"Poems..." ↝ JK & TH ↜

십삼

(13)

—Te quiero a ti.— mencionó acercándose a mi. Estábamos a pocos centímetros el uno del otro. Y sin darme cuenta ya nuestras narices estaban juntas. —¿O es que no te das cuenta?

Sus labios se pegaron a los míos, sentía el peso de su cuerpo sobre el mío, lentamente Tae se estaba recostando sobre mi.

Sus manos estaban en mi pecho sin hacerme ninguna presión. Mis manos querían acariciar su espalda, pero estaban congeladas a los lados del sofá.

—Kookie, no sé qué estés sintiendo ahora,— unas de sus manos comenzó a acercarse al borde de mi camiseta.—Pero quiero saber si sientes que esto está bien.— sus dedos dieron vueltas sobre mi estómago, sentía como todo mi cuerpo se estremecía.

De repente mis manos se comenzaron a mover debajo de su camiseta, pude sentir su suave piel.

Pero antes de poder hacer algo más, mi celular comenzó a sonar.

Y yo me había dormido. En las piernas de Tae. Que frustración.

—Kookie... — me susurró al oído.

—No quería despertar... — mi tono sonó un poco infantil. Me aferré a sus piernas, muy cómodas por cierto, parecían almohadas.

Sentí cuando se movió estirándose, y me pasó mi celular.

—Hyung... — susurré después de ver el nombre de NamJoon Hyung vibrando.

Contesté. Sin el deseo de querer hablar.

—¿Sí?...

—Kook. Tenemos que hablar.

—¿Estás bien, hyung?

—Sí, sí. Pero necesito decirte algo. Estoy yendo a tú casa. Ya casi llego.

La llamada terminó.

Me senté correctamente, Tae me miró extrañado, le sonreí y me acerqué a él.

—Necesito irme unos segundos. NamJoon va a venir para hablar conmigo.

—¿NamJoon? El que... Estuvo en el hospital ese día, ¿Cierto?— intentó ser precavido con sus palabras, se lo agradezco tanto.

—El mismo.

—Ten cuidado, bebé. Se veía muy dolido.

 
 
"He ido marcando con cruces de fuego
el atlas blanco de tu cuerpo."
 
 

Estaba intentando con toda mi alma no enloquecer.

¡Tae me había llamado bebé! Ay no, que dicha.

Dejando mi gran felicidad a un lado, el sol ya no estaba en el cielo, sólo se veían un par de nubes rosadas y naranjas.

NamJoon Hyung todavía no se reportaba por aquí. Estaba frente a la puerta de mi casa, sentado en la acera. Habían pasado apenas 5 minutos desde que salí.