¿Amor? Antes me tiro por la ventana. {NG} [EDITANDO]

11.''¿Estás bien?''

Maddy.

Madre mía, me estoy derritiendo de calor. Además, siento un gran peso en mi barriga. Recuerdo haber dejado la ventana abierta y, también, haber dormido sola. Abro poco a poco los ojos y encuentro la causa del calor y el peso. Nick reposa la cabeza en mi estómago y, su cuerpo está extendido hacia la izquierda. ¿Qué hace aquí? Tiene una mueca en su rostro, y, cada vez que intentaba librarme de su agarre, murmuraba cosas e intentaba aferrarme más a su cuerpo. Río.

— Hey, Nash. Vamos, levántate. — dije en susurro. — Nash, nene. Vamos. — No da señales de vida. Si no fuera por su profunda respiración, parecería muerto. Lo intenté varias veces más, pero fueron en vano. Este chico no se levanta ni con una bocina.

Decido que ya es suficiente, tengo un hambre que me muero y, como es lo normal, no voy a esperar a que se despierte. Quito su cabeza de mi hambriento estómago y me dirijo al baño. Miro mi reflejo en el espejo y parece que estuve la noche en vela. Mis ojos están rojos y mi cara, más hinchada que un pez globo.

De pronto, pican la puerta de baño.

— Maddy, abre la puerta. — dice Nick con una voz más ronca de lo normal.

— ¿Por favor?—digo vacilante.

— Porque me estoy meando. —¡Qué explícito!

Quiero seguir con la broma y molestarle un poco. Mi hambre puede esperar.

— Ahora estoy yo en el baño, espera tu turno. — oigo una profunda carcajada de su parte.

— Los chicos meamos de pie, con eso te lo digo todo, nena.

— No vas a marcar tu territorio, ¿verdad, macho alfa? Y menos en mi cuarto. — digo asqueada por mi ocurrencia y, un poco preocupada, no sé qué será capaz de hacer.

— Ponme a prueba. — No puedo verle, pero sé que ha esbozado una sonrisa arrogante.

— Vale, ya te abro, impaciente. — abro la puerta y me lo encuentro con los ojos adormilados, el pelo desordenado y en bóxers. Lo observo de arriba abajo sin cortarme un pelo, haciendo que a Nick se le suba el ego más aún y diga:

— ¿Te gusta lo que ves?

Despierto de mi hipnotización.

— No. Eres más feo que un grano en el culo.— ríe.

— Tú eres más fea que un moco verde y viscoso.

— Según Timón, lo viscoso es lo sabroso, nene. — Nick malinterpreta estas palabras y se empieza a reír de mí. ¡Será asqueroso!

— Sé paciente, nena. Ya lo probarás, algún día.—dice mirándose al espejo. Su semblante se vuelve serio y pregunta— ¿Estás mejor? Quie-ero decir, anoche gritaste, no de esa manera —bromea—, es decir, estabas balanceándote de una lado a otro y...— le interrumpo.

Mis ojos se quedan dentro de las órbitas de milagro ¡Mierda! ¡He tenido una pesadilla delante de él! Ahora sí que se burlará de mí.

— Sí. No importa.

— ¿Segura? No me mientas, Marie. — bufo. Odio que me llamen por mi segundo nombre. Maddy Marie Prescott. Suena a una vieja con 100 gatos, jubilada que espera a su príncipe azul.

— No miento, Miller—me cruzo de brazos—, ¿no te estabas meando? Pues ahí tienes el baño.—me deslizo entre su cuerpo y salgo del baño.

Nick.

Aunque parezca que no estoy preocupado por Maddy, es todo lo contrario. No me gustó verla en esa situación. Aunque ella era la indefensa en ese momento, yo me sentí impotente porque no sabía qué hacer para calmarla. ¿ Por qué tiene esos sueños? ¿Qué le habrá pasado con ese tal "James"?

Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. La madre de Maddy había salido de compras y nos había preparado el desayuno. Teníamos waffles, sandwichs etc. Yo apenas desayuno un sándwich, no sé que tanto lujo. Lo agradezco, sin embargo.

Yo desayuné 3 waffles, zumo de naranja, un plátano y un yogur. Ahora que lo pienso, parece desayuno de chica que está a dieta.

Sin embargo, Maddy solo había tomado un vaso de leche y dos galletas. Intenté con todas mis fuerzas que se comiera, aunque solo fuera un yogur, pero me repetía, una y otra vez, que no tenía apetito, que ya comería más tarde.

Maddy hoy iría a casa de Zae, o Zoey, bueno, de su amiga "Z", porque Z estaba deprimida por no sé qué. Mientras yo ayudaría a Cameron a pintar al coche de su padre. No iba por voluntad propia, Carter, el padre, me pagaría considerablemente.