Lluvia.

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Ya era viernes y después de un largo día de trabajo para la modelo, podía darse un merecido descanso y no pensó en nada mejor que tomarse un capuchino, pero como la cafetería estaba llena lo pidió para llevar, una vez pagada su bebida salió del local para empezar su caminata pues aunque estaba considerablemente lejos siempre le era mejor caminar hasta el lugar que ella consideraba ya como su hogar temporal, en el camino no pudo evitar pensar el tiempo que llevaba en Japón, había llegado al país a finales de septiembre y ahora ya se encontraba en los primeros días de noviembre, no se arrepentía de haber venido a quedarse por un impulso, tenía mucho trabajo en diferentes empresas como ya era costumbre para ella no tenia tiempo libre entre semana, la única diferencia era que al llegar a su "hogar" nunca estaba silencioso y siempre la recibían con una sonrisa, disfrutaba eso y era seguro que en el momento que debía irse los extrañaría pues nada era para siempre y su estadía en Japón no sería eterno aún tenía que cumplir sus sueños y metas sólo faltaba que "él" la llamará para decirle que todo estaba preparado.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una gota de agua que aterrizó en su nariz, seguidamente otra cayó dando paso una fuerte lluvia que término por sacarla del fondo de su mente por completo.

- Merde, j'aurais dû écouter Ukyo*- maldecía la joven mientras corría a resguardarse de la lluvia.

El abogado le había advertido que en el transcurso del día marcaba lluvia, le aconsejo que llevará el paraguas por las dudas y claro ella muy lista rechazo el ofrecimiento, diciendo que un poco de agua no dañaría a nadie y que vendría en taxi si llovía, pero como no lo había hecho en todo el día ella olvido la advertencia del mayor y ahora se encontraba mojada, su capuchino aguado, sin mencionar que se había apagado su celular porque se le olvidó ponerlo a cargar la noche anterior, a eso sumándole el hecho que no estaba ni cerca de llegar a la residencia.

La modelo suspiro. No le quedaba de otra que esperar a que pasara la llovía, la cual no se veía con ganas de detenerse.

Iba a volver a maldecir pero un joven conocido con un paraguas se paró frente a ella.

-Alessia ¿Qué haces acá?
-Natsume, que alegría verte y... pues veo como llueve- respondió con una sonrisa él podía llevarla hasta la residencia- ¿Y tu que haces por acá?
-Vivo en el edificio de enfrente, salí a comprar para preparar mi cena.

Ella miro el edificio señalado, iba a decirle algo al respecto pero antes de que pudiera articular una palabra estornudo, haciendo que el peli-naranja se percatara del hecho que ella estaba completamente empapada.

-¿Hace cuánto estas acá?
-No mucho, unos 10 o 15 minutos... quizás- decía pensando el tiempo que había pasado incluyendo el tiempo en el que se maldijo por no hacerle caso a Ukyo- tal vez 20 si sumo desde que empezó a llover.
-Ven conmigo necesitas calentar tu cuerpo o vas a resfriarte.
-No hace falta ya va a parar seguramente- en ese momento se oye el ruido de un trueno y el cielo fue atravesado por un rayo mientras llovia se hacía más intensa transformándose en una hermosa tormenta eléctrica- bueno, quizás no pare, así que estaré a tu cuidado- decía sonriendo mientras se posicionaba a lado de él bajo el paraguas- se que no tiene sentido pero igual.

Él negó con la cabeza.

-Es preferible que no te sigas mojando ya lo has hecho bastante.
-Pero es divertido.
-No si te enfermas.
-En mi defensa mi sistema inmunologico es fuerte.
-Eso ya lo veremos estas temblando y estornudando.
-Punto a tu favor.

Mientras iban platicando llegaron hasta el edificio, entraron en el ascensor y luego de unos segundos se abrieron las puertas.

-Por acá- señaló el joven mientras caminaba seguido por la modelo.

La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora