13. ''Estás en terreno peligroso.''

893 41 18
                                    

El cuerpo de Cameron se curva acompañado de una gran carcajada. No he contado ningún chiste, solo he dicho la mayor estupidez de mi vida.

— Chaval, no me seas idiota. Sabes que Maddy es y será mía. —amenaza un tono burlesco. Odio a este tío, es insoportable. ¿Cómo puede estar Maddy con un chico así? Comparado con él, yo soy hasta menos arrogante.

— No he dicho lo contrario. — Todos mis músculos están tensos y siento que la sangre empieza a hervir como el agua para el té de todas las mañanas de Katherine.

— Yo te lo advierto. No le pongas las manos encima.—suelto una risa sarcástica y sigo con mi trabajo.

— Ya veremos. — vacilo. Su ceño se frunce y, juraría, que sus ojos me acuchillan y me analizan lentamente.

— Estás en terreno peligroso. — bufo— No le hagas caso a mis advertencias y tendrás tus consecuencias. — reprimo una sonrisa con gran esfuerzo. ¿Quién se cree que es? O peor aún...¿Quién se cree que soy yo?

Después de esta ''advertencia'' de Cameron, que más bien sonó como el peor chiste que he oído, seguimos pintando el coche. Estuvimos más de tres horas con un olor asqueroso a pintura. Decidido, no seré pintor nunca. Ese olor se adentraba en mi nariz, dejándome totalmente mareado.

Me meto en el coche con toda la sangre ardiendo. Tal vez me convierto en charmander. Este calor y tensión no es sano y menos normal. Por otro lado, aunque Maddy y yo no estemos en una relación propiamente dicha, sé que nuestros corazones están unidos, siempre lo han estado y eso ni Dios lo podrá cambiar. Aprieto las manos en el volante y ejerzo fuerza en el acelerador, rumbo a casa de Zoey. Maddy no me ha mandado ningún mensaje, con lo cual creo que será conveniente ir a ver cómo le va. Además, no he recibido noticias de ella y, lo admito, tengo una sensación dentro de mí que no se va a ir hasta que me asegure de que esté bien.

Maddy.

Zoey ha estado llorando toda la tarde, incluso dormida. No me gusta verla así, está realmente cohibida en sí misma y apenas habla, solo se limita a decir monosílabos. Al estar tan pendiente de ella, no me he prestado mucha atención y estoy realmente cansada, por eso Morfeo me ha ganado varias veces esta tarde, sumiéndome en un profundo sueño de corto plazo. Es todo un milagro para mí, porque yo no duermo siesta, a no ser que esté tan cansada que mi cuerpo me pida descanso horas antes de irme a la cama.

De repente, el timbre suena dos veces, sobresaltándome. Con la guardia bien alta, reposo la cabeza de Zoey en el cojín y me levanto para ir hacia la puerta. Me pongo de puntillas y miro por la mirilla. Me sorprendo al saber que Nick está ahí. Mi corazón cambia su lento latido por un galope de carreras de caballos. Escondo mi cuerpo en la puerta, dejando ver mi cabeza—ya que no es normal abrir la puerta con una camiseta que me llega por el muslo— y la abro.

—Nick, no te esperaba por aquí.—confieso con un tono más seguro de voz de lo que esperaba.

— Paso por aquí porque no me habías enviado ningún mensaje, nena. —reprocha. ¿Y yo que le tengo que decir a él?

Las palabras se escapan como un suspiro de mis labios.

— No te dije que me iba a quedar en casa de Zoey— suspiro —. Lo siento.

Asiente.

— No pasa nada — se encoge de hombros —. Mañana iremos al hotel en el que están mis padres. Paso por ti a las nueve para que te dé tiempo de coger tus cosas.

— Está bien.

Estamos en un silencio muy incómodo que quiero romper. Cuando cojo el pomo de la puerta para cerrarla, una mano sostiene la mía.

— Adiós, pequeña. — se despide Nick. Me da un beso en la mejilla. Su tacto es suave y me relaja. Me veo a mi misma arrimando la mejilla contra sus labios, para recibir más...¿Qué narices...?

— A-Adiós. — digo nerviosa. Nick me mira con ternura y siento que toda la decoración de nuestro alrededor desaparece. Solo estamos él y yo. Nosotros.

Me guiña el ojo y cierro la puerta de golpe, olvidando que Zoey está plácidamente dormida. ¡Mierda! Esto no pudo haber pasado. Niego varias veces con la cabeza para olvidarme de esta estupidez. Acabo de estar nerviosa en frente de mi peor enemigo y he tartamudeado. ¿Por qué me hace sentir así? ¿Dónde está aquel niño insoportable y pesado de hace cuatro años? No me disgustaría sentirme de esta manera si fuera con Cameron, al contrario, me encantaría. Lástima que no sea así. Hace cinco meses o así, no siento lo mismo. Me estoy distanciando un poco de él y viceversa. Zoey dice que parecemos mejores amigos, en vez de novios, y no le quito nada de razón. Tal vez el sienta lo mismo. Tal vez el fuego se ha apagado y deja paso a las cenizas de un amor perdido.


¿Amor? Antes me tiro por la ventana. {NG} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora