~ Capítulo 2 ~

34 2 0
                                    

Cuando Lya se dispone a abrir uno de los dos portones de la enorme discoteca que los universitarios han reservado me percato de que estoy más nerviosa de lo que pensaba. Intento hacer caso omiso a mis pensamientos y la animo:

- ¿Lista para disfrutar? - le pregunto echando mano del segundo gran pomo para tirar de él. Ambas tenemos una enorme sonrisa y sé que ella también esta nerviosa. 

- ¡Por supuesto! - dice emocionada, tirando de una de las puertas mientras yo hago lo propio con la mía. 

No nos hemos percatado de que éstas dos puertas son demasiado altas para lo bajitas que somos nosotras apareciendo tras ellas; lo que hace que casi todo el mundo en esta fiesta se gire hacia nosotras para ver quien ha llegado. A lo que, avergonzadas de tantos ojos posados sobre nosotras, y aún con los efectos de las dos ginebras en el cuerpo, solo sabemos saludar agitando la mano.

- A esto llamo yo ser discretas - me comenta a carcajadas Lya. 

- Desde luego que si, vaya vergüenza - le contesto también riendo. Si no fuera por el alcohol ahora mismo estaría deseando que me tragase la tierra.

- ¿Puedes ayudarme a buscar la barra? Creo que necesito más combustible - me pregunta Lya.

- Obviamente te ayudaré, si nos separamos aquí dentro igual es la última vez en nuestras vidas que nos vemos - bromeo. Esto va a ser difícil.

Empezamos a caminar entre esta gran multitud de jóvenes en nuestra búsqueda pero nos damos cuenta de que somos muy bajitas, es imposible encontrar algo desde tan abajo. 

- Perdonad... ¡PERDONAD! - chilla Lya a un grupo de chicos que están sentados en forma de "u" en un sofá pegado a la pared. Se ve que mi amiga tiene buen ojo, porque ha ido a preguntarles a un grupo de chicos bastante atractivos - ¿Me diriaís donde está la barra? Hemos llegado hace un rato pero aquí es imposible encontrar nada - les comenta con una sonrisa.

- La barra está por allí - dice el chico que está sentado en el centro, el cual parece ser el cabecilla del grupo, señalándole a mi amiga hacia el fondo del inmenso local. A decir verdad, es bastante guapo. Puedo ver sus ojos azules incluso debajo de todas estas luces y lleva el pelo con mechas rubias, formando una cresta. Aunque está sentado calculo que debe medir alrededor de un metro setenta y parece estar bastante fuerte debajo de esa camisa azul marino. - Pero con esos taconazos entre tanta gente no creo que lleguéis muy lejos - añade mientras se ríe -. Si queréis nosotros podemos invitaros a un par de copas - y mira a sus amigos mientras todos se ríen -.

- Más quisieras que nos sentaramos con vosotros - le contesto con prepotencia, ante la mirada atónita de Lya. En realidad no me hubiera importado de no ser por las últimas risas. Conozco bastante bien a los tíos y precísamente éstos, no tenían buenas intenciones. - Ya nos vemos. 

Agarro a Lya del brazo y me la llevo casi arrastrando hacia donde el "amable" guaperas nos ha indicado. 

- ¿Pero a tí que te pasa aguafiestas? - me inquiere Lya bastante mosqueada. - ¿No se supone que habíamos venido a divertirnos? 

- Si camikaze si, hemos venido a divertirnos. Pero deberías haberte dado cuenta tú solita de que esa panda de estúpidos no auguraban nada bueno - le respondo acercándome a su oído, intentando que me escuche entre tanto tumulto.

- ¿Auguraban? ¿Ahora eres bruja? - espeta entre risas. Sé que está bromeando así que la secundo y le respondo:

- Pues claro, ¿no sabías que el alcohol me da poderes? - me río más fuerte - No enserio tía, quiero pasármelo bien no acabar metida en problemas, y menos con tíos.

- Vaaaaaaale, tienes razón. Creo que la última vez aprendí la lección. No quiero volver a verte en modo Terminator otra vez solo por que se pasen conmigo, podríamos habernos ido antes de que le partieras el palo de billar en la espalda, ¿no? - y se parte de risa.

- Eso ni de coña, ese tipejo borracho tenía que aprender a que la chica que menos esperas puede darte de hostias si te pasas con ella. Seguro que no ha vuelto a intentar propasarse con ninguna mujer desde entonces - le respondo guiñándole un ojo y riéndome recordando la escena. Aunque en ese momento no me hizo nada  de gracia, más bien me aterrorizó.

- ¡Eh, tía, mira! Parece que por fin hemos encontrado el arca perdida - bromea. 

Y tiene razón, calculo que habremos tardado en encontrar la dichosa barra de bebidas una media hora, pero por lo rico que está nuestro ron con naranja cuando nos lo sirven, ha merecido la pena. 

Nos apoyamos en una de las paredes del local mientras disfrutamos de nuestra bebida y bailamos como locas. De repente, cesa la música para dejar paso a otra canción y nos sentamos en un pequeño murito dentro del gran local a descansar. Mires hacia donde mires hay gente. Justo en frente hay un grupo de jóvenes jugando al futbolín. La chica pelirroja que hace de portera está muy emocionada, chillando cuando le marcan gol y abrazándose con su compañera cuando le marcan gol a los dos chicos contra los que juegan. Alrededor hay un montón de gente observando la partida como hipnotizados, será que se llevan una buena tajada. Y entre ese montón de gente, veo a lo que para mis ojos es un Adonis que ha descendido a la tierra solo para provocarme. Mis ojos recorren su alrededor de 1'90 de arriba a abajo, intuyendo que tiene un cuerpo definido ya que parece que la camisa se le ajustara en cada parte de su torso y observando los deshilachados en los rotos de sus ajustados vaqueros, que brillan bajo la típica luz azul de discoteca y le hacen destacar entre todos. No distingo muy bien sus rasgos desde esta distancia, pero alcanzo a adivinar una mandíbula que deberá cortar como un cuchillo y un cuello que hace que aflore mi alma vampira.

- ¡Thaaaaaaiiiisss! - me agita la mano por delante de la cara Lya - Tía, ¿que te pasa?, llevas cinco minutos analizando a ese bombón, ¿le conoces? - me pregunta Lya con mucha curiosidad. 

- ¿Crees que si le conociera seguiría aquí sentada? - le respondo mientras bebo un largo trago de mi ron. No le conozco pero puedo conocerle si voy allí y me presento, aunque necesitaré beber más para eso.

- Pues su amiguito tampoco está nada mal - se ríe mi amiga - ¿Has visto al rubiales que está a su lado? 

- Quién lo hubiera dicho, ¿eh? Dos para dos - bromeo con Lya. No me esperaba que antes de responderle ya estuviera contoneando su vestido rojo en dirección a ellos. Pues si que está hoy valiente, si. 


***

Sí, se que éstos dos primeros capítulos de presentación son un poco mas aburridillos,

pero les animo a seguir leyendo. ¡Ahora empieza lo mejor! :)

No Te Enamores De Mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora