15. ''Sí, pero eso no importa.''

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Eran las ocho y media pasadas y yo aún en mi habitación acostada en la cama deseando que este día pasara rápido. Sinceramente, no tenía ganas de ir al hotel. Estaba terriblemente agotada y, por otra parte, quería hablar con Cameron, teníamos varias cosas que arreglar.

Dejando el cansancio y las circunstancias a un lado, me levanté de la cama y me vestí. Mi conjunto no era nada en especial, consistía en unos vaqueros cortos, una camiseta color vino y unas convers negras.

Bajé las escaleras con dirección a la cocina en busca de algo de comida. Me apetecía unas crepes de Nutella, pero, ni había Nutella ni tenía tiempo suficiente, por eso, me comí una manzana y un yogur, de muy mala gana.

— Buenos días — dijo una voz soñolienta detrás de mí.

— Hola, chummy. ¿Cómo has dormido?

— No dormí. — reí.

— Tus ronquidos no decían lo mismo. — sonrió triste.

— ¿Vas a ir a algún lado? Te levantaste muy temprano.

— Sí. Al hotel en el que se quedan mi tío y compañía. ¿Te vienes? Te vendrá bien.

— Muchas gracias, pero prefiero quedarme aquí.

— ¿De verdad? Nick estará — fui interrumpida por un claxon—, más bien, está aquí ya. Llámame si necesitas algo. ¿Está bien?

— Sí, chummy. Pásatelo genial. Ya me contarás.

Le di un gran abrazo de oso intentando transmitir que me tenía ahí cuando quisiera, en las buenas y en las malas. No quería dejarla ahí en su estado, pero ella insistió unas cuantas veces más que se quedaría, por lo que no insistí más.

Salí de la casa y Nick ya me esperaba recostado en el coche. Con unas gafas de sol, una camiseta malva, un bañador negro y unas cholas del mismo color que este último.

— Has llegado muy temprano ¿Y si no hubiera estado preparada, idiota?

— Entraba a la habitación y te cogía de la oreja.

— Puede que no estuviera ropa ¿sabes? — ríe.

— Eso no hubiera sido un problema, al contrario, un milagro.

— Idiota.

El trayecto no estuvo muy interesante, Nick y yo peleamos constantemente por poner una emisora. Yo prefería los 40 principales, él, en cambio, Europa FM.

Al llegar a casa, corrí hacia mi habitación, no sin antes darle un beso a mi madre. Cogí todo lo necesario para ir a la piscina: crema solar, revista, toalla y las gafas de sol. No necesitaba nada más, Paloma siempre me prestaba cosas, así que, no importaba si llevaba poco. Mi bikini era color coral con varios puntos blancos. Encima de este, me puse un vestido blanco con mucho vuelo, era de mis favoritos.

Bajé al salón. Allí estaban Katherine, con unos shorts ''braga'', un crop top y unas cholas rojas, mi madre, con un vestido normal para piscina, y Nick. Estos intentaban explicarle a Katherine que no podía quedarse en el hotel porque, seguro, armaría un alboroto, tanta teta por allí tanta teta por allá.

— ¿Nos vamos? — dije interrumpiendo.

— Claro que sí, preciosa.

— ¡Quién lo diría! Os odiabais de pequeños y ahora estáis hechos el uno para el otro.— dijo mi madre con un suspiro al final de la frase.

— ¡No somos novios! — dijimos al unísono.

— ¡Más quisiera ser él mi novio, mamá!

— Lo mismo digo, lagartija.

Entre carcajadas, quejidos, suspiros y silencios incómodos, llegamos al hotel. Su entrada era muy amplia. A la izquierda, tenía una gran barra de recepción donde había dos recepcionistas, un hombre moreno, alto, de ojos verdes y una mujer, rubia, de ojos azules. En el centro, podías observar una escaleras que daban paso a las habitaciones. Y por último, a la derecha, un gran pasillo que llevaba a una gran cascada con un puente entre medias para poder ir al bufé.

He de decir que he entrado varias veces a este hotel a escondidas con mis amigas, pero estaba diferente. Más acogedor, no tan frío.

— Chicos, vamos a ir a la habitación 124, allí es donde se están quedando.

— Pero yo quería ir a la piscina — dijimos Nick y yo a la vez. ¿Va a estar todo el día repitiéndome?

— ¿De qué vas? No me repitas. — dijimos al unísono de nuevo. Así ocurrió unas cuantas veces hasta que le di un codazo y se calló.

— Pues id a la piscina.

— ¡Toma!— reí. ¡Qué crio!

Había varias piscinas: climatizadas, frías, grandes, pequeñas y, algunas, estaban conectadas con el apartamento de al lado. Lo bueno de este hotel era que podías quedarte perfectamente en el apartamento y luego ir al hotel. Era una gozada.

— ¿En cuál nos metemos primero?

— En la fría, para luego entrar en calor. — vacilo.

— Con que hoy te has levantado graciosilla ¿eh?

— Puede. — ríe.

— Anda vamos. — me ofrece su mano y nos vamos a la gran piscina.

Su mano cálida encaja a la perfección con mi pequeña mano. Es como si fuéramos dos piezas de puzle opuestas pero que son las únicas que encajan.

Nick no quiso meterse en la ducha, se tiró de bomba al instante, al contrario que yo, me duché en las duchas y luego me zambullí de cabeza en el agua.

Todas las chicas lo miraban y eso hacía que mi estómago se revolviera. Aunque me pasara esto, en realidad, no me importaba lo más mínimo, pues tenía a unos extranjeros impresionantes a los que nos les quitaba el ojo de encima y viceversa.

Estuvimos un rato más compitiendo en el agua, haciendo volteretas y tirándonos, hasta que, veo que tres hombres nos miran, a Nick y a mí, con suma atención.

— Nick.

— Dime, cielo.

— Mira a esos tres, no nos sacan en ojo de encima. — su cuerpo al instante se tensó.

— Mierda.

— ¿Les conoces?

— Sí, pero eso no importa ahora. Vámonos. — asentí sinrechistar. Su acción no me había gustado en absoluto y, como no quería que ladescargara conmigo, no dije ninguna palabra al respecto0U2kkzcc];�b�


¿Amor? Antes me tiro por la ventana. {NG} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora