5. Hagamos las paces, por nuestra amistad.

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-Ino suéltame

-No

-Ino suéltame, ¡ya!

-No quiero –replicaba una rubia como niña pequeña a pesar de las miradas que recibía por parte de la gente en el aeropuerto Sin duda una escena digna de ver.

Después de un largo viaje de Hong Kong a Dacca, finalmente el grupo de voluntariados dirigidos por Ino Yamanaka y Hinata Hyuga, directoras del Centro de Salud Bohi, había llegado a su país de destino. Pero una extraña situación sucedía entre ellas dos, es por eso que a mayoría de los jóvenes voluntariados se habían adelantado a dirigirse a la puerta de embarque para tomar su último vuelo y finalmente dirigirse a Cox's Bazar.

Hinata había sido de las primeras en salir del avión, ahora necesitaba dirigirse al mostrador de la aerolínea para poder cancelar su vuelo de Dacca a Cox's Bazar y tomar el primero que la llevara directo a Japón. Por nada del mundo iba a permitir que sus hijos estuvieran con Naruto Uzumaki.

Pero en esos momentos Ino Yamanaka era la razón por la cual no podía apresurar su paso rumbo al mostrador más cercano. ¿Dónde estaba la seguridad en aquél pequeño aeropuerto? ¿Por qué no se llevaban a la rubia que se aferraba a la pierna de Hinata Hyuga? ¿Dicha acción no estaba considerada como comportamiento sospechoso?

-Hinata, sabes que cometes una locura –exclamó Ino en el piso aferrando su agarre a la pierna de la Hyuga

-Lo dice la "amiga" que mandó a mis hijos en un vuelo con destino a Konoha –sabía que la situación no lo ameritaba pero por dentro, agradecía que las personas que pasaba a su lado no entendieran nada de lo que aquellas dos chicas discutían- Te confié a mis niños y ¿qué hiciste? ¡Los mandaste con su padre! Y por si fuera poco llevabas tiempo ya planeando todo esto ¿a mis espaldas?

Antes de que la chica de ojos violeta pudiera propinarle una buena patada a su rubia amiga, esta se paró de inmediato permitiendo, por escasos segundos, que Hinata siguiera su camino

-Hinata –suplicaba Ino- ¡Podrías detenerte y escucharme de una vez! –La chica de cabello azulado paró al oír la petición de su amiga-

-Hinata, por favor escucha a Ino –intervino Sai-

La Hyuga dio lugar a que la rubia diera sus explicaciones -Lo siento ¿de acuerdo? Sé que actué mal por planear todo esto a tus espaldas, sé que lo último que deseas es volver a ver a Naruto porque nunca te respondió...

-¿Entonces por qué los mandaste con él? ¡Cuando le dije que estaba embarazada me dio la espalda! No tiene derecho alguno de ver a mis hijos y lo...

-Lo sé Hinata, te entiendo –interrumpió Ino- entiendo tu deseo de no querer saber nada de él... pero debes entender que no lo hice con el afán de molestarte, bien sabes que los mellizos siempre han preguntado por su padre, sobre todo Himawari: es por eso que lo hice, por ellos

Hinata sintió como su corazón se contraía lentamente, sabía bien del deseo interno de sus mellizos por conocer a su padre, pero ella jamás les había hablado de él hasta hace un año que, para el cumpleaños número siete de los mellizos, les mostró una vieja fotografía. Pero para Hinata el padre de sus hijos no existía, es decir ¿por qué preocuparse por alguien que nunca dio si quiera una respuesta negativa?

-Créeme que tuve mis dudas –continuó Ino- sabía exactamente como ibas a reaccionar porque te conozco Hinata, eres mi mejor amiga... por los mil demonios ¡eres como mi hermana! Yo amo a esos niños como si fueran míos y no los mandaría así como así con una persona que jamás los reconoció; por eso me aseguré de tener un plan de rescate por si a él se le ocurría dejarlos a su suerte como lo hizo contigo.

-Ino lo planeó todo, Hinata –interrumpió Sai a su novia quien amenazaba con llorar debido a su quebrada voz- Deja que Boruto y Himawari finalmente conozcan a su padre. De todas formas te puedo jurar que los niños estarán en buenas manos en caso que Naruto no quiera hacerse cargo de ellos. Además, a donde vamos no es un lugar para ellos

Hinata se quedó procesando las palabras de aquella pareja. Estaba consciente del gran plan que ambos habían llevado a cabo –Me traicionaron, ¿saben? Lo siento pero mis hijos me necesitan

-Hinata hay mil y un niños en Cox's Bazar que han perdido a sus padres: esos niños son los que realmente te necesitan

Salida de vuelo Biman Bangladesh 783 con destino a Cox's Bazar, embarque por puerta número D63

Finalmente su vuelo había sido anunciado y Hinata estaba hecha un mar de emociones

-No tires a la borda todo el esfuerzo que hicimos para venir a ayudar a toda esta gente –continuó Ino- sé que te debo más explicaciones y juro que te las daré, así que favor confía en mí, ¿o al menos podemos hacemos las paces? ¿Por nuestra amistad?

Ino Yamanaka era de esas mujeres que conseguían lo que se proponían, y más con la mirada de perrito que tanto odiaba su novio Sai y su mejor amiga Hinata. Ambos perdían cuando la rubia usaba su as bajo la manga.

-Si Sakura Haruno llama diciendo que algo malo le pasó a mis hijos o que Naruto los dejó abandonados, tomo el primero vuelo de regreso a Japón, ¿de acuerdo? –La rubia le dedicó su sonrisa más grande de triunfo- Y necesito que me expliques ese plan tuyo empezando por ¡Cómo mierda le hiciste para llenar los permiso de la aerolínea si yo solo firmé uno!

Ambas chicas reían dirigiéndose a su puerta de embarque. Hinata jamás había imaginado que sus hijos conocerían a su padre de esta manera, y por más que deseara poder tele transportarse a Japón para traer a Boruto y Himawari a su lado, sabía que su amiga Ino Yamanaka tenía razón: Cox's Bazar era una misión muy diferente a las anteriores y traer a los mellizos era una responsabilidad muy grande.

Imaginar a sus hijos con Naruto no le causaba felicidad alguna, pero saber que estaban a salvo en Japón y no en el país donde ella se encontraba le aliviaba el corazón. Sabía que Bangladesh no era un lugar seguro para aquellos niños, un lugar con mil y un enfermedades y amenazas de posibles ataques era una de los escenarios donde sus hijos no estaban en la imaginación.

De igual forma sabía que la rubia tenía todo planeado; por eso, aun sabiendo que su angustia de madre iba a estar presente en todo momento, decidió confiar en su amiga y continuar con su trabajo para terminar lo antes posible y regresar con sus mellizos. Por lo que decidió tomar ese último vuelo: Dacca – Cox's Bazar y aventurarse en su misión médica.

Los mellizos de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora