Volví mi vista hasta la ventana viendo como caía la lluvia, sentí la presencia de Roman a mi lado pero aun así no me di vuelta.
-¿Cómo has estado?- pregunto, trate de contener la rabia que sentía dentro mío.
-Bien- me limite a decir.
No tenia porque habla con él, nadie me obligaba.
-¿Cuándo saldrás de aquí?- me di la vuelta y camine hacia la cama.
-Mañana capaz- mire para todas partes y Carol no se encontraba, eso no me gustaba.
-¿Podrías mirarme?- me intimido, no quería verlo, no a él. Si lo miraba estaba segura de que todas las barreras que construí se caerían.
-¿A qué viniste Roman? No habia necesidad de venir-
-A verte More...- Alargo las palabras y al escucharlo decir eso mi cerebro creo una respuesta inmediata de alegria, que gracias a Dios pude ocultar.
Malditas emociones que me dominaban.
-¿A ver?- Me reí- Ya me viste, puedes irte- dije seria.
-No, quiero estar contigo- lo mire confundida.
-No tengo ganas de pelear Bürki- murmure.
-Yo tampoco- sonrió.
Volví la vista al frente cortando toda conexión entre nosotros.
-Me molesta que estes aquí-
-¿Tanto me odias?- dijo dolido.
-Si- observe la punta de mi pelo en forma de nerviosismo.
-Si así lo quieres, me iré- me miro y salió de la habitación.
A los pocos minutos apareció Carol, la mire ofendida por haber permitido ver a Roman, pero su cara de preocupación me llamo la atención.
-¿Qué paso? Recién me cruce a Roman y estaba llorando- Se paro al lado mío y acaricio mi cabello.
La mire sorprendida, no creí que a él le haya afectado tanto nuestra pelea- solo discutimos, nunca podemos llevar una conversación sin pelearnos- la mire.
-¿Paso algo entre ustedes no?- baje la mirada, ¿Qué le diría?- Desde que les di ese trabajo pude notar como su trato cambiaba, las miradas que trasmitían mucho y por supuesto la actitud de él nos sorprendió a todos los profesores-
-Paso algo que no debía pasar, es todo- no pude evitar soltar algunas lagrimas recordando que casi me violan y que él me salvo.
-Puedes contarme... solo si quieres- me animo, con un nudo en la garganta decidí contarle, era hora de soltarlo.
-Un viernes fui a una fiesta y me emborrache hasta que perdí la memoria- respire profundo haciendo sonar mi nariz- toda la tarde la pase pensando en él y que vio mis cortes, cuando estaba por salir Roman y yo tuvimos un encuentro- me paso un pañuelito descartable- yo casi me caía pero él me agarro, dijo que no me dejaría ir así; yo no le di importancia y salí de allí, a las pocas cuadras habían 3 chicos que al verme se me acercaron y ...- mi voz se quebró, tome aire- me llevaron hasta un callejón, uno de ellos empezó a tocarme y yo me resistí y él me pego...- las imagen no paraban de repetirse en mi mente- uno de ellos estuvo a punto de entrar en mi... hasta que llego Roman y me rescato- mire a Carol, sus ojos estaban inundados de lagrimas.
-Roman me llevo hasta su auto y me dijo que él fue quien me salvo...Por un momento volví a la realidad y lo único que hice fue hacer lo que más quería... yo... lo bese- finalice.
Ella solo me abrazo haciéndome sentir protegida. Un silencio no incomodo invadió la habitación. Un silencio que explicaba todo.
-¿Qué sientes por él?- hasta ahora esa pregunta no surgió en mi cabeza o quizás si solo la estaba tratando de evitar.
-No lo sé...- pensé bastante- yo lo odio- murmure.
-¿Porque?- su curiosidad a veces me molestaba.
-Por su culpa estoy aquí-
-¿Él te lo dijo?- negué con la cabeza- ¿No escuchaste su versión de los hechos verdad?- volví a negar- More a veces tenemos que escuchar a otras personas lo que nos tienen que decir- hablo en tono maternal- dale una oportunidad, deja que te explique- sonrió.
-Es que... yo no confió en nadie... todos me lastiman- hice muchas pausas porque no sabía que decirle- a nadie le importo.
-Entiendo, solo haz lo que diga tu corazón- me aconsejo.
-El corazón no siempre tiene la razón- hice una mueca.
-El corazón te lleva hasta la persona correcta- sonrió- solo dale una oportunidad- insistió.
-Está bien- me rendí- cambiando de tema ¿Por qué me dejaste sola con él?-
-Necesitaban privacidad linda- beso mi frente- iré a ver al doctor- asentí.
Abrí el cajón de la mesita que tenia a mi lado y saque mi celular, sin pensar ni un segundo más marque su número.
-¿Hola?- pregunte, oía una respiración agitada del otro lado- perdón, enserio perdón por tratarte mal- mi voz se apago, me invadía una gran tristeza- Si no quieres hablar conmigo está bien, solo quería pedirte perdón- estaba por colgar hasta que sentí como la puerta de mi habitación se abría.
Eleve mi mirada y me encontré él, su cabello estaba desordenado y en su rostro habían rastros de lagrimas, como pude me levante y camine hasta él.
-¿Me perdonas?- susurre y lo mire a los ojos, recordaba el color miel brillantes pero ahora solo se encontraban apagados.
-No me dejaste explicarte que yo no tuve nada que ver con lo que te paso- suspiro y camino hasta la ventana, me quede helada sin saber que hacer- me trataste mal y no entiendo porque- dirigió su mirada hasta mi.
Cada palabra que salía de mi boca era una flecha que traspasaba su corazón hiriéndolo más y más... Mis lagrimas no paraban de salir porque a pesar de que quisiera ocultarlo lo necesitaba, lo extrañaba y lo... quería.
-Perdón -fue lo único que dije y salí de la habitación, me estaba lastimando a mi misma en ocultar todo, no quería salir mal de todo esto.
Ya estaba demasiado rota por dentro.
Alguien me agarro de la cintura provocando que mi herida me doliera, su respiración chocaba en mi pelo. Lentamente me di la vuelta para mirarlo.
Tenía tantas ganas de abrazarlo, de besarlo y decirle que se quedara y no me dejara. Pero no podía hacer nada de eso. Creo que él leyó mis pensamientos porque sentí como se acercaba mas a mi y ponía sus manos en mi cintura, procurando no lastimarme, me quede quieta sin saber que hacer hasta que sentí sus labios sobre los míos.
Y fue allí cuando cerré los ojos dejándome guiar por sus labios.
Otro beso, pero esta vez era distinto, todo lo que sentíamos se demostró en él. Subí mis manos hasta el cuello de Roman haciendo que el beso sea más profundo y más perfecto.
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Nothing To Lose - Roman Bürki
Novela JuvenilNada que perder cuando nadie conoce tu nombre.