~ Capítulo 12 ~

11 0 0
                                    

Sorry por estropearos el San Valentín con éste capítulo no tan amoroso pero,

¡hay que saber mirar el amor en todas sus formas!

Espero que estén disfrutando de la novela :)

***

Me despiertan los rayos de sol entrando por mi ventana y el calor que desprende Josh a mi lado, quien para mi fortuna aún duerme. Salgo cuidadosamente de la cama para no despertarle, cojo algo de ropa limpia y voy a darme una ducha, necesito pensar. Seguramente él pensará cuando se levante que no me enteré de la última frase que dijo anoche, pero la recuerdo perfectamente. Precisamente eso ha hecho que en vez de amanecer eufórica y delirante haya amanecido más bien desilusionada, tanto como una mujer que ha dado mil oportunidades y todas han fallado; cosa que no se aleja tanto de mi realidad. 

Cierro la puerta del baño para evitar que el sonido del agua despierte al aprovechado que duerme en mi cama, y no por consideración sino porque no me apetece iniciar un incómodo día tras una incómodo amanecer juntos. No pensé que esto fuera a ser así, bueno, sí que lo pensé pero por un momento creí que no iba a pasar. Dejo caer el agua templada sobre mí que, como siempre, me aclara un poco el batiburrillo de ideas que hay en mi mente. Salgo de la ducha y me visto rápidamente, arreglo un poco mi rostro y, sin saber si lo que voy a hacer está bien o mal, preparo mis cosas para salir muy silenciosamente y escribo una nota con letra nerviosa para dejarla en la mesita de noche de al lado de mi cama:

"Me voy a ver a mi madre como todos los domingos. Puedes desayunar, ducharte o hacer lo que quieras y no te olvides de cerrar la puerta, por favor."

No estoy mintiendo, pero primero debo ir a dar una vuelta. Y sí, sé que esto es un poco cruel, pero no tanto como su maldita frase de anoche. Es el puto primer tío que dejo pisar este apartamento que para mí se había convertido en un santuario, en mi mayor refugio y, ¿para qué?. Para recibir un latigazo justo cuando empezaba a confiarme. Dejo la nota donde había pensado y salgo del apartamento cerrando de manera extremadamente silenciosa la puerta.

Cuando el aire fresco golpea mi cara es como si me despertara de un sueño, un sueño que ni siquiera ha empezado antes de volar por los aires. Tenía pensado ir a dar una vuelta para despejarme y sorprender a mi madre tan temprano, pero ahora mismo lo único que necesito es verla. Es la persona mas sabia del mundo, al menos de mi mundo, y seguro que tendrá las palabras que necesito. Inicio el corto trayecto hacia su casa revisando mi móvil prácticamente cada diez segundos con la estúpida esperanza de ver su nombre en la pantalla, pero no es así. Seguramente siga dormido como un tronco con su conciencia súper tranquila, debe estar acostumbrado a decir esa frase. 

Llamo al timbre y la puerta se abre, tras ella aparece mi madre aún con su bata de franela y su moño alto despeinado además de su taza de café en la mano, tal y como suelo estar yo en casa. Esa imagen me arranca una sonrisa que hace que no se note tanto el desastre que soy hoy.

- Vaya... ¡Buenos días cariño!. ¡Qué sorpresa verte aquí tan temprano! -me dice abriendo aún más la puerta y echándose a un lado para dejarme pasar con una sonrisa resplandeciente.

- Me apetecía pasar el día entero contigo y tomar un poco de ese delicioso café tuyo -le digo abrazándola mientras le doy un beso en la mejilla.

- Pues ya sabes, puedes servirte. -me dice carcajeando- Esta siempre será tu casa cariño -añade sentándose en la encimera de la cocina, dando un sorbo a su café- encima de la nevera hay bizcocho de ese que tanto te gusta

- ¡Oh! -chillo felizmente- Esto es justo lo que necesitaba para alegrarme el día, café y bizcocho de mi mami. -digo con un tonito infantil que sé que a mi madre le encanta y me siento enfrente de ella a desayunar. 

- ¿Alegrarte el día, cariño?. ¿Quién te lo había amargado tan temprano?. ¡Si solo son las nueve!-pregunta apurando su último sorbo de café, y casi hace que me atragante con el primer bocado de bizcocho. A veces olvido que mi madre es abogada y analiza hasta la mínima palabra que dice alguien.

- No quiero volverte loca con mis problemas a esta hora mamá. ¿Podemos hablarlo más tarde? -le respondo escondiéndome tras mi cobardía. Normalmente no me cuesta compartir mis sentimientos con mi madre, pero esta vez no sé por donde empezar. 

- De acuerdo cariño, sabes que cuando quieras aquí estoy. -me dice mientras se levanta a vestirse- Voy a convertirme en persona -carcajea-, enseguida vuelvo -y se pierde por escaleras arriba hacia su cuarto.

Pasamos el día viendo programas de cotilleo y comentándolos y, tras haber comido, decido volver a sacar el tema. 

- Tienes una hija que a veces es muy boba, mamá. -espeto sin razón acompañado de un suspiro.

- No digas eso cielo, es sólo que cuando rompes tu coraza eres demasiado buena. ¿Puedo saber que ha pasado? -me dice cautelosa. Eso es lo que hace que siempre quiera hablar con ella. No me obliga, simplemente se sienta y me acompaña.

Tras contarle toda la historia me mira con una sonrisa compasiva y me responde:

- Sé lo que sientes, cariño. Pero no puedes opinar del todo sin escucharle primero. Dale una oportunidad -y justo entonces comienza a vibrar mi teléfono con el nombre de Josh- aunque siempre puedes hacerle sufrir un poco -me sonríe maliciosamente.

Tras la charla y cuando el móvil dejó de sonar después de doce llamadas, estoy mucho más tranquila, pero aún no sé si debería escucharle. Ésta noche lo consultaré con la almohada.

***

¿Habrá perdón?. ¿No lo habrá?

¡Lo sabremos en el siguiente capítulo!

Gracias por llegar hasta aquí. Si te gustó agradecería tu voto y comentario.

No Te Enamores De Mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora