십팔

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-Prométeme que nunca te vas a volver a separar de mí, por favor. Sentí que se me iba el mundo.

Sus susurros en mi pecho me derretían el corazón, ¿Cómo es que fuimos tan descuidados?

-No tengo necesidad de prometerlo, te aseguro que no volverá a suceder. No volveré a soltar tu mano.

Tomé la mano de Tae, fría ya del poco sol que se podía ver en el horizonte. La llevé a mis labios, en un intento de subir su temperatura.

Levantó su cara y yo bajé la mía, nuestros ojos se encontraron y unimos nuestras frentes, su nariz chocó con la mía. Maldita sea, todo él está frío.

-Cariño, vamos a casa.

-Pero quiero ver las estrellas contigo.

-Si nos apuramos, te haré ver más que las estrellas.

Sonrió, y nos levantamos con cuidado caminando lentamente al auto.

"Te estoy amando aún entre estas frías cosas."

Su cuerpo bajo el mío ahora se sentía cálido, podía jurar que junto a él las cosas en el mundo dejarían de existir sólo para que su presencia ilumine ese mundo tan vacío.

Sus labios descienden de mi boca a mi cuello, dejando un rastro del dulce aroma que el algodón de azúcar dejó en su boca. Agarro sus caderas firmemente para que entienda todo lo que estoy disfrutando sus caricias, también aprieto mi pelvis con la suya, rozando nuestras zonas más sensibles y permitiendo que ambos soltemos un gemido al mismo tiempo.

-Dios, me encantas. - le susurro al oído mientras adentro mi mano en su pantalón, sintiendo lo duro que está.

Esto va a ser muy bueno.

"Pero la noche llega y comienza a cantarme."

Uno, dos, tres saltos sobre mí, el placer recorre mi espina dorsal y no paro de contar cada vez que produce esta sensación en mí.

Le ayudo para que se sienta de la misma forma que yo, me apoyo sobre mis tobillos, lo agarro fuertemente de su trasero y lo levanto un poco, para permitirme movimiento y así poder ver como su cuerpo se desvanece sobre mí.

-Agh, JungKook te amo.

Entonces paro.

Su mirada incrédula deja de estar en dirección al techo para posarse en mis ojos.

-¿Qué pasa? ¿Hay algún problema? - su mirada pasa de ser un poco divertida a preocupación.

-Es que... - miro su rostro, ojos, nariz, boca, mentón y termino en su pecho. Vuelvo a mirar sus ojos marrones, y declaro: -Es que te adoro.

Y con esto aclarado, la lucha de nuestros cuerpos vuelve a comenzar.

"Me miran con tus ojos las estrellas más grandes."

Mis pies sobre una montaña de tierra, ahora es más claro, un alcantilado. El lago bajo esta punta es azúl claro, se torna verde y luego nubes.

Las nubes del cielo se reflejan en el agua cristalina, pero luego se torna roja. Ahora estoy en el lago rojo, mar rojo, vida roja. El agua en mis manos es transparente y al fondo se ve la figura perfecta del hombre perfecto.

Cielo rojo, naranja, amarillo, rosa. Atardecer. El sol ya se esconde tras la montaña. En él arden mis más oscuros secretos y mis terribles ansias de no poder vivir sin ti.

"Una gaviota de plata se descuelga del ocaso."

Abro mis ojos y encuentro el techo de madera vieja. Bajo mis manos el colchón duro que ha reposado por años aquí y sobre ellas la sábana suave que me regaló mi madre hace un tiempo.

Entonces la puerta se abre y lo veo, con una enorme bandeja llena de comida.

-Hola, lindo. - su sonrisa amplia me hizo olvidar de un momento a otro lo que había visto en aquel colorido sueño, pero no importa, lo tenía a mi lado. -Es hora de desayunar.

Dejó la comida en el borde de la cama para darme un beso. Sus labios saben a tocino.

Sonrío al mismo tiempo que él lo hace, y veo como sus ojitos se estiran hasta desaparecer.

"Poems..." ↝ JK & TH ↜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora