21 de Agosto.
El día empezó a las seis y media, y yo solo había podido dormir dos horas, afortunadamente conseguí dormir una vez acabada la llamada con HoSeok. Él me explicó el motivo por el cual no me dijo nada referente a la amenaza de Suga, tal como Tae supuso, estaba aterrado de que su padre pudiera sufrir las consecuencias si no hacía lo que Suga quería.
Para mí su seguridad era la prioridad, así que le dejé claras instrucciones de lo que debía hacer en cuanto la tarde llegará. Puso un poco de resistencia que no me esperaba cuando le pedí que llegado el momento, se encerrará en el baño de su habitación con la compañía de una pistola. HoSeok se opuso a cargar con el arma, pero logré convencerlo cuando asegure que no sería necesario que él la usará; solo sería para que se defendiera en caso de que algo resultase ir mal.
Una vez listo para afrontar el largo día que me esperaba, caminé al cuarto donde JungKook se encontraba durmiendo, si él quería convertirse en un chico malo, tendría que acostumbrarse a andar tras de mí como perrito faldero esperando a que dé la siguiente orden.
Abrí la puerta con fuerza, provocando que la misma se golpeara sonoramente contra la pared, fue entonces que admire su capacidad de tener el sueño tan profundo, respiraba con calma, hundido en las almohadas, aferrando una de ellas con fuerza y con una de sus piernas echada hacia el bulto de cobijas, como si abrazara algo en sus sueños; él era imposible.
Suspiré y fui hasta la cama, levante las cobijas y las retire con brusquedad, él llevo sus rodillas hacia su pecho y terminó abrazándose.
Sin dejarme rendir, destrabe las cuatro esquinas de la sábana que se aferraban flojas al colchón, luego tomé las dos esquinas inferiores y con un poco de fuerza tiré de ellas en mi dirección. El golpe fue seco y juraría haber escuchado un crack en algún momento, esperaba que solo hubiera sido la tela de la sábana y no algún hueso que pudiera comprometer la movilidad de mi amigo.
JungKook se quejó en el suelo, mirándome entre sorprendido y adolorido.
— Nunca me habían despertado así—. Me reprochó por la forma en que lo desperté.
— No empieces. Arriba y vístete.
Me apoye en una de las paredes de la habitación, esperando que JungKook llevará a cabo lo que le ordené hacer. Él se levantó del suelo solo para tirarse encima de las cobijas y almohadas del suelo, buscando con desesperación algo entre el desastre.
— ¡Hyung!— Chilló al encontrar lo que estaba buscando—. ¡Rompiste mi celular!
Así que fue ese el crack que escuche antes.
— Tú te dormiste con el, no es mi culpa tampoco que tengas el sueño tan pesado.
— Era nuevo y ahora tiene toda la pantalla estrellada.
— Lo sé, yo te lo compré. Y lo compré con el protector, JungKook.
— Pero rompí el protector hace dos días en el gimnasio.
— Ya no es mi asunto, ahora deja de lloriquear y apúrate.
JungKook se levantó del suelo con todo y su teléfono estrellado, enfurruñado salió directo al baño.
Hice la cama y me deje caer sobre el colchón, estaba preocupado, algo hacia que mi pecho se oprimiera hasta casi quitarme el aliento, esta vez teníamos muchas cosas en juego y mucho por lo que lamentarse si algo salía mal. Perder todo en el proceso, incluido HoSeok.
Ahora, todo era diferente y no quería que aquello que adoraba se me fuera arrebatado por alguna metida de pata. La sensación había cambiado de manera drástica, si bien ahora estaba aterrado por la impredictibilidad de la vida, antes, este mismo escenario me hubiese emocionado.
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Exclusivo - [2Seok]
FanfictionHoSeok el lindo y dedicado novio de un jefe mafioso comienza a cansarse de las aventuras del dueño de su vida y libertad. Alejándose del limpio y reluciente altar de trofeos de su pareja, decide ir contracorriente y vengarse un poco. El conocer a...