"Yo he estado mirando a las estrellas
por un largo, largo tiempo.
He estado apagando fuegos toda mi vida,
todo el mundo quiere una llama,
Opero no quieren quemarse,
y hoy es nuestro turno.
Días como estos,
llevan a noches como esta.
La gente como nosotros,
no necesitamos tanto,
solo alguien que encienda la chispa
en la hoguera que son nuestros corazones"
~ Bonfireheart, JamesLos días pasaron bastante rápidamente y en esa casita de Londres muggle siempre era tierra de peleas y discusiones. Ambos chicos ya habían perdonado a sus padres, porque vieron con sus propios ojos el amor que los unía.
Narcissa estaba más tranquila desde que el Ministro le había asegurado que su ex marido se iba a pudrir en Azkaban para el resto de su vida, salvo que Fudge iba a tener la clemencia de someterlo al fatal Beso del Dementor, como ya había hecho con la loca de su hermana Bellatrix y los otros seguidores de Voldemort.
La relación entre las dos mujeres de la casa había mejorado aún más, puesto que ambas tenían un gran corazón y muchas razones para charlar. Sus puntos de encuentro resultaron los libros.
Ya había llegado el 15 de agosto, un día de fiesta para los muggles, así que el señor Granger les propuso a su hija e hijastro que festejaran "a lo muggle" como todos los jóvenes de su edad.
«¿Quieres que salimos al techo para mirar las estrellas?» preguntó escéptica Hermione. Por mucho que a Draco le gustase astronomía no incorporaba tampoco en sus peores pesadillas ver al cielo junto a la sangre sucia. Así que la usual mueca de desagrado pronto se hizo presente en su bonita cara. Además sabía que las estrellas fugaces estaban visibles sólo en los días adyacentes al 10 de agosto, la probabilidad de verlas al 15 era muy escasa.
«No quería decir eso, princesa» intentó otra vez William «Pensaba que ojalá pudieras llevar a Draco a alguna discoteca para divertiros juntos».
Hermione empezó a reír sin control, mientras que el chico torció sorprendentemente la boca en señal - esta vez- de agrado antes que exclamar: «¡Qué buena idea tuviste, señor Granger! ¿Por qué no me llevas a esta discoteca, Granger? Me gustaría mucho dar una vuelta allí».
«¿Estás enfermo? ¿O es que acaso se te quemó la última neurona del cerebro que tenías?» preguntó horrorizada la chica. La verdad era, desde luego, que a ella no le gustaban nada esos sitios demasiado ruidosos, oscuros y llenos de gente sudada.
«No finjas que no soy más inteligente que tú. De todas maneras me apetecería en serio ir a ese lugar muggle» concluyó Draco expectante.
«¿Estuviste en una discoteca antes, hijo?» preguntó extrañada Narcissa.
«Ehm sí... y me gustó muchísimo. Estuve allí hace un año con Theo y Blaise, pero nos quedamos sólo un par de horas porque luego unos gorilas nos echaron a patadas gritándonos que era evidente que no éramos mayores de edad. ¡Estúpidos muggles!»~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Esa misma tarde Hermione no paraba de dar vueltas y vueltas en su habitación. Todavía no entendía como consiguieron convencerla en hacer semejante tontería.
De repente la puerta se abrió y entró en el cuarto un chico rubio vestido con unos vaqueros rasgados y una camisa blanca con los primeros botones desabrochados. La bruja no pudo evitar pensar en lo guapo que se veía también con ropa muggle.
«¿Estás lista o qué, sabelotodo?» preguntó impaciente el slytherin.
Ante el pensamiento anterior y esas palabras rudas, Hermione se dio de la tonta sola y chilló enfadada por la invasión del chico: «¿Pero quién te crees para entrar en mi habitación sin tocar a la puerta antes? ¡Todavía habría podido estar cambiándome!».
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~Hermanastros~
Fanfiction¿Y si la historia de Harry Potter y sus amigos no hubiese terminado como nos la contó nuestra J.K. Rowling? Aquí os encontráis en un universo diferente a lo que solemos conocer, un mundo en el que el extraordinario "Niño que vivió" fue sólo un simpl...