-Morena- Me llamo la atención la profesora. Esto era común, siempre que me distraía me retaba o me mandaban a la sala de castigo.
-¿Qué?- respondí de mala gana. No era de esperarse que yo respondiera bien.
-¿Qué acabo de decir? ¿Puedes explicarle a tus compañeros?- mire a la clase entera.
-Que se yo- Eleve mis hombros con indiferencia. Justo en ese instante sonó el timbre, agarre mis cosas y salí arrastrando mis pies. Llegue a mi casillero y guarde algunas cosas.
Siguiente materia: Literatura.
Una de mis materias favoritas, lo preocupante era que tendría que ver la cara de un idiota.
Roman.
Cerré fuerte la puerta del casillero y me di la vuelta empecé a caminar sin mirar y choque con alguien. Caí encima de esta persona.
-Fíjate por donde caminas- Escupió en mi cara, su voz desagradable perforo mis oídos y al instante me levante. Sacudí mi jeans y me dispuse a caminar, pero por segunda vez Roman agarro mi brazo.
-¿Puedes dejar de hacer eso?- Lo fulmine con la mirada y mire a mi alrededor. No había nadie. –Oh no- susurre- porque te tienes que cruzar en mi camino- Le grite y salí corriendo hasta el salón de literatura. La profesora aun no llegaba así que me acomode en mi lugar preferido, al fondo, y cogí un libro de mi mochila.
"Las ventajas de ser invisible" Amaba este libro, uno de mis preferidos. Me gustaría ser invisible como Charlie, eso era mejor que te jodan la vida todos los días. Baje mi vista al libro pero al escuchar una voz chillona me acorde que tenía que soportar a otra personas. Levante mi vista y la encontré. Stefanny la animadora principal del equipo de fútbol, la chica más codiciada por todos y la más hueca pero con un toque de inteligencia.
-¿Qué miras estúpida?- Su voz chillona me ocasionaba un dolor de cabeza insoportable. Sus tacones hacían rechinar el piso.
-¿Te maquillo un mono?- reí- digo porque se te corrió el maquillaje de los ojos- reí con más fuerza, deje mi libro en la mesa y puse mis piernas en la mesa- o no mejor ... ya se, te corrió todo cuando estabas con Steven en el baño- Su cara estaba roja de la furia y yo me reía con más fuerza –No tiene nada de malo echarse un polvo antes de clase ¿no Stefi?- Sonreí victoriosa al ver su cara de espanto.
Ella salio corriendo del aula, baje mis piernas de la mesa y volví a lo mío. La lectura.
-La profesora Smith no vendrá hoy tiene la hora libre- dijo el director entrando al salón.
Sonreí y tome mis cosas. Saldría un rato a caminar al campus.
Camine por los pasillos repleta de personas que sonreían, jugaban y hacían sus ocupaciones. ¿Por qué no tengo una amiga o alguien con quien pasar el rato hablando sobre la vida, sobre nuestros problemas? ¿Alguien a quien le interese estar conmigo?
Llegue al campus y me senté en una de las bancas. Agarre mi ipod y busque una canción que realmente amaba.
Nothing To Lose.
La letra era perfecta, en cada párrafo describía como me sentía en estos momentos.
Mis lágrimas no paraban de salir, me sentía sola, quería que alguien me abrazara y me dijera que todo estaría bien. Pero el problema era que no había nadie para mí.
Estaba sola.
La adolescencia me había tocado en mi punto mas débil, extrañaba tanto a papá, quería verlo y abrazarlo, quería pedirle perdón por no haber hecho todo para estar con él. Mi madre podía ser muy buena pero yo ya no la necesitaba. Me sentía vacía, sin amor, sin nadie.
ESTÁS LEYENDO
Nothing To Lose - Roman Bürki
Teen FictionNada que perder cuando nadie conoce tu nombre.