Bolígrafo de platino

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-Creo que está todo listo señora Chase -. Dijo el abogado acercándole el sobre con documentos listos para ser firmados.

-Conservé el apellido de mi ex esposo por cuestiones de negocios. Dejaré de ser una Chase en poco tiempo-. Atenea Chase sacó un bolígrafo de platino de su maletín de cuero y firmó el primer documento.

-Tengo una pregunta para usted señora Chase, si no le molesta-.

-Adelante- dijo de forma tajante al tiempo que levantaba su mirada hacia el, la misma mirada gris que su hija había heredado.

-¿Esta segura de que quiere continuar con este proceso aun con lo que podría pasarle a su hija?-. Él conocía a la señora Chase desde la muerte de su padre, se había encargado de todo el proceso y de su divorcio también, pero eso no importaba, ella lo intimidaba.

-Si-. La respuesta no lo sorprendió pero una parte de él esperaba que su corazón se hablandara por tratarse del futuro de su propia hija.

-Pero es su.. es decir ella un es muy joven y...

-Ella estará bien, lo ha estado hasta ahora y tiene la herencia que mi padre le dejó-. Dijo devolviendo la vista hacia la línea al final de la pagina que se disponía a firmar.

-Pero solo tendrá acceso a ella cuando...

-Conozco los términos del testamento, no hace falta que lo lea de nuevo- El brillo de su nuevo anillo de diamante resaltó en cuanto su puño golpeó el escritorio-Y creo que no debo recordarle que usted es MI abogado no de  mi hija-. El abogado guardó silencio dándose cuenta de que su cliente estaba furiosa.

-¿O acaso debo hacerlo?-. Dijo apuntando su bolígrafo hacia el.

-En absoluto, le ofrezco una disculpa, señora-.

-Perfecto- La furia de sus ojos grises desapareció tan rápido como la tormenta había llegado y volvieron con resolución a los papeles que aún quedaban por ser firmados.

......

Las prácticas del equipo de natación eran de las únicas cosas que hacían que Percy Jackson se levantara por las mañanas y asistiera la escuela. Estudiar no era uno de sus pasatiempos favoritos pero entendía la importancia de hacerlo, aunque se le dificultara debido a su TDA él tenía muy claro lo que quería hacer con su vida y estaba consciente de que tendría que obtener un titulo universitario para obtenerlo.

Desde que era pequeño y hasta donde su memoria podía llegar el único entorno en el que se sentía libre de todas las complicaciones que había tenido en su corta vida, era el agua.

Una piscina

el océano en el verano

la enorme ducha con bañera que tenía en su cuarto de baño... 

Cada uno de esos lugares  contenían el único sitio seguro para el. Lejos del divorcio de sus padres, el nuevo matrimonio de su madre, la frustración de no comprender los temas de estudio, la pérdida de su mejor amiga, la mudanza de su mejor amigo, la presión de ganar las competencias y ahora mas que nunca anhelaba alejarse de los ojos grises y cabello rubio que no podía sacar de su cabeza. 

Pero no funcionaba, las horas  transcurrieron dolorosamente lento  desde que colgó el teléfono con Jason hasta que la campana por fin sonó anunciando el comienzo del motivo por el que él había esperado todo el día. La práctica.

Su frustración acumulada solo aumentó mas cuando después de un par de vueltas no logró encontrar la desconexión que tanto esperaba. Al principio creyó que era culpa del maldito silbato del entrenador Hodge y de sus constantes recordatorios de que el tiempo que le tomaba completar una vuelta era por 3 estúpidos segundos mayor que el de Luke Castellan. 

-¿Que esta pasando contigo hoy Jackson? ¡Ni siquiera te acercas a tu propia marca personal!-. Le gritó el entrenador después de que salió de la piscina.

-No me interesa...- Murmuró mientras tomaba de mala manera su toalla  y comenzaba a secarse la cabeza.

-¡¿Que dijiste?!-. Dijo el entrenador arrebatándole la toalla de las manos.

-Que lo siento entrenador... No se que  me pasa-. Mintió sabiendo que no era buena idea decirle al entrenador lo que realmente había dicho.

-Lo dejaré pasar esta vez, chico. Ve a los vestidores y mañana espero verte mejorar o te quedaras dos horas mas después de la práctica-.

-Esta bien entrenador-. El pelinegro caminó sin ganas hacia la entrada de los vestidores maldiciendo a todos los que lo tenían frustrado.

No se dio cuenta de la mirada de un rubio y una castaña que habían estado observando su entrenamiento desde las gradas.

-Sabes lo que tienes que decir entonces-. Preguntó la chica mientras sus dedos jugueteaban con una delgada trenza que salía de su cabello.

-Y también se lo que no debo decir-. Respondió Jason tomando su mano entre las suyas.

.....

Después de despedirse de su novia y asegurarle por millonésima vez a Piper que sabía exactamente que decir, Jason bajó las gradas y esperó a que Percy saliera. 

Había pensado esperarlo dentro de los vestidores pero desechó la idea en cuanto Piper insinuó lo extraño que era que un chico esperara justo afuera de la ducha a otro.

 -¿Acaso quieres comprobar que use acondicionador después del shampo?- dijo con una sonrisa burlona.

-Ehh... lo esperaré afuera-.

En cuanto su primo salió supo enseguida que algo estaba mal, ni siquiera pareció verlo sentado en la primera grada y casi pasa de largo.

-Percy!-dijo sobresaltándolo.

-Demonios Jason acaso quieres matarme?- 

-¿Tenemos una charla pendiente lo olvidas?- Sus ojos verdes lo miraron enseguida, dejando atrás todo rastro de distracción.

-Empieza a hablar-.


NOTA: Parte 1/2

Percabeth...Nunca Fuiste TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora