2. Amiga, olvidé a los mellizos

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Hinata Hyuga esperaba en la butaca del avión la llegada de sus mellizos.

Hoy era el día que partía a Bangladesh como miembro de una misión médica por parte del pequeño hospital que dirigía junto a su amiga Ino Yamanaka. La última también partía a dicha misión y había sido la encargada de llevar a los hijos de su amiga Hinata directo al aeropuerto.

Se conocieron en Colegio Konoha, compartieron toda su educación juntas, e inclusive habían quedado en la misma universidad para estudiar la misma carrera: medicina. Pero sin duda alguna su vínculo se fortaleció el día que Hinata Hyuga la corrieron de su casa: el día que descubrió que estaba embarazada y fue en búsqueda de consuelo en su rubia amiga, quien le brindó toda la ayuda posible a su desamparada amiga.

No todo había sido gracias a su amiga, también los padres de Ino fueron de gran apoyo a Hinata quienes, sin siquiera pedírselos, ayudaron en la mayoría de los gastos médicos que el embarazo traía. Convirtiéndose así casi en parte de la familia Yamanaka.

Ambas amigas, con esfuerzo y dedicación abrieron un pequeño hospital que funcionaba gracias a las donaciones de diferentes empresas y voluntariados que actuaban frente a movimientos, desastres sociales o naturales. Es por eso que ahora, ambas chicas iban rumbo a Bangladesh con un grupo más de voluntariados para apoyar a los refugiados de la zona de Cox's Bazar.

En esta aventura también venía Sai Ne, novio de Ino. Él no era médico, ni nada por el estilo, al contrario era pintor e iba al viaje para llevar alegría a los refugiados por medio del arte. Pero a la rubia, su novio y a los mellizos se le hacía tarde para abordar. ¿Su vuelo se retrasó?

El papeleo de algunos voluntariados chinos se había complicado, por lo que Hinata, al ser encargada de dicha área, tuvo que volar previamente a Hong Kong y ayudar a los chicos que habían tenido problema con la visa para entrar a su país destino. Como esta situación había ocurrido de forma inesperada, no pudo arreglar de igual forma el vuelo de sus hijos, por lo que los niños se habían quedado en Japón con Ino y ella misma se encargaría de abordar y hacer la documentación de los pequeños; para así reunirse en el avión en el que Hinata estaba sentada esperando a su amiga e hijos.

-Buenas tardes, les habla el capitán a cargo ofreciendo una disculpa por el leve retraso. Me informan que los últimos pasajeros están pronto a abordar el avión por lo que en unos momentos más estaremos listos para despegar.

"Vaya, Ino se retrasó con mis hijos. De nuevo" pensó Hinata. Pero fue la confusión la que inundó su mente cuando en los dos asientos a lado de ella se sentaba Ino Yamanaka y el novio de la rubia: Sai Ne o Sai Yamanaka cuando bromeaba diciendo que había adoptado el apellido de su novia.

-Vaya que vuelo tan pesado el de Japón, ¿no crees Sai? –comentó Ino una vez en su asiento

-Oh si, ni pensar que por poco y nos dejaba este ¡qué bueno que llegamos a tiempo! –respondió Sai lanzando una de esas sonrisas "falsas" que lo caracterizaban

-Oye Ino, ¿y los niños? –preguntó Hinata

-Uy sí, los niños. Había uno pateando nuestros asientos, ¿verdad Sai? –Volvió a comentar la rubia tratando de evadir a su amiga-

-Ah sí, esos niños de atrás que se la pasaron pateando nuestros asientos –respondió de nueva forma Sai solapando todo lo que su novia decía

Hinata pensó que la pareja estaba cansada por el vuelo, por lo que no podían formular una respuesta coherente.

-Oigan ya ¿dónde están mis hijos? –Hinata soltó una leve risa tratando de ocultar su irritación por la pareja-

-¿Quiénes? –preguntó Ino haciéndose un poco tonta

Los mellizos de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora