Capítulo 13

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Capitulo 13

David

Present Time

Estaba muerto de miedo, llevaba desde el accidente sin ver las aceras, ni siquiera me había planteado asomar ni las narices,  no sabía muy bien si estaba preparado para, bueno, enfrentarme a mi nueva realidad allá afuera, y aunque solo fuera para ir a casa de Laura, me moría de miedo.

Una cosa era estar en casa, donde todo para bien o para mal giraba en torno a mí y otra muy diferente era tener que ver gente extraña y que esos extraños se dieran cuenta del real estado de mi cuerpo a causa de lo sucedido, tenia claro que me iba llevar tiempo adaptarme al mundo, y les entendía todos cuando me decían que era necesario salir a que me diera el aire, pero quien me entendía a mi, quien se ponía en mis zapatos y comprendía que si bien la vida de muchos había cambiado con el accidente, la mía era la mas afectada de todas.

Iba mirando por la ventana, pensado en mi vida antes de que todo pasara, en mi hija que ahora veía con poca frecuencia y le extrañaba muchísimo, en la de veces que me dijeron que ciertas personas no me convenían y ahora al verme así, caía en cuenta de cuanta razón llevaban y yo, cabezón como nadie ya me había armado castillos en las nubes, que tan pronto como no pude mover un pie, se desaparecieron.

También por el reflejo del cristal miraba a Laura, concentrada en la carretera, de solo pensar en que la pude perder para siempre me recorrió un escalofrió por la espalda y hice una mueca, que la sacó de su concentración y se giró para mirarme. Que guapa estaban, madre mia.

-Ey... ¿en que piensa el niño a ver?- Me preguntó Laura con mucha sutileza, yo iba con la mirada perdida en el cristal, no quería volver a decirle que estaba cagao de miedo de salir a la calle y tampoco quería volver a tocar el tema de que hubiese sido de mi, en estas circunstancias, si la perdía de nuevo, seguro se cabrearía conmigo.

La miré embobado sin decir nada.

-Ah! que no me vas a contestar, vaaale- dijo apartando una mano del volante para tomar mi mano.

-Mi vida no tienes que estar nervioso, todo va salir bien, nadie tiene que verte si no quieres, ya veremos como le hacemos para ello ¿si? pero vemos a disfrutar esta tarde y bueno, nuestra noche- me guiñó un ojo y logró hacerme sonreír.

-Haré todo lo que este en mis manos para que se te quite ese miedo, tu no te preocupes.

-Bueno, vale- dije mirándola de medio lado regalándole una sonrisa sincera y sintiendo que estaba en el mejor lugar del mundo, así fuera dentro de un coche.

Llegamos al portal de Laura y aun quedaba la parte difícil, bajarnos o mejor dicho que me bajara y ya montarnos en el ascensor hasta su puerta.

Ella se hizo cargo de todo, de acomodarme en mi silla, de abrir el ascensor y una vez que estuvimos dentro, casi listos para subir, ella presionó el botón para detenerlo.

-Que haces- pregunte extrañado, mientras la miraba por el espejo y ella cogía el móvil de su bolso.

-Nos haremos selfies-

-Así no!- sentencie.

-Así tal cual estas- dijo ella poniéndose a la altura de mi silla y enfocando con el móvil el espejo donde nos veíamos ambos.

-Laaaaauuura- Dije con poco animo de hacerme una foto.

-Ni Laura, ni leches David, que es solo una foto, cuando te enteres para que la quiero cambiaras esa cara.

-Y para que la quieres-

-La quiero para registrar cada momento de tu evolución desde hoy en adelante- Me miró con emoción y orgullo a la vez, no pude evitar emocionarme al oír sus palabras.

Hoy sale el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora