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Gabriell no había vuelto a hablarme, una semana transcurrió desde la fiesta y por un segundo tuve la idea de que hablaríamos nuevamente, pero por supuesto, esa idea se esfumó de inmediato.

Había discutido miles de veces con Carol sobre el incidente de Thomas, teníamos miles de teorías, pero su favorita era "Close es un bobo, se arrepintió y quiere volver contigo porque eres hermosa, no seas débil, no caigas"

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-Sólo pon atención a las raíces –me decía Frank mientras salíamos de matemáticas- ya verás que haciendo eso, tu vida será más fácil.

-Eso lo dices porque eres el primero en la clase, los números y yo jamás hemos sido amigos, jamás.

-Tú eres la única que puede cambiar eso –afirmó entre risas.

-¡Te lo juro! Es imposible...

-Hey, Mia –habló alguien a mis espaldas de pronto, haciendo que nos asustáramos.

Volteé y vi a Cameron de pie, luego volví a mirar a Frank un poco extrañada y me quedé de espaldas al recién llegado.

-¿Si? –dijo Frank asomándose.

-¿Me la prestas un momento? Tengo que hablar de algo con ella, en privado.

Abrí mucho los ojos y negué levemente con la cabeza rogándole a Frank que dijera que no.

-De acuerdo, pero tenemos que estudiar así que la esperaré aquí.

Blanqueé los ojos y caminé desganada un poco más lejos siguiendo a Cameron, pero lo suficientemente cerca para que Frank me tuviera a la vista.

-¿Qué necesitas?

-Me encanta cuando marcas tu acento –dijo con su mejor sonrisa, yo sólo blanqueé los ojos de nuevo- bueno, la verdad es que supe que rompiste con Close.

-Eso pasó hace bastantes semanas.

-Lo sé, pero quise darte tu tiempo antes de hacer esto.

Lo miré frunciendo el ceño al estilo Gabriell.

-¿Para hacer qué? –me crucé de brazos.

-Invitarte a salir conmigo.

-No, gracias –dije volviendo a caminar hacia Frank- lo siento pero tengo que seguir estudiando.

Cameron me siguió rápidamente.

-Por favor Mia, nos besamos.

Lo miré de nuevo, pero esta vez, mucho más cabreada que antes.

-Corrección, tú me besaste. Yo no quería.

Soltó una carcajada irónica.

-Si no te hubiera gustado, no me habrías invitado a tu casa luego –insinuó.

-¿A qué te refieres?

Ya estaba perdiendo la paciencia, Cameron era de lo más irritante, y no estaba de humor para aguantar tonterías.

-Vamos, admítelo... O dirás que solo me invitaste para hacer la tarea –se acercó mucho más- una chica no invita a un chico a su habitación sólo por tarea.

-¿Qué demonios dices? Habla claro por favor, no te entiendo.

Su sonrisa se hizo maliciosa.

-Aun sigo pensando que si no hubiera mensajeado a Gabriell esa mañana, nosotros nos habríamos quitado la ropa.

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