embargo, me traicionó de la peor manera...»
«Lo siento de verdad… fue horrible e injusto lo que te hizo...» dijo apenada la Granger.
Daphne soltó una risa amarga y le restó importancia: «No tienes porque. No fuiste tú la que se tiró a Theodore Nott y luego se jactó delante de todo el mundo ¿O me equivoco?».
La leona se sonrojó un poco ante la embarazosa elección de palabras de la otra chica, que al contrario no parecía enseñar ni una pizca de vergüenza o incomodidad.
Negó con la cabeza y añadió con burla: «¿Así que es Nott el macho que te robó el corazón?».
La slytherin asintió « A Astoria no le importa nada de Theo, ella está loca por Draco, pero él no la considera porque es demasiado pequeña para su gusto».
Hermione sintió una punzada en el pecho ante la última sentencia y enseguida aliviada sabiendo que él no le hacía caso a la Greengrass menor. Luego confesó dudosa: « Yo creía que, ehm, te gustara, ehm...»
«¿Draco Malfoy?»
La castaña asintió intentando esconder el rubor. La otra muchacha soltó una carcajada cristalina y afirmó: «¡Por supuesto que no! No me malinterpretes, yo también pienso que es muy guapo, un de los tíos más buenos del colegio probablemente, pero para mí es como un hermano. Draco siempre ha sido mi mejor amigo, de hecho entre nosotros hay un vínculo especial que nos une de manera única. Sin embargo, nuestra relación nunca podrá llegar a tener una inclinación amorosa de cualquier tipo. Sólo estropearía nuestra sólida amistad».
La sabelotodo estaba más tranquila por alguna razón «Tu hermana es una increíble estúpida. Y opino que él no te merece, si no se dio cuenta de cuanto eres mejor que Astoria. Estoy segura que tienes todos los chicos que quieres coladitos por ti. Eres una de las muchachas más hermosas e inteligentes del colegio, por cierto más que tu hermana»
«Lástima que él único que quiero prefirió ella. De todas maneras gracias, Granger» agradeció sinceramente la rubia.
«¡Basta! ¿Dónde está la Daphne fuerte y segura de sí misma, que mira a todo el mundo con superioridad? Ellos no valen ninguna de tus lágrimas...» explotó Hermione con coraje interrumpiendo su gran sermón un momento para recobrar el aliento «Comprendo que es difícil vivir una situación tan desagradable y olvidarse de las injusticias sufridas en tan poco tiempo. Pero tú puedes superar todo esto sin daños, con la cabeza alta. ¡Venga! Casi me gustaba más cuando me insultabas que verte deprimida por unos idiotas...»
«Vaya, Granger, no sabía que tuvieras un lado tan masoquista» bromeó la rubia «Sin embargo, tengo que admitir que tienes razón. ¡Daphne Greengrass no llora por un chico y por la traidora de su hermana!» exclamó con determinación y un nuevo brillo en sus ojos esmeralda.
«¡Así se dice, Greengrass!» rebatió satisfecha la leona.
«Llámame Daphne, si quieres»
«Vale, Daphne, llámame Hermione entonces»
«Gracias de verdad...».
La castaña sonrió en respuesta.
«Nunca me habría imaginado que un día me hubiera ayudado la sabelotodo de Gryffindor… y yo que creía que eras sólo...»
«¿Una sangre sucia inmunda?»
«Estaba por decir “insufrible tragalibros empollona”» afirmó Daphne molesta.
«Ah… lo siento» susurró avergonzada la bruja más brillante de su edad.
«No te preocupes, yo no soy como mi familia y la mayoría de los slytherin. Opino que es una grandísima estupidez la historia de la sangre. Pues, tú eres el ejemplo perfecto para confirmar mi teoría»
«Ehm, gracias, Daphne… no sé que decir»
«Por una vez en tu vida cállate, no tienes que decir nada. Por el contrario, no te acostumbres a mis cumplidos, porque no soy ninguna chupamedias» afirmó francamente la serpiente.
«Me lo recordaré»
«Estoy cansada de hablar de mí, ahora cuéntame algo tú»
«¿Qué te tengo que contar? Mi vida no es muy interesante, de hecho es bastante monótona...»
«¡Tonterías! No sé, podrías confesar quien es el macho que robó el corazón de esta leona...» guiñó pícaramente la rubia.
«¿Otro tema?»
«¿Qué pasa en Gryffindor-Landia de tan incómodo para que el cerebrito del Trío Dorado no conteste a una inocua pregunta?»
«Nada… simplemente nada. El amor no es lo mío» reveló melancólica.
Daphne río y se sintió compadecida: «Así que no soy la única desafortunada»
«No, sin embargo, tú tienes infinitas posibilidades en cuanto te canses de esperar a Nott, mientras que yo...»
«¿Yo qué? ¿Cuál es el problema?»
«¿Aparte de mi aspecto horrible y de mi insoportable carácter? Ah sí, ¡No soy capaz de relacionarme con el género masculino en general! Claro, excluyendo a mi padre y a los profesores...» contestó con obviedad y cara frustrada la leona.
«¿Qué diablos te bebiste, Granger? ¿No te diste cuenta de todos los chicos que te rodean este año? Créeme si te digo que todo el mundo notó tu cambio físico. De hecho escuché una conversación que me habría gustado no oír. Un día había un grupo de chicos en la sala común de Slytherin que estaban hablando de sus porquerías y todos los presentes estaban de acuerdo con la afirmación: “No me molestaría para nada hacer una visita a la cama de la Reina Sangre Sucia. Se ha vuelto muy buena en el último período”. Y te ahorro las otras vulgaridades que querían que les hicieras...».
En la mente brillante de Hermione había una mezcla de sensaciones divergentes: shock, vergüenza, disgusto, furia...
La rubia dejó a su compañera un rato para asimilar la noticia y luego agregó guiñando el ojo: «En cuanto al carácter te puedo asegurar que no eres la insufrible rata de biblioteca que todo el mundo cree que eres».
«Lo tomaré como un halago. Gracias, Greengrass, eres una amiga muy preciosa» afirmó la muchacha más tímida.
«Tú también, Granger» confesó la otra más deshinibida.
Finalmente la castaña le ofreció una mano para que la ojos verdes se levantará del frío suelo del baño. Ese simple gesto selló una amistad fantástica entre dos chicas diferentes, pero al mismo tiempo tan iguales. Ese gesto fue el principio de una grande amistad entre una astuta serpiente y una leona valiente.
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~Hermanastros~
Fanfiction¿Y si la historia de Harry Potter y sus amigos no hubiese terminado como nos la contó nuestra J.K. Rowling? Aquí os encontráis en un universo diferente a lo que solemos conocer, un mundo en el que el extraordinario "Niño que vivió" fue sólo un simpl...