Mauvaises nouvelles.

935 101 10
                                    

El viaje de regreso fue bastante largo y cansador para todos a causa de su poco descanso, en especial para los que conducían por lo que tuvieron que cambiar varias veces durante el trayecto a la residencia.

-Dormiré hasta el año que viene- dijo la albina tirándose en el sillón.
-Bueno eso será difícil teniendo en cuenta que debes ir a España junto a tu madre mañana- le recordó el escritor.
-Al menos dormiré en el avión- pensó en su intento por ver el lado bueno de eso- no quiero ni pensar en lo que me espera con maman luego de la fiesta que hizo acá.
-No puede ser tan malo ¿O sí?- se preguntaba el peli-blanco- digo después de todo ya te dio esa lista antes de irse.
-Sí, pero no elegí a ninguno, por lo tanto me espera otra lista después de año nuevo- respondió ella desanimada.
-Tranquila solo serán un montón de expedientes no un contrato de matrimonio- decía con calma su amigo- aunque por las dudas no firmes nada- bromeo sacando una sonrisa a la modelo.
-Lo tendré en mente Hikaru- dijo con una sonrisa divertida antes de quedarse dormida.

El resto del día fue tranquilo, la mayoría que tenía el día libre utilizaron para poder descansar y reponerse de la falta de sueño de lo que fueron privados a causa de la energía de la modelo durante la madrugada, por otro lado ella después de dormir gran parte del día comenzó a preparar su equipaje para su viaje por año nuevo, no pensaba quedarse más de lo necesario por qué conocía a su madre y sabía que un día de más la terminaría llevando a la iglesia o al registro civil para casarla con según ella “Un buen pretendiente”, bueno tal vez no tan extremo como eso pero si la seguiría agobiando con ello.

-Me pregunto ¿Por qué se le metió esa idea a la cabeza? Hasta hace unos meses no le preocupaba si tenía pareja y ni hablar de sí tendría hijos- se cuestionaba la albina mirando el techo de su habitación.
-Tal vez quiera nietos- escucho una voz muy conocida desde la puerta.
-¡Oh! Mi conciencia me ha hablado- dijo divertida- ah y aunque quisiera no veo el apuro tengo veintiún años y según ella tiene cuarenta no es muy pronto para pensar en nietos o yo en hijos ¿No lo crees conciencia?
-Bueno eso depende de la perspectiva de cada uno- respondió entrando en la habitación.
-Y dime Natsume ¿Tú a qué edad tendrías hijos? O ¿Cuántos? Si los quieres tener claro está- pregunto girando para quedar boca abajo y darle espacio al peli-naranja para que se sentara en su cama.
-¿Yo?- cuestiono sorprendido a la par que se sentaba en una esquina de la cama.
-Sí, eres el único llamado Natsume en esta habitación y además el único que conozco- respondió divertida.
-Ah bueno, creo después de los veinticinco estaría bien- contesto algo dudoso.
-Esa es una buena edad y ¿Cuántos serán? O ¿Solo uno? ¿Niño o niña?- preguntaba con curiosidad.
-Me gustaría un niño y una niña- respondió finalmente después de pensarlo un rato.
-Eso suena bien, pero analizando tú genética no me sorprendería que tuvieras trillizos o mellizos- comento volviendo su mirada al techo- bueno en ustedes tres sería más probable- dijo haciendo referencia a Tsubaki y Azusa- que con el resto de tus hermanos, pero igual alguno de ellos podría llegar a tenerlos.
-¿Y qué hay de ti?
-Si te soy sincera no estoy muy segura, casi nunca pienso en eso, así que no se si para comenzar quiero tener hijos, al igual que tampoco estoy segura de si sería una buena madre, la mía es una modelo un poco… extraña- decía pensativa- tampoco es como si ella estuviera la mayor parte de mi infancia por lo tanto no sabría cómo cuidar o criar a un niño y tampoco quiero que mis hijos estén siempre con niñeras o tutores como yo.

Aquellas declaraciones tomaron por sorpresa al mayor que no creía que ella, quien siempre estaba llena de confianza ahora se viera tan insegura.

-Yo pienso que serías una buena madre, muy extraña es verdad y tal vez un poco alocada pero una buena madre y ejemplo, pero por favor si tienes hijos trata de no quedarte dormida a cada segundo, para evitar que quemes su leche o comida- bromeo haciendo que su semblante serio cambiara por una sonrisa alegre.
-Tranquilo hare que el padre se encargue de la preparación de su comida- decía reincorporándose para quedar sentada- pero de todas maneras ¿Por qué estamos hablando de bebes?- cuestiono sin borrar su sonrisa.
-Tú empezaste hablando ello- refuto él igual de divertido.
-Bueno yo hablaba con mi conciencia hasta que me respondió, así que seguí preguntando ¿Pero dime conciencia a que has venido a buscarme?
-Ah cierto, Ukyo me mando a buscarte ya es hora de cenar- contesto levantándose de la cama seguido por la modelo.
-Que bueno, muero de hambre.

La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora