Nunca más seré Romeo

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Al día siguiente Percy despertó sintiéndose muy relajado, aún rondaban en su cabeza miles de cosas.

-La situación legal de la familia Chase

-La salud del señor Chase

-Sus sentimientos por Annabeth

-Los sentimientos de ella hacia él

-El rally deportivo del viernes que tenía que ayudar a organizar y en donde iba a enfrentar a Luke Castellan

-La fiesta clandestina

Era demasiado.

Pero pensó en el día anterior y en las horas que paso charlando en el auto con Annabeth, después recordó que le había prometido pasar por ella de camino a la escuela. Saltó de la cama, tomó la ducha mas rápida de su vida, se vistió, tomó su mochila y bajó corriendo las escaleras.

-Percy no corras en las escaleras!- Le gritó su madre cuando llegó al recibidor- ¿Porqué tanta prisa?-.

-¿Prisa?- dijo Paul saliendo de la sala- Prisa es la que lleva normalmente, Sally. Debe ser un milagro verlo despierto tan temprano esta mañana-. 

-Hey!- dijo el chico indignado- tampoco es que salga tarde todos los días-. Su madre y su padrastro intercambiaron una mirada y soltaron una carcajada, caminaron aún riéndose hasta la cocina y se sentaron para terminar su desayuno.

-Está bien, está bien, la puntualidad no es mi fuerte pero estoy trabajando en eso-. Aceptó el termo de café que Sara,  una de las empleadas se apresuró a servirle y tomó varias barras de granola de la alacena.

-Dinos cariño, ¿Hay una razón para salir temprano hoy o solo estas trabajando en  ser puntual?-. Preguntó su madre levantando las cejas y esperando una respuesta.

-Voy a llevar a Annabeth hoy- una mirada completamente diferente se intercambió entre ellos, incluso Sarah lo miró sorprendida. Era la misma mirada que Jason y Grover tenían la última vez que hablaron sobre la chica.

- Tengo que irme, adiós-. Salió de la casa lo más rápido que pudo, dispuesto a evitar otra charla como la que había tenido con sus amigos.

Subió a su auto y salió de la propiedad en dirección a la mansión Chase.


....

La rubia lo esperaba frente al portón de su casa con los brazos cruzados y una mirada de sorpresa en los ojos.

-Qué? Creíste que no vendría?- dijo mientras bajaba del auto y le abría la puerta del asiento del copiloto.

-No, creí que llegarías tarde-. El camino a la escuela transcurrió tranquilamente, excepto cuando en la entrada al estacionamiento su auto quedó junto al convertible rojo de Rachel, la chica giró dos veces en su dirección para comprobar que lo que veían sus ojos no era una ilusión, abrió la boca para decir algo pero Percy aprovechó su momentánea sorpresa para acelerar y dirigirse a los lugares reservados para el equipo de natación, una de las pocas ventajas de que Rachel no practicara deportes.

Bajaron del auto y Annabeth entornó los ojos en su dirección y levantó una ceja.

-¿Qué esperas? Abre el portaequipaje para sacar mi bicicleta, la necesito para ir al café mas tarde-. La sonrisa del chico la hizo sospechar enseguida. Lo vio apretar el botón en la llave del auto y el compartimento se abrió. 

Estaba vacío.

-Sobre eso... tu bicicleta está en mi casa, la saqué anoche cuando llegué a casa-. Cerró el portaequipaje y comenzó a caminar hacia la puerta de la escuela dejando a la rubia junto al auto.

Percabeth...Nunca Fuiste TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora