7. ''Te quiero.''

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Una neblina confusa me rodea y me siento mareada. Un sonido estridente evade los demás sonidos, sin embargo, a lo lejos, oigo como dos voces llaman a alguien. Poco a poco abro los ojos y siento miles de pupilas observándome. ¡Qué vergüenza!

— ¡Maddy! — gritan dos voces que conozco a la perfección. Cameron y Nick.

— ¿Qué ha pasado? —murmuro. Mi garganta se siente seca. El constante dolor de cabeza para no querer irse nunca. Se ha hospedado y no quiere marchar.

— Al parecer alguien te tiró una botella y te golpeó en la cabeza, ¿estás bien? —aclara Cameron. Sus ojos color avellanas transmiten preocupación. Me pierdo en ellos unos segundos hasta que recuerdo la traición por la que me hizo pasar. Mi semblante cambia radicalmente. Adopto una actitud fría y distante. Hago ademán de levantarme. Mis piernas flaquean y tengo nauseas. Cameron me agarra. Rechazo su ayuda y me apoyo en el hombro de Nick. Este sonríe, satisfecho.

Cameron frunce el ceño.

—¿Qué narices te pasa, Maddy?

— ¿Encima tienes la cara de hacerte el inocente?—río sarcástica—¡Por favor, Cameron!

—¿Cómo?—dice enfadado.

Me niego a hablar de este tema en mis condiciones y con una multitud de miradas expectantes.

—Tú sabrás.—finalizo.

Estoy demasiado confusa. ¿Ya me dieron de alta y ha vuelto a ocurrir? Prometo que yo estaba en un hospital...¡Hasta Cameron vino en mi busca! Y Nick estaba conmigo cuando me desperté...¡Este misterio es más difícil de encontrar que una aguja en un pajar!

Me sostengo de Nick. Me estrecha entre sus brazos y salimos del local. La noche nos consume. La música se hace ajena a la escena, dejando paso a un ligero silencio.

—Nick, ¿puedo hacerte una pregunta?

— Sí, claro.

— ¿Yo no estaba en el hospital por el golpe en la cabeza?

Su rostro es un poema.

— Uhm... No. Tal vez lo soñaste mientras estabas inconsciente, nena.

— ¿Estás seguro?

Se burla de mí con una risilla.

—Te estuve vigilando toda la noche. Cuando te quedaste inconsciente no podías moverte, a no ser que fueras un holograma.—bromea.

Ruedo los ojos, sonriente.

—Entonces...—la culpabilidad me cae como jarro de agua fría. El pobre Cameron no ha tenido nada que ver y yo le he prejuzgado, le he dañado y he actuado como una estúpida.

— Seguro que fue causa del golpe lo que te hizo soñar—se encoge de hombros—.Por cierto, ¿yo estaba en ese sueño?

No voy a contarle que me estuvo consolando y que hemos estado a punto de besarnos.

—No.—miento.

—¡Qué pena! Me tendré que encargar de ello más tarde. — reímos.

Nos subimos al coche, comienza a caminar y me pierdo en mis pensamientos. El trayecto a casa se me hizo muy largo. Me estaba comienzo el coco constantemente con el tema de Cameron. ¿Cómo he podido ser tan irrazonable?

Entramos en casa y está todo oscuro. Ni el sonido de una de una mosca es audible. Aunque era de esperar a la una y media de la madrugada.

— ¿Quieres comer algo? Solo bebiste lo que te ofrecí.—susurra antes de ir a la cocina.

¿Amor? Antes me tiro por la ventana. {NG} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora