Kenway...(3/4)

696 48 8
                                    

- Vaya Vaya, ¿qué tenemos por aquí?- dijo aquél hombre de melena dorada y descuidada...






Había un barco, ella navegó a España

O ho, rodar y listo!

Hubo un barco que volvió a casa.

Tommy está en el patio de la gavia!

¿Y qué crees que estaba en su bodega?

O ho, rodar y listo!

Había diamantes, había oro.

Tommy está en el patio de la gavia!

¿Y qué había en su lazarette?

O ho, rodar y listo!

Buenos guisantes y mala carne de toro.

Tommy está en el patio de la gavia!

O, muchos marineros se ahogan,

O ho, rodar y listo!

Muchos marineros se ahogan.

Tommy está en el patio de la gavia!


Cantaban los piratas al unísono, una de las varias canciones que llevaban ya frente a una diminuta fogata que apenas encendió con una que otra hoja seca de palmera que llevaba tiempo tirada en la arena, una rama de algún pequeño árbol de nada les habría servido.

Un único pirata caminaba con paso firme hacia unas cajas con algunas telas y cocos recolectados del mismo lugar, entre esas cajas, una chica de cabello algo cenizo y ojos de un tono algo indescriptible, se encontraba mirando al cielo sin mucho interés.

-No pareces ser de por aquí- mencionó el pirata.

Alison sólo arqueó las cejas por un segundo como gesto de incredulidad

-Vaya ¿por qué será que supones eso?- preguntó Alison con sarcasmo

El sonido del acero chocando con otro se hizo presente y el zumbido que provocaba duró unos instantes más.
La menor no mostraba expresión alguna al estar presa sobre esas cajas y con la hoja oculta de casualmente, un "asesino" junto a ella; apenas se molestó en mirar al pirata, como diciéndole con su cara inexpresiva que le daba igual lo que intentara para obtener algo de ella.

El mayor por el contrario, estaba dispuesto a clavar su daga en el blanco cuello de la chica, cuello que ya comenzaba a desprender un líquido carmesí por el contacto con la afilada punta de la hoja que el asesino portaba.

-Si intentas algo, será una lástima matarte con mis propias manos-

Sin más remedio ante su orgullo por no haber logrado algo con su presa, retiró su daga, dio un trago a la botella y se recostó sobre las cajas.

-Hazlo, la verdad no es que me importes ni me importe lo que intentes, sólo es un juego cada vez más aburrido que me hace perder el tiempo que nisiquiera aprovecharía estando en este lugar igual de vacío como siempre ha sido el mundo-

Aunque el pirata llevaba bebiendo un rato, se notó en su cara que aquella respuesta no la habría esperado bajo ningún motivo, aquella mujer parecía que realmente sentía lo que decía.

-¿Cuántos años dices que tienes? No es como que parezcas una buena mujer, pero físicamente apuesto a que ya puedes comenzar a~

-¿a qué maldito?- interrumpió Alison ya con el gesto fruncido, ese hombre ya tenía tres cosas que le disgustaban de un hombre, que hablara así de una mujer sin conocerla, que la amenazara como si fuera la mejor autoridad y que estuviera borracho, núnca le había gustado callarse ante distintos tipos de personas y menos a un hombre prepotente sin argumentos bien estructurados.

Viviendo con asesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora