No te dolerá

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—¡QUE YA HAS PERDIDO, BASTARDO! —un grito de Bakugou fue suficiente para hacer que Denki se detuviera, sin poder venirse, y abriese los ojos.

—¿Eh? —inquirió con una sonrisa nerviosa al ver la galleta que estaba en el suelo.

La galleta llena de semen que estaba esperando para ser comida.

Kirishima, Bakugou y Todoroki ya se habían corrido.

[...]

Porque Kaminari no se había planteado la posibilidad de perder y, ahora, se hallaba estupefacto ante aquel hecho.

—Eh… Esto tiene que ser un error —murmuró al contemplar la bonita galleta y su obvio futuro con ella.

—Cómetela —sentenció Bakugou.

—¡E-Espera! ¡Podemos llegar a un acuerdo! —exclamó con nerviosismo tratando de retrasar aquello.

—Tú fuiste el de la idea —comentó Todoroki con tranquilidad—. Que te aproveche.

Definitivamente, Denki no podía hacer nada en contra de eso. Nunca pensó que sería el último en correrse y menos que se quedaría a poco tiempo de hacerlo.

“Ni siquiera pude terminar.” Pensaba mientras miraba con temor la galletita con lefa que debía comerse.

—¿Y bien? —inquirió Katsuki de manera amenazante esperando a que el rubio eléctrico cumpliera el castigo.

El primer castigo de cuatro más.

Kaminari, desesperado, trató de buscar algo más a lo que aferrarse para intentar salvarse de su cruel castigo.

—¡Kirishimaaa! —exclamó con los ojos acuosos girándose para ver a su amigo pelirrojo, el cual estaba evadiendo su mirada mientras pasaba una mano por detrás de su nuca.

—Bueno… —respondió con cierto nerviosismo y una leve sonrisa—. ¡Cumplir las promesas es de hombres! —agregó tratando de animar (si es que fuera posible) a su eléctrico amigo.

De todas formas, Eijirou agradecía a Denki el hecho de no haber perdido. Porque si Kirishima no le hubiese visto en ese excitante estado, su amiguito rocoso no habría despertado y, probablemente, hubiera sido el perdedor.

—Ya lo has oído —comentó Todoroki con cara de póker mientras se agachaba para coger la galleta—. Abre la boca —finalizó acercando aquel snack al rostro, específicamente a la boca, de Kaminari.

—¡De acuerdo, de acuerdo! —sentenció Denki alejándose por instinto para que Shouto bajase la galleta—. Pero lo hago yo… —finalizó más nervioso de lo normal y poniendo la mano para que el de cabello bicolor le entregase el alimento.

Ya era imposible huir. Kaminari tenía que aceptar su destino y comerse aquello que le daba cierto temor.

“¡Seguro que sabe fatal!” Pensaba al observarla llena del viscoso líquido color blanco.

Todos le analizaban expectantes a ello.

Tragó saliva para luego volver a mirar a la galleta y dirigirla lentamente hacia su boca. Aún con miedo, cerró los ojos y optó por asegurarse dando una pequeña lamida a la sustancia blanquecina y espesa.

“Suave, dulce y un poco ácido...”

Abrió los ojos sorprendido.

Sin lugar a dudas, estaría agradecido.
Agradecido porque sus amigos llevaban una dieta decente que hacía que el sabor del semen no fuese desagradable.

Valió la pena [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora