Capítulo 9

701 29 5
                                    



David

Flash Back (2011) Parte II

Llevaba semanas completas soñando con Laura, semanas donde lo había pasado terrible, tenia toda mi vida patas arriba y no sabía muy bien a que se debía la irrupción de su imagen dentro de mis sueños, o quizás si, si lo sabía, pero prefería mentirme a mi mismo para no sentirme peor de lo que ya me sentía.

Estaba experimentado sueños de todo tipo con ella, había unos donde despertaba al bode del llanto, agitando y asustado, cuando la veía alejarse diciendo con justa razón, que no esperaba volver a verme en su vida, pero cuando despertaba y me daba cuenta de que solo era sueños, me quedaba mirando el techo sin entender nada, calmando mi sensación de angustia.

Y estaban los otros, esos que me despertaban al amanecer con una sonrisa interminable en los labios, y con mi cuerpo sudado y excitado en medio de las sabanas, ansiando tener su cuerpo junto al mío, para cubrirlo de besos y caricias interminables, pero nuevamente caía por un precipicio al notar su ausencia en mi cama.

No había comido en días, no dormía bien, no había visto a mi hija, no había visto a mi familia, ni menos a mis amigos.

No me había atrevido a viajar a casa de mis padres, no quería preguntas, ni siquiera tenía fuerzas para ver a mi abuela a pesar de lo delicada de salud que se encontraba, no quería nada con el mundo, ni siquiera trabajar a excepto de los compromisos que ya tenia pactados y que no podía pasar por alto, no hacia nada mas que estar encerrado.

A pesar de que no quería ver a nadie, por mucha compañía que me hubiesen ofrecido y yo rechazado, me sentía solo, habían sido demasiadas situaciones en todo este tiempo y no sabia por donde comenzar otra vez y canalizar, ni mucho menos sabía cómo.

Me estaba poniendo flaco, ojeroso, y mal humorado, mas por no dormir, que por no comer o por tanto llorar, con llorar caso aparte por mas que li intentaba no conseguía llorar desde ese aquel día cuando comenzó este infierno.

No aguantaba mas, necesitaba que alguien me dijera que todo iba a estar bien, que estaba haciendo las cosas bien, a pesar de todo, que me iba a despertar de esta pesadilla, necesitaba que me abrazaran, que me contuvieran, en realidad necesitaba que ella me abrazara, que ella me contuviera, necesitaba a Laura con todas sus letras.

En un arranque de desesperación metí las mis llaves en el bolsillo del pantalón que llevaba puesto, me puse una sudadera negra sin camiseta debajo, me tapé la cabeza cubriendo mis rizos por completo y me subí al coche en marcha hasta su casa.

De sobra sabía donde vivía, lo que no sabía era que decirle cuando estuviera ahí.

Me abrí paso entre las calles conduciendo a la máxima velocidad que estaba permitida y yo creo que incluso mas, las lagrimas por fin estaban rodando por mis ojos,

Una vez frente a su perta, fui consiente de lo mucho que necesitaba verla aunque después de eso me cerrara la puerta en la cara.

Laura abrió la puerta con resquemor y me miró sorprendida, me disculpe de la manera mas imbécil por estar parado frente a su puerta, después de un escueto hola, seguía temerosa de mi presencia y sentí que era mejor marcharme, pero ella a su manera no me dejó.

Entré en su casa y si aroma automáticamente me inundo todos los sentidos, a pesar de todo, me sentía protegido.

Después de volver a repetirme que no estaba molesta con mi visita, pero si sorprendida, me ofreció algo de beber y ahí fui yo a decirle que llevaba días sin probar bocado, no dijo nada y siguió conminando, eso en Laura siempre significaba algo, en este caso estaba seguro que era desconcierto y mezclado con algo de enfado. observé su reacción y supe entonces que mis días de dieta autoimpuesta estaban a punto de terminar.

Hoy sale el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora