La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)

Encuentro Inesperado 1/2

-¡Maldición! ¿Y ahora donde estoy? - se cuestionaba la joven de cabellos blancos mientras miraba el pedazo de papel que tenia en su mano el cual indicaba la dirección de su nuevo alojamiento.

Antes que pudiera darse cuenta el viento le había arrebatado el papel de su mano, sin pensarlo dos veces empezó a correr detrás de la hoja, después de todo sin ella estaría aún más pérdida.

Para su suerte el papel dejó de volar después de correr un largo tramo para su desgracia se quedó atorado en una rama del un árbol algo alto aún para ella, se quedó mirando la hoja un rato hasta que se le ocurrió una solución para bajarlo.

Mientras todo eso pasaba un hombre alto de cabello rubio y vestido con un traje negro y camisa roja salía del supermercado con una bolsa en ambas manos, mientras estaba regresando a su hogar para hacer la comida se topa con una maleta de viaje lila oscura al costado de un gran árbol, la curiosidad fue más fuerte y se acercó para ver si tenía alguna identificación en caso que se le allá perdido a alguien y lo esté buscando, en el momento que estuvo cerca de la maleta escucha un ruido proveniente de la parte de arriba del árbol antes de que pudiera ver en esa dirección y reaccionar ya se encontraba tumbado en el piso.

-¿Qué hago? Ya lo maté ¿A quien llamo? ¿A la ambulancia? ¿Tal vez a la morgue? O ¿Quizás a la policía? ¿Y si me arrestan? ¿Qué dire? ¿Que hare? Apenas llegue ayer y ya ire a la carcel- todas estas preguntas y más se hacía la joven mientras caminaba en círculo alrededor del hombre que se encontraba aún en el suelo.
-¿Qué pasó?- preguntó el hombre mientras se empezaba a sentar con una mano en la cabeza.
-¿Estas bien?- dijo la joven mientras se inclinaba para ponerse a su altura y muy cerca de su rostro para cerciorarse que estaba bien.
-¿Eh? Si, si, estoy bien- contestó sobresaltandose un poco por la repentina cercanía de aquella joven provocando un ligero sonrojo en el hombre.
-Que bien pensé que te había dejando en coma o incluso matado nunca se sabe- dijo la joven más tranquila al ver que el hombre al que le había caído encima se encontraba bien.

El hombre río ante aquel pensamiento después de todo no es que le haya pasado nada grave por lo que le dice:

-Tranquila no fue nada serio. Pero ¿Qué fue lo que pasó?, no estoy muy seguro de saberlo- terminó diciendo mientras se reincorporaba y tomaba sus bolsas que se había caído junto con él provocando que lo de adentro se dispersara.
-Le ayudo- dijo la joven mientras recogía algunas de las cosas- y lo que pasó fue que aterrice sin querer encima suyo cuando me bajaba del árbol.
-Puedo preguntar ¿Qué hacía ahí arriba?.
-Bueno ya lo hizo- dijo la joven mientras sonreía para luego responder- y a su pregunta es que el viento se llevó el papel donde tenía anotada la dirección a la cual me dirijo y terminó atorada en la copa del árbol, y no tuve otra opción que treparlo para bajar el papel, ya cuando me disponía a bajar no me fijé si había alguien ahí y simplemente salte ya fue tarde cuando me di cuenta que se encontraba ahí- terminó diciendo algo avergonzada mientras le daba su bolsa a aquel hombre de ojos azules.
-Entiendo entonces ¿Lo has conseguido o me lleve un golpe sin razón?- dijo con gracia y con una sonrisa en sus labios sin duda alguna aquella joven le resultaba muy extraña y no sólo era por el echo de a ver trepado un árbol para recuperar una dirección si no que algo en ella se sentía diferente tal vez esos ojos azules con reflejos lilas que lo miraban fijamente.

Ella río ante aquella pregunta antes de responder:

-Si lo recupere tranquilo lo tengo justo aca- terminó diciendo mientras mostraba un pedazo de papel con una gran sonrisa provocando un sonrojo del rubio- En fin me alegra que no te haya lastimado, me gustaría seguir hablando pero por lo que puedo ver te estoy retrasando con tus labores y yo aún tengo que llegar a mi destino así que hasta luego quizás nos volveremos a ver si así lo desea el destino- dijo esto último ya agitando las mano y sonriendo sin darle ya tiempo de decir nada al hombre.

El quedó con la palabra en la boca y con ganas de saber al menos su nombre lo único que pudo hacer fue mirar la figura de aquella joven alejarse.