La llegada de la abuela uno.

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Al anochecer llegó el fotógrafo a la residencia con la intención recoger a su amiga y a su hijo pero se encontró con la sorpresa de que ella no tenía intención de abandonar la residencia.

-Lamento decirte que ella no viajara en avión por un largo tiempo- le dijo el escritor a lado de ella.
-¿Y ahora crees que tienes el derecho a retenerla contigo?- decía con los brazos cruzados, . o cariño que el sentía por ella en esos momentos era mas como de hermanos por lo que aún tenía una actitud protectora hacia ella.
-Bueno, pienso que tu tampoco le permitirías viajar en su estado- sonrío abrazando por la espalda a la albina depositando sus manos en vientre.
-¿Qué quieres decir?- cuestiono temiendo lo peor.
-Exactamente lo que piensa- ensancho su sonrisa.
-Bueno antes que se maten con la mirada yo me retirare a buscar a pequeño Cris- se soltó del agarre de su pareja para ir por el bebe y por su bolsón que se encontraba en la habitación de ella.
-Entonces por eso fue el desmayo del otro día- dijo llevando su mano a su rostro- y se le ocurrió venir así.
-En eso concordamos, lo único resaltante es que al menos se hizo los estudios pertinentes antes de venir- comento el escritor.
-¿De cuantas semanas?- pregunto ya resignado a la idea.
-Tres semanas aproximadamente, mañana la llevare a que vuelva a consultar- decidió él.
-¿Qué hará con sus estudios?
-Se inscribirá a una universidad acá en Japón, ya vino con un plan completo en su cabeza y con todos sus papeles- aseguro el escritor.
-¿Porque no me sorprende de ella?
-¿Sorprender qué?- pregunto bajando las escales con el pequeño.
-La capacidad con la que te adaptas- contesto tomando a su hijo- ¿Te quedaras aquí todo el tiempo?
-En Japón sí, pero acá no estoy segura, no quiero causarle problemas a ellos- respondió la albina.
-No creo que tengan problemas en que te quedes y personalmente prefiero que estés acá a que estés sola en un departamento, obviamente que estaré contigo en todo momento, pero si ocurre algo cuando yo no esté cerca podría ser peligroso- dijo el escritor.
-Estoy de acuerdo con ello, no puedes vivir sola y tampoco puedo permitir que vivas sola con él, no es confiable- el aludido se hizo el ofendido mientras llevaba su mano al pecho en un gesto de indignación.

La albina solo rio divertida.

-Quizás, pero aún así no es algo que pueda decidir yo sola.
-Está bien solo mantenme informado ¿Quieres? Yo debo volver mañana, Amanda querrá ver a Cris cuando regrese.
-Está bien, te avisare cualquier cosa.

De esa forma ambos se despidieron y él prometió que le mandaría alguna de sus cosas cuando llegue. Al cabo de un rato Ukyo aviso que la cena ya estaba lista lo que alegro enormemente a la ahora ex modelo.

-No sabes cuánto he extrañado tu comida Ukyo- dijo sentándose en la mesa.

Para desgracia de ella apenas iba a probar bocado cuando sintió unas terribles nauseas que la hizo correr hasta el baño más próximo preocupando a los presente, luego de unos minutos regreso con la cara aún más blanca y visiblemente molesta.

-Hikaru si ya no puedo comer la comida que prepara Ukyo date por muerto- amenazo ella.
-No dejarías huérfano a nuestro hijo ¿O sí?- bromeo él.
-Eso ya lo veremos- decía ella dirigiéndose a la cocina para tomar un poco de agua.
-¿Ella estará bien?- pregunto el peli-blanco.
-Supongo que no lo estará los primeros meses- respondió el escritor- lo que me recuerda, me gustaría que la dejaran quedarse acá nuevamente, quisiera evitar que viva por su cuenta cuando su embarazo este muy avanzado- pidió seriamente sorprendiendo a sus hermanos, no era normal para ellos verlo de esa forma.
-No necesitas pedirlo Hikaru, ella ahora es parte de nuestra familia y no la dejaremos sola- dijo el pediatra a la par que sus hermanos menores asentían con su cabeza con una sonrisa.
-Gracias.

La albina escuchaba la conversación conmovida por las palabras de ambos, no lo había pensando hasta el momento pero escucharles decir que pertenecía a su familia le hacía realmente feliz.

La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora