Las tormentas son...

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Percy se encontraba en el estacionamiento de la escuela esperando a Annabeth.

No

En realidad no la estaba esperando a ella. 

Solo esperaba a que apareciera.

Se había despertado inusualmente temprano, recordaba haber visto una bicicleta en el estacionamiento el día anterior pero no se había dado cuenta de que era la suya.

Esa mañana comprobó que alguien había pegado cristales a la cadena que la aseguraba a la barandilla de la escuela. Era obvio que, si alguien tomaba la cadena sin fijarse ahora tendría cortes en la mano.

 También tenía los neumáticos pinchados y a juzgar por las risas de Rachel y Drew, todo indicaba que tenían algo que ver al respecto.

Se llamó idiota por no creerle a Annabteh cuando  Rachel le envió una foto con la leyenda "Anniecienta se volvió calabaza durante la lluvia" en la que aparecía la rubia caminando bajo la lluvia y siendo salpicada por el auto de Drew.

-Demonios-.

-Hola Percy bebé- escuchó la molesta voz aguda de Rachel en su oído al tiempo que la chica tomaba su brazo y tiraba de el hacia la puerta princpal.

-No estoy de humor Rachel-. Dijo zafándose de su agarre.

-¿Que sucede Percy bebé? ¿Aun no has visto la foto que te envié?-. Rachel tenía el molesto hábito de hacer sonar sus enormes tacones sobre el suelo, cosa que usualmente era irritante pero que en ese momento hacía que el chico quisiera arrancarle la cabeza a la pelirroja.

-Claro que la vi, me la enviaste al menos diez veces-.

-¿Entonces porque esa cara? ¿No te pareció lo más divertido del mundo?- . Lo molesto de su voz solo era superado por su espantosa risa.

-¿Divertido? ¡Claro que no!-.

-¿Porque? Es la clase de broma que tu mismo le harías a Annicienta-.

-Déjame en paz Rachel-. Se alejó de la chica y caminó directo a su casillero ignorando a todos los que lo saludaron cuando entró a la escuela.


¿De verdad yo le haría algo así?


Esperó cerca del casillero de Annabeth hasta que la campana sonó, se arriesgó a esperar unos minutos mas sabiendo que Quirón no estaría feliz por su retraso y seguramente ya tendría lista su hoja de castigo pero la rubia no apareció.

Finalmente se rindió aceptando que ella no llegaría y entró al salón.

-Llega tarde señor Jackson-. Dijo Quirón desde su escritorio.

-Lo siento Profesor yo...

-Lo dejaré pasar esta vez señor Jackson pero espero que no se repita-.

-No pasará Señor-.

-Bien, siéntese y póngase a trabajar en su proyecto. No creo que quiera que su compañera se encargue sola, ¿Verdad?-. Cuando giró la cabeza se sorprendió genuinamente de ver  la cabellera rubia de Annabeth cubriendo su rostro mientras la chica se inclinaba en su escritorio.

Permaneció de pie sin poder moverse unos segundos, sus ojos clavados en el vendaje que llevaba en su mano.

-A su lugar Señor Jackson-. La voz del Profesor lo sacó del trance y mientras caminaba a su lugar junto a ella notó la mirada de todos sus amigos sobre él. 

¿Que demonios me está pasando?

-Annabeth yo...

-Amm... esta parte del proyecto te toca a ti- Lo interrumpió la chica sin levantar la vista  y empujando una hoja hacia él. En ella había una lista de nombres que debía investigar.

Percabeth...Nunca Fuiste TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora