Retiraron bruscamente las sabanas que cubrían mi cuerpo. Fruncí el ceño molesto por haber sido despertado cuando quería fundirme con mi cómoda cama. La luz del día se hizo insoportable para mis ojos, un dolor punzante partía mi cabeza por la mitad. Sí, de nuevo tenía resaca. ¿Es que yo no podía despertar un solo día sin dolores de cabeza?Cuando mis ojos pudieron aceptar la excesiva cantidad de luz y se abrieron un poco más, enfoque al causante de mi amanecer. YoonGi estaba parado al lado de mi cama, las sabanas estaban esparcidas por el suelo.
Mantenía sus brazos cruzados, sus rubios cabellos lacios se hacían más intensos por la luz que se colaba por la ventana tras él. Vestía una camisa de manga larga blanca y unos pantalones negros. Sus pequeños ojos a juego con sus delgados labios me mostraban enojo.
Irritado por causa de la resaca que sufría, le lance una mirada de hastió. Quería dormir hoy más que otro día; él se había pasado un fin de semana tirándose a JiMin, y ahora venía a no sé qué horas de la mañana a despertarme y me veía con enojo. ¡No tenía derecho alguno de molestarse conmigo! ¡Ni por haber adoptado esa actitud, causa de lo dolido que me encontraba por su bendita culpa!
— ¿Qué quieres?— no oculte mi molestia y la deje escapar de mis labios—. Déjame dormir.
— ¿Por qué apagaste tu teléfono?— seguía con ese porte serio, imperturbable. Quería golpearle en la cara.
— Perdí el cargador.
— Por favor—. Una suave risa rompió con esa actitud y lo hizo verse más relajado—. Me colgaste y apagaste el celular—. Su rostro volvió a ponerse serio— ¡Quiero saber la razón!
— Porque yo no quería hablar contigo—. Conteste sin haber analizado antes mis palabras, me arrepentí al instante que vi como sus ojos se abrían un poco por la sorpresa. No había vuelta atrás, yo tenía que seguir con aquello—. Incluso me sorprendió que no le pidieras a uno de tus empleados mantenerme bajo arresto domiciliario.
— Cruzo por mi mente esa opción, pero realmente no te creí tan imbécil como para que te atrevieras a desobedecerme.
— No entiendo por qué piensas que debería obedecer a todas tus órdenes—. No le estaba mirando para nada, pero podía sentir su vista fija en mi cuerpo. Me estaba poniendo nervioso sin saber exactamente porque.
— De modo que aún no lo entiendes—. Sus labios se curvaron un poco y cerró sus ojos—. Porque tú eres mío, HoSeokie. Eres completamente mío, nadie que no sea yo puede tocarte, hablarte, mirarte, desearte siquiera—. Se acercó a mí, me tomo de las mejillas con una sola de sus manos y me apretó tan fuerte que creí que rompería mi mandíbula en cualquier momento—. Así que como eres de mi propiedad, debes obedecerme. ¿Lo entiendes ahora?
Aparte su agarre con mi mano, mirándolo furioso. Yo no era ningún objeto ni nada a lo que pudiera ponerle esas condiciones, era una persona, tenía derechos y sentimientos. Él se apartó y volvió a su posición inicial.
— Vete a follar con tu amante y déjame en paz—. Le desafié—. No me interesa en lo más mínimo seguir con esto.
— Tú no vas a dejarme.
— Si no quieres está bien, pero a mí no te me vuelves a acercar—. Él se rio en mi cara, y eso me hizo enojarme aún más. Yo lo mataba.
— Vendrás a mí rogando. Pero está bien—. Camino a la puerta de mi habitación, tomo el pomo y lo hizo girar—. Iré a cogerme a tu amiguito.
Mi pecho se oprimió y las lágrimas amenazaban con escapar de mis ojos con cada pestañeo que daba. Tome la sabana entre mis manos y las cerré en un puño, apretando tanto que comencé a no sentirlas, a falta de la circulación de la sangre por mis capilares. Mi cuerpo se convulsionó en pequeños espasmos y un frio recorrió por mi columna vertebral.
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Exclusivo - [2Seok]
FanfictionHoSeok el lindo y dedicado novio de un jefe mafioso comienza a cansarse de las aventuras del dueño de su vida y libertad. Alejándose del limpio y reluciente altar de trofeos de su pareja, decide ir contracorriente y vengarse un poco. El conocer a...