~ Capítulo 4 ~

15 2 1
                                    

Amanece un día templado en Los Ángeles. Cuando me despierto veo a Lya roncando a mi lado de una manera nada delicada, cosa que me hace empezar el día con una carcajada que la despierta sin querer. Anoche se quedó en mi apartamento porque así su madre no se enteraría de a que hora llegó a casa y no le echaría una bronca tremenda al descubrir que eran las siete de la madrugada. Se nos alargó un poco - o mucho - la noche con Tanya y sus amigas, entre bailes y copas;  así que pensamos que era mejor que Tanya cubriera a su hermana y dijera que nos habímos ido de la fiesta temprano.

- ¿Que te pasa loca? - me pregunta adormilada mi graciosa amiga.

- Nada, nada, es que dormías tan delicadamente... - le respondo aún riéndome como loca.

- Hasta durmiendo soy una princesita, ya lo sabes - bromea mientras se dirige al baño. 

- Si, la princesa de Reino Ronquido - le sigo la broma - ¿Te apetece un café? - pregunto mientras le dejo unas cuantas prendas de ropa mías al lado de la ducha y salgo del baño.

- ¡Doble, por favor! - replica desde el baño cerrando la puerta, justo antes de empezar a oir caer el agua de la ducha.

Preparo los dos cafés dobles que curarán nuestra gran resaca y los dejo en la mesa con unas tostadas y mermelada. Cuando mi amiga sale de la ducha desayunamos juntas en silencio, como dos zombies y, a penas acabamos nuestro café, parece que ya nos ha vuelto el alma al cuerpo. Me levanto de la silla y me dispongo a ducharme yo también. 

Mientras estoy de lo más relajada debajo del agua templada, relajándome los músculos aún engarrotados tras todos los bailes de anoche, oígo a Lya hablar en un tono muy animado por el teléfono.

- ¡Si, si, por supuesto!... ¡Claro, en una hora!... ¡Si, se esta duchando!...¡Allí os vemos!- y cuelga.

- ¡¿No te habras atrevido a decirle a ese estúpido que voy a ir no?! - le chillo muy alto desde la ducha, mientras acabo de aclararme mi cabello. - ¡Ya te dije anoche que no soy sujetavelas, Lya! - le espeto alzando aún más la voz.

- No seas boba, si seguro que lo pasamos bien - me dice abriendo la puerta del baño y haciéndome dar un respingo. - Además, no vas a estar de sujetavelas. Josh también va - añade guiñándome un ojo de forma pícara.

- ¡Oh, no, no! ¡Eso sí que no! Ya sabes que no quiero volver a ver a ese desgraciado, y menos después de los que nos contó anoche la amiga de Tanya. Si me lo vuelvo a cruzar y se atreve a decirme algo más... - le espeto apretando los dientes. 

<<Lo mataría. Juro que mataría a ese estúpido y horrible niñato. Bueno, a ese estúpido niñato ¿vale?.>>

- Como quieras, si no quieres tener la oportunidad de vengarte por lo que te dijo anoche... - me dice mientras se va, aunque en realidad sé que me está mirando por el rabillo del ojo para ver si caigo en la trampa que acaba de lanzar. Sabe que lo haré.

- Vale, vale. Como siempre, sabes como convencerme. Pero luego no te quejes si la bomba salta por los aires y acabamos discutiendo. Después de saber como es no pienso quedarme callada ante él - digo saliendo de la ducha un poco cabreada, mirando a Lya con el ceño fruncido. 

Me pongo unos vaqueros y una camiseta bastante básica pero con un poco de escote con unas bailarinas negras y, tras alisarme el pelo y hacerme mi típico eyeliner, tengo la armadura puesta para ir a enfrentarme con mi mejor cara al tío mas estúpido que he conocido. Creo que sino quiero que Josh se entere tampoco debería contarle a Lya que ese grosero moreno se ha colado esta noche en mis sueños. No he soñado gran cosa, solo veía su espalda su espalda subiendo y bajando y  le escuchaba susurrar: "Thais, thais...". Tal y como me lo imaginé la primera vez que mis ojos se posaron en él. Pero eso se tiene que quedar ahí, en un sueño. No puedo dejar que este chico maleducado se apodere de mis pensamientos, y mucho menos de mi cuerpo. 

Salimos en dirección a la cafetería donde Lya ha quedado con sus dos nuevos amigos. Está muy nerviosa, cosa que no entiendo, si ya nos han avisado de como son. Bueno, de como es Josh. Tanya no conocía tanto a Devon así que por más que Lya abasalló a preguntas a su hermana, poca o ninguna información consiguió obtener. Esa es otra de las razones por las que he decidido acompañarla, ella es tan ingenua que no diferenciaría sus intenciones ni a la de tres. Cuando cruzamos la pequeña y pesada puerta de madera maciza vemos a los dos chicos sentados en una mesa con taburetes al fondo del acogedor local. Devon habla animadamente a Josh quien escucha con cara de no demasiado entusiasmo por la conversación. ¿Éste chico ni siquiera trata bien a sus colegas? No me lo puedo creer, ni explicar a mi misma. De repente parece que ambos notan nuestra presencia y dirigen sus miradas hacia nosotras.

- ¡Eh, chicas! - saluda Devon con la mano desde la mesa, como si no les hubieramos visto, mientras nos acercamos y tomamos asiento con ellos.

- Ya llegó la excursión de la guardería - espeta Josh apartando la mirada.

- Más bien hemos venido a salvar Devon del tostón que es estar contigo - le contesto irónicamente desafiándole con la mirada, intentando que mi tono sea lo más desagradable posible. Ni siquiera me sigue la pelea visual. - ¿Te importaría traerme un café? - le pregunto en un tono mucho más agradable al amable chico que nos mira detrás de la barra. 

- Enseguida, señorita - me responde con una impecable sonrisa, cosa que agradezco tras ver la cara de bulldog de Josh sentado frente a mi. 

Mientras vacío mi azucarillo en la taza y empiezo a remover enérgicamente, mi mente vuelve al maldito sueño de anoche. Vuelvo a ver en mis pensamientos esa enorme espalda subiendo y bajando en mi, y vuelve a mis oídos la dichosa voz susurrante de este tipo tan borde que tengo sentado enfrente de mi. El pensamiento que me inunda parece tan real que cuando vuelo al mundo me descubro, de nuevo, con la mirada perdida en sus facciones, recorriéndo cada centímetro. Mientras, Devon y Lya intercambian risitas y miradas a nuestro lado a la vez que hablan sobre sus gustos.

- ¿Tengo monos en la cara, niña? - me pregunta con la misma prepotencia de siempre alzando una ceja. - ¿Por qué me miras tanto?

En ese momento los nuevos tortolitos se giran a mirarnos, sorprendidos.

- No te flipes que no te miraba a ti - miento avergonzada-. Es la resaca, que me deja embobada. Eso y que no he descansado bien.

- ¿Soñando conmigo no? - contesta muy serio Josh y siento que palidezco. Lo diría de broma pero ha dado en el clavo el cabrón. 

- Sí, soñando que te despellejaba - espeto rompiendo a reír. 

- Bueno, bueno, vaya partido más agresivo me has traido Devon. Así no me voy a echar novia nunca. 

<<¿Perdona?. ¿He oído lo que creo que acabo de oir?. No puede ser que éstos dos tortolitos me hayan hecho la encerrona. Lya sabe perfectamente que no quiero citas, y menos con tipejos como éste.>>

- Puedes seguir soñando, chulo. Yo no quiero novios. Y menos si van a ser tan gilipollas como tú. - le espeto regocijándome por dentro por poder devolverle la grosería de anoche. - Además, eres mayorcito para estar aquí en citas a ciegas con, como tú dices, niñas, ¿no? - añado irónicamente.

- Tienes toda la jodida razón - me responde dando un golpetazo en la mesa - Ni siquiera sé que coño pinto aquí - inquiere levantándose de un respingo y dejándonos a nosotros tres solos en el bar, mirándole atónitos.

- Perdona tía, cuando quiere puede ser muy desagradable - dice mirándome Devon. Se puede ver la vergüenza en sus ojos por el acto desmedido de su amigo.

- Nada, no te preocupes. Sé como manejar a tíos como él. - le respondo tranquilamente mientras acabo mi café - Creo que os voy a dejar continuar con la cita, ya te dije que no soy sujetavelas - río mirando a Lya y guiñándole un ojo -. Hablamos luego rubia. Encantada, Devon. Por cierto, si no la cuidas despídete de tus amiguitos - digo señalando sus partes ríendo y salgo del local para dirigirme de nuevo a mi apartamento. 

***

Sí, tal como lo estáis pensando Josh es un malcriado.
¿Sabrá Thais manejarlo tan bien como dice?
¡Sigue leyendo para descubrirlo!
Voten y comenten porfis! 😙😉

No Te Enamores De Mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora