Viviendo con asesinos

Alison R. Arias

Alison R.A, 17 años.
Cabello entre cenizo y oro opaco.
Ojos grisaseos, los asesinos creen que son raros por sus variaciones de tono al contacto con distintas luces.

Actitud rebelde y pocas veces explosiva pero prefiere ser seria en los casos convenientes para ella.

Los asesinos como Arno, Jacob, Altair y Edward Kenway se sienten sumamente intrigados y atraídos por sus rasgos faciales, recordando a un pasado amor o ser querido que perdieron en algún momento.

Natalidad: desconocida.

Padres: desconocidos.

Tutor: Dr. Serge Arias, 57 años a su muerte.

Instruida en casa por su padre adoptivo a partir de los 9 años, desconoce el ser adoptada.

El Dr. Serge nunca la relacionó con sus familiares, por lo tanto hereda los bienes de sus pertenencias y la instrucción del experimento "Assassins' A" para resguardarse de posibles enemigos en una zona de reserva natural a la que no tenían acceso cazadores habituales ni aventureros.

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Se abre sección de preguntas chic@s por aquél que guste dirigirse a uno de los chicos y chicas ¿verdad?

Evie: sí claro, ya cuando el idiota deje de estar borracho.

Arno: ¿¡puedo ver a Alison!? ¡le han roto la nariz y...!~

Frye: Cállate princesa, como si tú fueras su her...¡! *golpe de Arno*

Ezio: mejor sigamos...¡esperamos sus preguntas!

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-¿confías en él?- preguntó Altair a la chica que reposaba entre sus brazos.

-No parece tan malo, lleva hojas como ustedes y pudo matarme desde el inicio cuando me amenazó con atravesar mi cuello pero no lo hizo, tampoco escapó cuando intercambiamos rehenes y no me mató con la bala, supongo que quería que los otros creyeran que sí lo haría- contestó Alison.

Altair frunció el ceño por tener que viajar con ese hombre pero él se sentía peor por haberla dejado sola todo el tiempo.

- Quie...quiero compensar que todo esto haya pasado por mi culpa-

Alison se quedó mirando los dorados ojos de Altair mientras pensaba en cómo o qué podría hacer el asesino por su falta de ayuda.

Pensó en pedirle que hablara más con ella pero una plática forzada no servía de nada.

-¿y si tomamos clases de natación?-
Cuestionó Alison quien inmediatamente se carcajeó por su cara hasta que el pecho le dolió y Altair pasó de temeroso a preocupado, acercándola más a su pecho.

-No lo sé, cuando lo sepa te lo haré saber...-