~ Capítulo 8 ~

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¡Empieza el salseo compañeros!
Espero no haberos hecho sufrir mucho
Hasta que por fin han dejado al lado su orgullo,
Pero precisamente eso quería representar.
Dicho esto, disfrutad de vuestra lectura queridos/as!😙

***

Salgo del portal y veo delante de mi apartamento el que parece ser el coche de Josh y, parece que por hacerme la puñeta, a Lya y a Devon sentados en los asientos de atrás. ¿De verdad pretenden que ocupe el asiento del copiloto?. Saben que me llevo mal con Josh, ¿por qué lo hacen?. Le echo una mirada fulminante a Lya y abro la puerta derecha para subirme al coche. 

- Hola cariño, -le digo sonriente a Lya girándome sobre mi asiento- hola chicos -saludo al resto, un poco incomoda-

- Hey -contestan ambos a la vez. A Josh se le escapa una sonrisa mientras contesta, supongo que por la metedura de pata cuando he contestado el timbre. 

Tras esto, Josh sube la música a tope y pasamos el trayecto a la fraternidad sin que a penas pueda oir mis propios pensamientos, algo que casi agradezco. Llegamos al lugar y veo por la ventanilla una gran casa con un amplio jardín, aunque la cantidad de gente que ronda a su alrededor hace que se vea más pequeña. ¿Estarán todos aquí fuera?. Bajamos del coche y Lya se apresura a entrar a la casa agarrada de Devon, mientras que yo camino un poco más atras de ellos y Josh a mi altura pero bastante alejado de mi, como si nos diéramos alergia mutuamente. Entramos en la casa y sigo la cabellera rubia de Lya hasta la cocina para servirnos algo de beber. Nos servimos nuestras copas y Lya me hace un "minitour" por la casa para que no me pierda luego. 

- ¿Entonces no le vas a dar ni una oportunidad a Josh? - responde mientras caminamos por el pasillo que va hacia el jardín, abriéndonos paso entre un monton de jóvenes que ya están bastante afectados para la hora que es- Verás, no quiero ser bocazas así que haz como que no sabes nada pero... Cuando le recriminé que porqué me había mentido me contó lo del ticket de la cafetería y que no le llamaste. ¿No crees que, para ser él, está insistiendo demasiado?

- No Lya, no le pienso dar ninguna oportunidad. Y sí, está insistiendo demasiado, pero es sólamente porque he sido de las pocas chicas que no me he lanzado a su cuello por su físico, y eso le hace querer conseguirme a toda costa. Pero si dejara que eso pasara, si pasase por su cama, sería una mas y quedaría todo ahí -le respondo a mi amiga volviendo a entrar en la casa, y según voy diciendo las palabras me voy arrepintiendo de lo que acabo de confesarle inconscientemente.

- ¿Y?. ¿Eso es lo que tú quieres siempre no?. Un hola y adiós. -me mira sorprendida, como si acabara de ver un fantasma mientras pasamos a una habitacion llena de juegos: billar, dardos, consolas de todos los tipos... - ¿O es que, por fin, la inenamorable Thais ha caído en las redes de Cupido?

- No flipes, Lya. Sabes que yo no me dejo engañar por esas ñoñerías. -digo intentando salir del paso- ¿De verdad crees que por un polvo que eche con ese insolente egocéntrico me voy a enamorar de él?. -añado en el camino de volver al encuentro de su querido Devon.

- Pues sí, lo creo. De no ser así ya lo hubieras hecho. -y tiene razón, pero mi orgullo no me permite dársela.

- Pues estás muy equivocada pequeña saltamontes. Y te lo voy a demostrar -sonrío pícaramente y puedo ver su cara de satisfacción. Hemos llegado a donde ella quería, parece que no siempre es tan ingenua.

- ¿Qué le quieres demostrar a mi princesa? -nos interrumpe Devon y me sorprende que nos haya oído entre tanta gente chillando, cantando y bailando como locos.

- Cosas de chicas, Devon, no seas cotilla -carcajea Lya agarrándose a su cintura. Hago un gesto de "vuestra ñoñería es vomitiva" y me siento en uno de los muchos sofás desperdigados por ésta gran sala que debe ser el salón entre semana. A mi izquierda se sienta Devon con Lya en sus rodillas (parece que no se quieren despegar ni para ir al baño, aunque eso me tranquiliza porque significa que la cuida) y a mi derecha se lanza contra el sofá Josh. La parejita se empieza a besuquear y entre nosotros se crea un silencio un poco incómodo. ¿Por qué no va por ahí con sus amigos, que seguro se lo pasaría mejor que conmigo?. Si sabe que no le pienso hablar, o quizá si.

- Voy a echarme otra copa -le digo sin apenas mirarle y sigo mi camino hacia la cocina.

- ¿Viste el ticket? -me pregunta Josh frenándome la mano justo cuando voy volcar la botella de Ron en mi vaso.

- ¿Qué ticket? -le pregunto mirándole a esos bonitos ojos café como si no supiera de qué me está hablando.

- Sabes de que te hablo Thais, no te hagas la tonta que sé perfectamente que no lo eres -me inquiere Josh dejándome, por fin, servirme mi copa- Te dije que Loren, la pelirroja, era mi hermana, y te dejé mi número de teléfono. ¿Por qué no me has llamado?

- No pensé que te interesaran las niñas -espeto mostrando mi rencor por su comentario- Además he estado ocupada en el trabajo, lo siento. -añado agarrando mi vaso y esperando a que él termine de servirse el suyo.

- Por lo poco que me has dejado conocerte creo que de niña tienes más bien poco, o nada. -me dice dejando escapar una leve sonrisa de sus carnosos y rosados labios. Dios, que boca más bonita tiene. No sé como voy a cumplir lo que le dije a Lya sin desmayarme antes.- Siento haberte ofendido en nuestros últimos... bueno, siento haberte ofendido siempre que nos hemos visto. 

- No sé si podré perdonarte -respondo haciéndome la difícil. - No me conocías de nada y me has tratado fatal, ¡cómo serás con tus amigas! -añado irónicamente-

- Te propongo una cosa. -me suelta con una sonrisa mucho más amplia, dirigiéndonos hacia el sofá de nuevo. Asiento en señal de que le escucho y él continúa su propuesta:- Dame sólo esta noche para convencerte. Si ésta noche hago algo que te moleste o incomode y quieres seguir odiándome, te doy mi palabra que no volveré a incordiarte. Pero si pasa lo contrario deberás ser tú la que me busque otro día para aceptarme como tu amigo. ¿Te parece bien? -dice atravesándome con esos ojos café mientras se muerde el labio de impaciencia. 

Lya mira a Devon incrédula de lo que está oyendo y él la besa para que deje de prestarnos atención. 

- Mmm... -dudo en qué responderle, pero entonces recuerdo la conversación con Lya- Trato hecho. -le digo aguantándole la mirada mientras doy un largo trago de mi copa. 

***

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No Te Enamores De Mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora