La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)

No hay que dejarla tomar ¿O si?

-Bueno creo que ya va siendo hora de irnos, ya se está haciendo tarde capitán- dijo la modelo al ver que ya se ponía el sol y sólo ellos dos seguían tomando.
-Es verdad, será mejor pagar la cuenta y despertarlos.

Al cabo de un rato despertaron a la mayoría de los miembros del club a excepción de algunos incluyendo a Subaru quienes tenían el sueño muy pesado.

-No se preocupen por él yo llamaré a sus hermanos para que vengan a buscarlo- dijo ella sacando su celular de su cartera.
-¿Estas segura que no quieres que los acerquemos hasta sus casa?- pregunto el capitan pues el habia venido en auto y llevaria a algunos de los demas, sin mencionar que no quería desaprovechar la oportunidad de llevarla hasta su casa y así conocer donde vivía.
-No hace falta él y yo vivimos cerca uno del otro así que le pediré a sus hermanos que me lleven- rechazo amablemente ya que lo mejor era evitar que se enteren que vivian en el mismo lugar.

El joven capitan resignado se despidió al igual que el resto de los miembros del club.

Una vez sola en la mesa del local con Subaru durmiendo aún en su regazo llamó al número de la casa mientra llenaba nuevamente su vaso de cerveza, luego de un rato atendieron el teléfono.

-Residencia Asahina- escucho la voz del abogado.
-Ukyo querido soy Alessia ¿Sería posible que alguien viniera a buscarnos?- pregunto entre risas aunque no pareciera la bebida ya le había hecho efecto.
-Si claro ¿Donde se encuentran?
-Ah pues... déjame pensar donde estamos...- hizo una pausa para recordar el nombre del local o por lo menos saber donde quedaba- es un restaurante de yakiniku, esta cerca del lugar donde se llevó acabo el partido ¿Sabes donde? Es un local muy bonito y tiene buena carne y cerveza- dijo soltando una risa.
-¿Alessia te encuentras bien? Suenas rara.
-Si perfectamente... creo- contestó lo último en un susurro.
-No me digas que estas tomada- lo escucho con algo de pánico en su voz.
-No he tomando tanto, sólo un par de botellas pero nada más- decia retandole importancia al tono de voz del abogado
-Esperen en el local y no se muevan de ahí ya irán a buscarlos.
-De acuerdo, nos vemos en un rato- dijo cortando la llamada para luego volver a vaciar el vaso de cerveza que tenía enfrente.
-Creo que si tomé bastante- dijo en voz alta, más para ella misma que para su acompañante que aún estaba durmiendo.

Al cabo de un largo rato y un par de botellas después Masaomi entraba al local donde se encontraba su hermano y la modelo, ella al verlo empezó a agitar sus brazos para llamar su atención, aunque no era difícil encontrarla pues era la única en el local con cabello blanco, él la observó confundido ya que su hermano le había dicho que estaba con Subaru pero no lo veía a lado de la joven, al estar ya cerca pudo ver la figura del peli-negro acostado en el suelo y usando el regazo de la albina como almohada.

-Se le paso un poco las copas- dijo ella sonriente, cuando él ya estaba enfrente de la mesa en la cual aún estaban las botellas vacías de lo que habían consumido en la tarde,  ella vacío el vaso que tenía en la mano bajo la mirada de lo que parecía asombro del pediatra- tranquilo, no estábamos sólo nosotros dos tomando, también estaban los compañeros de equipo de Subaru pero ellos se fueron hace un rato.

El castaño parecía más tranquilo pero eso no cambiaba el echo que ella no parecía estar del todo sobria.

-Bueno será mejor ya irnos, yo llevaré a Subaru al auto- decia el pediatra levantando a su hermano que parecía muy cómodo durmiendo.
-De acuerdo voy a pagar lo que tomé antes de que llegarás, así que te veré afuera- dijo ella levantándose un poco mareada por lo que espero que se pasará antes de empezar a caminar.

Mientras ella pagaba lo que había bebido el mayor acomodaba a su hermano en el asiento de atrás del auto, una vez que lo dejó recostado por la ventana cerró la puerta e iba a ir por la modelo porque creía que ella no se encontraba bien, pero en el momento que se dirigía al local nuevamente ella salía del lugar con toda tranquilidad, pero sin dejar de sonreír.