Ya no puedo mas, se acabo.

121 3 5
                                    

Cuando los vi besandose sentí... ni siquiera estoy segura de lo que sentí, solo se qué nunca antes lo había sentido. Sentía coraje, miedo, tristeza, rabia, rencor, pero sobre todo una gran decepción, una enorme decepción por Matt.

El me había prometido que jamás me lastimaría, me juro que me quería, que el me protegería, pero sólo eso eran, promesas incumplidas. Me quede parada frente ha ellos unos breves segundos y lágrimas comenzaban a escurrir por mis mejillas.

-¡¡¡COROLINE!!!-grito Matt mientras apartaba a Hilary de sus labios.

Me quede en silencio, no sabía que hacer, no sabía si humillarlo, golpearlo o insultarlo, estaba confundida, jamás creí que Matt me hiciera algo así, pero ahí estába, besando a Hilary. Lo hizo, hizo lo que dijo que jamás haría, hacerme daño.

-¡Juro qué puedo explicarlo corol...

-No tienes nada que explicarme, Matt. Eres libre de hacer lo que quieras, bien me lo dijeron ¿porqué habría alguien como tú, fijarse en alguien como yo? solo era cuestión de tiempo para que esto pasará.

-¡Perdóname Coroline, te juro que yo no la bese, ella me besó a mi, perdóname te lo suplico.-escurrían lágrimas de sus ojos.

-No Matt, lo siento se acabó. Tengo que agradecerte por qué, mientras esto duro, me hiciste muy feliz Matt, muy feliz. Gracias.-las lágrimas de mis ojos escurrían sin control.-Hasta nunca Matt.-me di la vuelta y me marche lentamente por el pasillo.

-¡Coroline por favor te lo ruego, no te vallas, no me dejes solo.

-¡Déjala Matt, no te merece, esa estúpida es muy poca cosa para ti JAJAJAJA!-grito Hilary.

-¡Cállate Hilary, aquí la única poca cosa eres tu!-dijo Matt empujando a Hilary.

Seguí caminando hasta llegar al patio y deje de escuchar los gritos de Matt y de Hilary. Me acerque al comedor con las chicas y me senté en silencio.

-Coroline encontraste a Mat... ¿Qué te pasa Coroline?-pregunto Cleo.

-¡QUÉ PASA CORO?!-dijo Melissa muy asustada.

-Nada chicas, nada. Sólo... sólo necesito un fuerte abrazó por favor.

Las chicas me abrazaron fuertemente y no resistí más, me rompí en llanto, era una llanto verdaderamente incontrolable, me sentía tan mal, me sentía tan, tan... tan triste. Me entristecía más el saber que esa tristeza la había causado Matt, el mismo que dijo que era su todo, que jamás me dañaría, pero con el tiempo aprendí, que las personas pueden prometer muchas cosas, pero jamás las cumplirán.

Quería irme corriendo a algún lugar en ese preciso insante, a cualquier lugar donde no hubieran personas que solo se empeñan en dañarme, quería desaparecer, no por un momento, si no por toda la vida.

Salí de clases y las chicas quedaron de ir juntas a casa de Melissa.

-Ven con nosotras Coroline, así nos cuentas todo lo que pasó ¿si? Por favor.-dijo Melissa.

-Chicas, no me siento bien, quiero estar sola, después les contare lo que me pasa ¿si?

-Esta bien Coroline, te entiendo, pero si necesitas algo no dudes en localizarme ¿okay?-dijo Melissa.

-Okay, no te preocupes. Adiós chicas.

-Bye Coroline.-dijeron ambas.

No sabía hacia donde dirigirme, estaba sola en la calle caminando mientras lágrimas escurrían de mis ojos, no tenía ningún lugar a donde ir, así que decidí volver a casa.

Llegue a casa y todo estaba completamente obscuro, entré por la ventana y fui a revisar si había alguien en casa, entré a todas las habitaciones y al parecer estaba ahí yo, sola, como siempre.

Entré a mi habitación, apague la luz, y me tire en mi cama y comencé a llorar y llorar sin poder detenerme, mi mente no podía borrar lo que vio, me venía la imagen de Matt y Hilary besandose una y otra vez, y eso, hacia que me sintiera de lo peor. Me sentía tan mal, tan triste, a la única persona a la que le había brindado toda mi confianza, mi amor, y mi cariño, me traiciono, me traiciono al igual que todas las personas que me han jurado que jamás lo harían. Pero así es esto, las personas mienten.

Y ahí estaba de nuevo, como un cuento de nunca acabar. Sola, en mi habitación, a obscuras, tirada en la cama rota, triste, derrotada, cansada de siempre dar lo mejor a los demás de mi, y que los demás solo me den una mierda, una jodida mierda.

¿Pero qué podía esperar de las personas? Sí mi propia familia me hace mierda, ¡qué más da, que se jodan todos!

Lloraba y lloraba sin parar, creí que llegaría el momento en el que me quedaría sin lágrimas de tanto llorar, pero no fue así, no había nada que pudiera remediar todo el daño que me han causado todos. Melissa llamaba una y otra vez a mi celular, pero no pensaba responderle. Por fin decidí levantarme de mi cama, y me dirigí al baño, me mire al espejo y me veía fatal, nunca había llegado a ese límite de tristeza en mi vida, nunca. Me quede varias horas mirándome. Me dije a mi misma que jamás me volvería a poner de esa manera por ninguna razón. Me jure que toda esta miserable mierda iba a terminar de una vez por todas. Me jure que ya no iba a sufrir nunca más. Me jure que todo, absolutamente todo iba a terminar esta misma noche. Me arme de valor, me sentía tan decidida a terminar todo en ese mismo instante. Tome varios frascos de pastillas y corrí a mi habitación, me senté en mi cama y me quede en silencio unos segundos, después, sin pensarlo, tome un frasco de pastillas entero. Espere unos minutos y tome el segundo frasco. Después de unos minutos mi vista se comenzaba a nublar, mi cabeza no dejaba de dar vueltas y vueltas sin parar. Baje de la cama y caí al suelo, estaba en el suelo tirada mirando hacia el techo con pocas fuerza, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, no sentía mis manos ni mis piernas, miles de recuerdos vinieron a mi mente, pero ya no había marcha atrás, ya todo estaba hecho solo era cuestión de minutos para que todo terminara. Con las pocas fuerzas que me quedaban tome otro puño de pastillas y las metí a mi boca y las trague. Comenzaba a ver todo obscuro, solo escuchaba que alguien golpeaba mi ventana pero no le tome importancia. Ya todo estaba hecho, ya no podía moverme, no podía hablar, no podía hacer nada, ya todo había terminado tal como me lo jure a mi misma, y cumplí, cumplí mi promesa. Ya no sufriría nunca más. Por ultimo escuche a alguien entrar a mi habitación por la ventana y acercarse a mi, pero ya era demasiado tarde. Quede inconsciente.

La historia de CorolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora