No lo sé

798 60 7
                                    

Lo habían atrapado.

Giró la cabeza lentamente para encontrarse con la mirada furiosa de la señorita Dotts, la bibliotecaria.

-Seguramente trama una de sus bromitas, no?-.

-No! Señora Dotts  yo estaba...

-Señorita! ¿Acaso ve un anillo en mi dedo, señor Jackson?-. Dijo levantando su mano izquierda para ver que claramente NO había un anillo en su huesudo dedo.

-Lo lamento señora... señorita Dotts, es que... yo estaba...

-Las bibliotecas son para estudiar y consultar libros señor Jackson no para que usted y sus amigos jueguen entre los estantes-.

-Pero yo...

Podía sentir la mirada de Annabeth sobre él desde donde estaba sentada, la humillación de haber sido atrapado como un acosar no era suficiente, de eso se encargaba la señorita Dotts.

-Pero nada señor Jackson, si no está aquí para hacer una consulta entonces puede irse con una hoja de castigo por perturbar la paz de la biblioteca-.

Pero esta vez no hice nada!

-Disculpe señorita Dotts- dijo la voz de Annabeth en un tono muy suave, como un domador de bestias le hablaría a una para que no ataque.

-Si, señorita Chase-.

-Percy está aquí para encontrarse conmigo, tenemos un proyecto de historia que está próximo a entregarse y tenemos que terminarlo-.

-¿Eso es cierto señor Jackson?- dijo sin quitar la mueca de sospecha de su arrugado rostro de arpía.

-Eh.. si!- dijo demasiado pronto- es para el profesor Quirón y...

-Aquí tengo la hoja de asignación, señorita Dotts-. Lo interrumpió la rubia entregándole un hoja de papel a la bibliotecaria, quien aún lo miraba con sospecha.

No era algo personal, o al menos eso creía él, la señorita Dotts no era amable con nadie, casi prefería que la biblioteca estuviera vacía a que un alumno estudiara ahí. La única que tenía la remota posibilidad de escapar de su juego favorito el cual era castigar a tantos alumnos como hojas tenía su libreta, era tal vez Annabeth Chase, alumna ejemplar y dueña del mejor promedio de la escuela. Todos los demás mortales como Percy podían ganarse un castigo con solo respirar cerca de la biblioteca.

-De acuerdo señorita Chase- dijo devolviéndole la hoja al no encontrar nada fuera de lugar en ella- Pero si este joven causa algún tipo de problema mientras usted este aquí los castigaré a los dos-. Dio media vuelta y se alejó de ellos.

-Gracias por eso listilla, creí que se transformaría en un monstruo y me comería- dijo con una risa nerviosa.

-Ahora dime la verdad- le respondió la rubia sin reírse- ¿Que haces aquí?-.

-No lo sé- la sorpresa de la chica no podía ser mas evidente.

-Está bien- dijo ella lentamente- podemos leer la escena de mañana para practicar un poco-.

En lugar de responderle con un comentario sarcástico como era costumbre entre ellos, él accedió tranquilamente y pasaron lo que restaba de la hora ensayando y siendo interrumpidos por los constantes shh de la señorita Dotts.

Cuando fue momento de irse Annabeth se puso de pie y dijo que tenía que apresurarse porque tenía turno en el Café, sin pensarlo demasiado Percy se ofreció a llevarla y terminó llegando tarde a la práctica del equipo de natación.

Resistió el sermón del entrenador y las dos horas extra que lo obligó a quedarse nadando. No era algo nuevo, el entrenador era estricto con los castigos pero Percy se lo debía asimismo y a su equipo, el capitán no debía llegar tarde. A veces algunos miembros del equipo se quedaban para acompañarlo pero esta vez se sorprendió al encontrar a Annabeth esperándolo en las gradas, sostenía dos vasos y una bolsa de papel con el logo del Café.

-¿Qué haces aquí listilla?-.

-No lo sé- le respondió con una sonrisa.

.....

Después de salir de la práctica, Percy puso la bicicleta de Annabeth en el maletero y la llevó a su casa, sentados en su auto frente a la mansión Chase se quedaron hablando durante horas. Hablaron sobre cuando eran niños, todos los problemas en los que se metieron, sobre los proyectos de la escuela que debían entregar, lo cursi que le parecía a Annabeth la escena del balcón de Julieta que debían leer al día siguiente.

-Llámame amor y volveré a bautizarme, desde hoy nunca más seré Romeo... que ridiculez-. Dijo la rubia haciendo una mueca.

-Vamos listilla, se supone que es romántico-.

-Nunca te creí como un romántico, sesos de alga-. Dijo arrugando la bolsa de papel vacía y lanzándosela.

-Un día te sorprenderé-. Miró sus labios por un momento demasiado largo hasta que ella habló.

-¿Porque te estabas matando hoy en la práctica? ¿Estás muy gordo para la competencia del viernes?-.

-Claro que no! Tengo que superar el tiempo récord en los relevos, yo soy el último en nadar soy...

-Eres el ancla-.

-Si

-Pero si eres el último no tendrían que estar entrenando también todos los otros? Es decir, si ellos no reducen sus tiempos aunque tu atravieses la piscina en un segundo no serviría de nada-.

-En teoría es cierto pero al ser el ancla yo debo tener el tiempo mas corto, así que...

-Hay mas presión en ti-.

-Exacto-.

Volvieron a quedarse en silencio y poco a poco se fueron acercando entre si, sus labios estaban a centímetros de tocarse cuando el sonido del teléfono de Annabeth los hizo separarse de un salto.

Era un mensaje de Piper pidiéndole unas notas de química.

-Tengo que entrar... las notas están en mi laptop y yo...

-Si, yo también tengo que ir a casa, mi mamá debe estar a punto de enviar a Paul a buscarme. Seguro tu padre también te espera-.

-Mi padre... no está en casa, no está en la ciudad pero no debe tardar en llamarme-. Dijo ella bajando la mirada al tiempo que tomaba su mochila.

¿Porqué demonios mencioné a su padre?

Bajaron del auto y Annabeth caminó a su maletero para sacar su bicicleta, pero Percy tomó una decisión rápida.

No abrirlo.

-Gracias por traerme a casa. ¿Podrías abrir? Necesito mi bicicleta-.

-No

-¿Que?-. Lo miró abriendo mucho los ojos, claramente pensaba que era una broma pesada.

-Te la devolveré mañana, paso por ti para ir a la escuela-.

-Si esto es una broma yo te juro que...

-No es una broma Annie-. La dejó sin palabras, hacía años que no la llamaba así, se acercó a ella y besó su mejilla.

-Te veré mañana-.







Percabeth...Nunca Fuiste TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora