Epílogo

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Las flores de cerezo que veía desde su ventana provocaron en Hinata un recuento de sus últimos años a lado del hombre que ella amaba: Naruto Uzumaki

¿Qué tanto había pasado en sus vidas en esos seis últimos años?

La vida de Naruto y Hinata había dado otro giro desde la llegada de Akane. No solo por el hecho de que, Naruto y sus mellizos tuvieron que volar desde Japón hasta Zambia porque Hinata había entrado en labor de parto antes de lo que pensaban. Ni porque tuvieron que quedarse en dicho país por lo menos un mes hasta que la pequeña Akane tuviera el visto bueno para poder volar de regreso a casa.

Tampoco por el hecho de que la aventura de ser papá primerizo de una bebé fue todo un desafío para Naruto Uzumaki. Cuando llegaron los mellizos a su vida los retos eran distintos, no había pañales que cambiar y no había que adivinar el motivo del llanto de los mellizos... en cambio con Akane todo era más difícil para él: jamás había cuidado de un bebé y todavía no se sentía capaz de cambiar los pañales de Akane correctamente.

Lo que realmente había cambiado en la vida de los Uzumaki-Hyuga fue que el sueño de Himawari se había vuelto realidad ya que, al regresar a Japón, Hinata y los mellizos estaban listos para mudarse al departamento con Naruto.

Con el pasar de los años, los cinco formaban ya una bella familia: Hinata, con el apoyo de su mejor amiga Ino Yamanaka, hacían cada vez más grande su centro de salud; Naruto finalmente había pasado a ser titular en F.C Tokio; Boruto y Himawari estaban a nada de la adolescencia y Akane crecía sana, rodeada de personas que la amaban.

Cuando los mellizos cumplieron trece años, Naruto y Hinata decidieron contarles la verdad a sus hijos sobre el por qué su padre nunca había estado presente. Aquello que parecía una buena idea, resultó en un mes eterno de bromas por parte de Boruto hacia su padre.

"Ten cuidado de recibir un pelotazo en el partido de hoy, viejo" "Ten cuidado de los balones ahora que lleves a Akane a jugar al parque" "Deberías usar casco para evitar los pelotazos, viejo" Hinata cada que podía salía al rescate de Naruto, pero debía admitir que le causaba risa los comentarios de su hijo.

La vida de los que rodeaban a Naruto y Hinata también había cambiado: Sasuke decidió que era tiempo de dejar atrás su apodo de "El cometa Hailey" y decidió establecerse en Tokio con Sakura y cuidar juntos de la ya no tan pequeña Sarada Uchiha, quien recientemente había cumplido sus seis años.

Shikamaru y su esposa Temari se habían convertido en víctimas permanentes de Naruto Uzumaki: "ya es hora de que Shikadai tenga un hermano, ¿no?" "'¿No crees que ya es hora de encargar el próximo bebé?" pero la pareja estaba más que feliz con su pequeño hijo único de siete años.

Otro de los cambios significantes que hubo fue el de Ino y Sai: ambos habían contraído sus vidas en matrimonio ante la llegada del pequeño Inojin, quien ahora tenía 3 años de nacido y era el leal compañero de dibujo de Himawari.

Claro que hubo muchos cambios en su vida. Lo que Hinata había pensado imposible hace quince años, ahora era verdad: tenía una bella relación con Naruto y tres hijos que amaba con locura.

-¡Mamá! Es hora –la voz de Himawari sacó a Hinata de sus pensamientos-

-De acuerdo –respondió Hinata-

Al voltear vio a sus tres hijos Boruto, Himawari y Akane portando sus vestimentas tradicionales para celebrar la boda de sus padres

-¡Wow! ¡Mamá te ves bien bonita! –exclamó la menor de los hermanos- ¿a que sí Boruto?

Boruto se limitó a asentir con la cabeza, ya que, aunque no lo pareciera estaba repleto de felicidad ante la idea de ver a sus padres casándose. No se podía permitir llorar, menos después de apostar con su padre para ver quién lloraba primero.

Hinata tomó la mano de su futuro esposo y este le correspondió entrelazándola aun más fuerte

-¿Lista? –preguntó Naruto-

No hacía falta que Hinata contestara, ella estaba más que lista para dar el siguiente paso con Naruto y así ir ellos y sus tres hijos, a una vida juntos. 

Los mellizos de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora