¿Porque a mi?

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Todo lo que pasaba era tan imposible, podría imaginar todo al abrir la puerta menos esto. No lo creo.

-Hola, ¿me recuerdas?

-Pa... ¿Papá?-mis ojos se llenaron de lágrimas.

Era el, era la misma persona que nos hizo tanto daño durante muchos años, era la misma persona que destrozó toda la familia por completo. ¿Quien se creía para aparecer después de tantos años? ¿Creía que correría a sus brazos y le diría que lo amaba como si no hubiese pasado nada? El no tiene idea de todo el daño que nos hizo, el solo se fue con su otra familia a ser feliz, ¿y nosotros que? A nosotros nos jodan verdad. Quería escupirle la cara, golpearlo, insultarlo, quería hacerle sentir el mismo dolor que el nos hizo sentir sin siquiera ponernos un solo dedo enzima. Lo odio tanto.

-Si hija, soy yo tu papá-dijo abriendo los brazos para recibir un abrazo mío. Eso no iba a suceder.

-¿Mi papá? Por dios, tu no eres mi padre. Un padre no se va una noche sin siquiera despedirse de sus propios hijos, un padre no abandona...

-Lo siento no puede des...

-¡NO HAY EXCUSA PARA LO QUE HICISTE! -grite con lágrimas en los ojos.-No hay excusa, ¿tienes idea de cuanta falta nos hiciste a mi y a mis hermano, incluso a mamá? No, no tienes idea. Tu no tienes idea de cuantas veces llore sola en mi habitación sin que nadie me escuchara para no decir que aún me dolía que no estuvieras conmigo. No tienes ideas de cuantas veces espere sentada frente a la puerta con la maldita esperanza de que entraras y dijeras que volverías y todo estaría bien. No tienes idea de cuantas veces necesitaba de un abrazo, de un consejo, de cariño, de amor, de comprensión. No tienes idea de como me destrozaste a mi y a mis hermanos. Cuando te fuiste te llevaste a mama contigo, ya no era cariñosa con nosotros era fría y se molestaba con nosotros por todo, ¿y quien tuvo la culpa? TU, tu tuviste la puta culpa de todo lo que nos paso. Y ahora vienes como si no hubiese pasado nada, como si no te hubieses ido de casa durante 4 años. Ya crecí sin ti, ya no me haces falta. Querías que te recibiéramos como si fueses nuestro padre, no, porque no lo eres, tu no eres mi padre, mi padre ya murió desde hace mucho tiempo. Te odio con toda mi alma, todo esto no expresa todo lo que te odio. Así que veté, tienes otros hijos a los que quizás sí amas, anda, no los hagas sufrir como nos has echo sufrir a nosotros. Anda, ve y diles cuanto los amas, abrázalos, dales todo el "amor" que no nos diste-Cerré la puerta con tanta fuerza que bajo Betty.

-¿Qué pasa Coroline?-pregunto preocupada.-¿porqué lloras, estas bien? ¡Dios mío estas temblando! ¿Qué sucedió?

-No pasa nada, estoy bien, tranquila.-La empuje a un lado y subí a mi habitación.

Me tire en la cama y llore toda la noche. La mañana siguiente tenía los ojos hinchados de tanto llorar, me veía terrible.

Ya había pasado una semana después de lo ocurrido, una semana horrible. Una semana sin salir de mi habitación. Una semana sin comer. Una semana sin reír. Una semana son asistir a clase. Una semana sin parar de llorar dia y noche. Una semana que nadie sentía mi ausencia. Pasa un día, pasan dos pasan tres, pero sigues sin importarles en que a sido de ti. Pasan los meses pero sabes que no existes. A nadie le importó nunca realmente. Sentía tanta rabia dentro de mi que hasta dolía.

Pero tengo que salir, tengo que seguir con mi vida normal, no puedo quedarme aquí encerrada el resto de mis días. Era martes y me dirigí a la escuela con muy pocos ánimos.

-¡COROLINE!-escuche que gritaban. ¡COROLINE! ¿Dónde has estado? Por dios estábamos preocupadas jovencita.-dijo Melissa y Cleo solo afirmaba con la cabeza.

-Estoy bien, no se preocupen, sólo tuve un problema...

-¿Qué problema? -pregunto Melissa.

-Nada importante. No se los puedo contar. Bye...

-¿Somos tus mejores amigas y no nos puedes contar tus problemas? ¿No puedes, o no quieres?-dijo Melissa molesta.

-¡No quiero!-grite y salí corriendo.

Al parecer estaba molesta con todo el mundo. Nadie se interesa por mi, nadie se preocupó ni siquiera por ir a visitarme a casa ¿y ahora que vengó a la escuela resulta que todos estaban ansiosos por saber de mi?. Que se jodan todos.

-Chica rara ¿dónde has estado? Perdón por no haber pasado por ti...-Era el estúpido de Matt.

-No me llames así, me llamo Coroline. No te importa donde estaba, no fingas. Y por último, sabía que no irías, ni siquiera me aliste para salir contigo-mentí.

-Oye tranquila chica rara, ¿estas molesta?-Pregunto riendo.

-¡Esto no es una maldita broma imbécil!-dije enojada mientras una lágrima salía.

-¿Oye Coroline, estas bien? Lo siento, creí que...

-Jodete.-me voltee y me marche casi corriendo.

Todo el día de escuela estuvo fatal, si ya odiaba a todo el mundo, el día de hoy los quería asesinar. Todos sé la pasan por ahí fingiendo ser felices pero no lo son, nadie es feliz por completo. Todos tenemos problemas, y sólo podemos ocultarlos, no queda de otra. El mundo cada día esta peor, entre más falso seas más aceptado serás por los demás. Entré más real seas más rechazado serás, esa es ley de vida. ¿No entiendo por que me llaman rara? No es que sea rara, es que me amarga esta generación tan superficial.

Llego la hora de salida. Por fin. Me dirigí a casa por calles diferentes "tome el camino largó" quería tardar en llegar, quería caminar, despejarme, pensar, quería desaparecer de alguna manera. Aunque sea por unos minutos.

Estaba caminando por la calle y había un tipo sentado en una banca del parque, era muy atractivo. Era alto, Moreno claro algo musculoso, cabello castaño y algo rizado, ojos café claro. Me recordaba a alguien de alguna manera. Me senté en la banca de frente de el. Nos miramos unos minutos, después vi que se levantaba, creí que se iría, pero no era así. Se comenzó a acercar a mi, y mi corazón se aceleró, quería que se desviara o algo, pero que no viniera hacia mi. Pensaba "Largo, largo, no vengas conmigo, largo, no estoy de humor te tratare mal de alguna manera largó".(siempre que estoy de mal humor trato mal a todo el mundo, no importa quién sea, así sea el presidente Obama lo hubiese tratado mal.)

-Hola-dijo sentándose a mi lado.

-¿Que demonios quieres?-dije molesta sin mirarlo a los ojos.-Mierda, lo arruine-pensé.

-...¿Perdona, te moleste?-dijo alejándose.

-No, no, lo siento mucho, es sólo que no estoy de muy buen humor. Perdona.-lo mire a los ojos.

-¿Hay algo que pueda hacer al respecto?-dijo algo serio.

-Un helado.

-¿Un helado?-pregunto arqueando las cejas.

-Si, si me invitas un helado, puedes mejorar mi día.-dije sonriendo.

-Esta bien, un helado.-me devolvió la sonrisa.

Nos levantamos y caminamos a la heladería de la esquina. Después me propuso acompañarme a casa y acepte. Durante todo el camino hablamos sobre muchas cosas, sobre música, películas, libros etc., pase un buen rato junto a el. Su nombre era Robert. Lindo nombre.

Llegando a casa todo parecía tranquilo, pero no era así, al entrar a la sala todo volvió a tornarse obscuro.

La historia de CorolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora