1.''Bonito culo.''

2.5K 85 20
                                    

Eran las doce de la mañana y ''1,2,3,4 tell me that you love me more'' invade mis cansados sentidos. «¿Por qué ha sonado la alarma?»

—¡Maddy, levanta, cielo! ¡No te quedes pasmada en el cuarto! ¡Baja!—oigo gritar a mi madre desde el salón. Hago caso omiso a mi subconsciente que no deja de repetirme que no abandone la cama y me levanto. Me desperezo.

A continuación, me dirijo al armario. Opto por unos vaqueros oscuros, una camiseta ajustada blanca y unas convers.

Más adelante, bajo al salón. Mi madre está atareada dejando todo impoluto y como los chorros de oro para que los invitados no crean que es una pocilga de cerdos.

—Al final la bella durmiente despertó—ruedo los ojos—. ¿Estás lista?

Frunzo el ceño.

—¿Para qué?

—Para ir a recoger a tus tíos al aeropuerto, cariño.

No puede ser posible. ¡Me había olvidado por completo! «Mierda». Hoy venían mi tío, Albert , un hombre de estatura normal, rubio, de ojos azules y un poco de barrigón; su novia, Paloma, madrileña, de pelo rizado, más alta que mi tío y algo impulsiva pero muy cariñosa, y los hijos de esta: Katherine, bajita, con gran "delantera" —aunque tenga dos años más que yo, parece de 25 por todo el maquillaje que tiene—. Juro que si la exprimo salen un montón de químicos. No me cae mal, pero, no termina de agradarme. Es similar a su hermano, Nick Miller.

A él le odio desde que tenía conciencia. Es como una gran bofetada de arrogancia y ego. Tiene el pelo castaño, tez blanca y ojos realmente bonitos, azul cielo.

—No quiero que Nick venga.—lloriqueo.

—Anda, seguro que ha cambiado—la fulmino con la mirada. Abro la boca para replicarle, sin embargo, una bocina me interrumpe.— ¡Ahí esta Cameron! ¡Vamos cielo!

Cameron es mi novio desde hace año y medio. Es un chico encantador, aunque tengo que admitir que su actitud mujeriega no me gusta un pelo.

Salimos al exterior. Hace un día increíblemente soleado. «¡Qué pena! ¡El avión no se ha estrellado!» río ante mi pensamiento estúpido y miro al frente. Allí me espera mi novio. Lleva puesto una camiseta a cuadros negra y roja, unos jeans negros y unas botas marrones. ¡Debe de estarse asando! Corro hacia sus brazos, los cuales están abiertos para recibirme.

—Hola, preciosa. ¿Qué tal?—susurra en la hendidura de mi cuello.

—Genial—beso su mejilla—, porque llegaste.

Hace un mohín, agarra mi barbilla y deposita un casto beso en ella.

—¡Vaya que yerno más lindo tengo!—río avergonzada.

—Vamos, señoritas.—dice mientras abre la puerta del copiloto y, a continuación, abre la puerta trasera.

***

Llegamos al aeropuerto. El clima ha cambiado aquí. Sí, sigue haciendo sol, pero su calor ha menguado, dejando paso a la fría brisa del mar. Cuento mis pasos intentado olvidar a mi descontrolado corazón. No quiero que llegue este momento. Necesito irme.

Cameron pasa su por mi espalda.

—¿En qué piensas?

Cambio de actitud al instante. No quiero que empiece a hacer preguntas estúpidas.

—Yo...Solo pensaba en que no quiero que se acabe el verano.—sonrío triste. Me mira no muy convencido. Nunca pensé que diría esto, pero me alegro de ver a mis tíos esperándonos en la puerta, haciendo que Cameron contenga su contestación.

—¡Maddy, cariño!—exclama emocionado mi tío. Le doy un abrazo de oso y este, para recibirme, coloca las maletas en el suelo. Su entrañable olor a humo me trae recuerdos.

—¿Qué tal ha ido el viaje?

—Se ha movido un poco, pero ha estado bien, dentro de lo que cabe—reímos—. No es por ser grosero, princesa, pero ¿serías tan amble de ayudarme con estas maletas? Nick se niega a ayudar.—al oír su nombre, mi corazón bombea con fuerza. ¿Por qué estoy tan nerviosa?

—Cl-claro.—cojo la maleta mediana que tiene en su mano derecha y, sin previo aviso, una mano joven y blanca coge la que tiene en su mano izquierda. Miro hacia arriba y veo a mi peor pesadilla. Sus ojos me observan curiosos y sorprendidos. Los míos recorren su cuerpo de la cabeza a los pies. «¡Vaya!»

—Preciosa ¿vas a seguir admirando las vistas o vas a ayudar a tu tío?—coquetea con una sonrisa arrogante. Me obligo a mi misma a alejar la mirada de su boca.

—¿Vistas? Me dañas las retinas, idiota. Además, ya le estoy ayudando, por si no te has dado cuenta.—contesto con notable molestia.

Ríe ante mi fastidio y acerca su cuerpo hacia el mío. Mi ritmo cardíaco se acelera aún más. Si mi corazón no explota hoy, será un record guinness. Acerca su boca a mi oído. Siento su aliento en este y mi piel se eriza.

—No solo me llamarás idiota cuando esté entre tus piernas, cariño.—murmura esbozando una sonrisa al final de la frase. Mis mejillas se tornan carmesí y mi vergüenza me deja sorprendida.

—Eres realmente insoportable.— afirmo, y me alejo para dejar las maletas en el coche. O al menos eso intento, ya que Katherine irrumpe en mi camino. ¿Algún estorbo más, señor?

—Ay niña, te recordaba más ¿bonita?—encoge su nariz—Necesitas corrector por ahí... ¡Mira que espinillas! ¿no te da vergüenza salir así a la calle?—se burla asqueada. Estoy acostumbrada a sus críticas sin esencia, pero las ganas que tengo de estrangularla no se van a ir. Nunca.

Respiro hondo y respondo.

—Yo también me alegro de verte, Katherine. Espero que hagas un poco más amena esta visita vuestra, así no tendremos problemas ¿vale?

Gruñe al no haber conseguido una discusión e, interiormente, me doy palmaditas en la espalda por mi trabajo. ¡Tal vez no es tan malo al fin y al cabo!

Al fin, puedo caminar hacia el coche sin obstáculos. Dejo el equipaje en el maletero y, pacientemente, espero a que Nick deje la maleta grande en este. Cuando lo hace, me mira. Sus ojos me examinan divertidos, pero yo no le encuentro ni pizca de gracia al asunto. Miro hacia arriba y estiro los brazos para cerrar maletero. No puedo. Está muy alto.

—Bonito culo.—comenta a Nick por lo bajo, haciendo que solo nosotros seamos testigos de lo que ha dicho.

Me giro y le asesino con la mirada.

—No tengo el horno para bollos. ¿Podrías hacer algo útil en tu vida y ayudarme a cerrar el maletero?—exijo.

Oigo una risa burlona por su parte, pero me ayuda a cerrar el maletero y acto seguido nos metemos en el coche. Mi madre y Paloma han decido ir en un taxi. Yo estoy en medio de Nick y Katherine. Mi tío está en el asiento del copiloto hablando sobre su grupo, muy animadamente con mi novio, mientras yo peleo con Katherine porque quiero abrir la ventanilla pues Nick apesta a una mezcla de colonia y sudor insoportable, pero ella no quiere porque se despeina. Buf, estamos en el primer día de dos semanas muy largas.


¿Amor? Antes me tiro por la ventana. {NG} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora