Matt Matt y solo Matt

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Entre a la sala y allí estaba, aquel hombre que nos destrozo, sentado en el sofá riendo como si nos gustara que estuviese aquí. Al menos a mi no me gustaba su presencia.

Subí a mi habitación sin que nadie me mirara. Sólo quería estar sola, quería despejarme de todo, quería irme lejos, quería desaparecer de algún modo y jamás regresar a este mundo de mierda, quería correr, gritar, reir, llorar, saltar. Quería ser feliz aunque fuese por un momento. -Trate muy mal a Matt-pensé, pero daba igual, que me importaba lo mal que lo había tratado, no era nada mio, ni mi amigo, y jamás lo seria.

Pasaron horas (era noche ya, 11:36 pm) y yo seguía acostada en mi cama, con un café y unos cuantos libros. "Toc Toc" sonó en mi ventana, yo lo ignore por completo, "TOC TOC" sonó nuevamente, esta vez más fuerte, cuando me asome a la ventana a mirar, solté un grito ahogado.

-Que demonios haces aquí-dije enojada.

-¿Estas triste?-Era Matt, en mi ventana, jodidamente hermoso.

-¿Porqué lo preguntas?

-Quiero que salgas conmigo ahora mismo, tengamos una cita ahora. Sólo tu y yo. Quiero ser la persona que haga que te olvides de todo por lo menos unos cuantos minutos.

Me quede en silencio. Tome mis llaves y un poco de dinero de mi mochila y sin dudarlo salí. Salí con Matt.

Caminamos unos cuantos minutos en silencio hasta la cafetería de la esquina. Minutos que para mi fueron horas.

-¿Que quieres ordenar Coroline?

-Un café.-dije algo seria.

-¿Sólo eso, un café?

-Si, no tengo hambre, gracias.

-Okay.-asintió con la cabeza.-traiganos un café y una rebanada de pastel a cada uno por favor.

-Pero te dije que n...

-No hagas tanto drama, ¿que no te gusta el pastel?

-No.-dije volteando la mirada, (joder amaba el pastel).

-Esta bien, más pastel para mi.-Dijo riendo.

Así pasaron largos minutos en la cafetería, hablando de todo y a la vez de nada. Me contó de su familia. Vive con su papa y sus 3 hermanas menores desde hace 6 años, su mama falleció en un accidente automovilístico junto con su hermana y hermano mayores que el. No se entendía muy bien con su padre después de lo sucedido, o algo asi entendí.

Salimos de la cafetería y yo ya me dirigía a mi casa.

-¿A dónde vas?

-A mi casa.

-¿Qué? Aún no termina nuestra cita Coroline.

-¿A no?-dije frunciendo el ceño.

-No, esto acaba de comenzar...

La historia de CorolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora