La Huésped de los Asahina. (Brother Conflict)

Paseando por el acuario.

-¿Cómo es que siempre término haciendo el trabajo de otros?- se preguntaba la modelo leyendo unas parpituras.
-Será porque eres demasiado amable- le respondió el peli-negro.
-Hikaru siempre me dice lo mismo- sonrió divertida- por cierto lamento tener que desviarnos de nuestro paseo ¿Estas molesto?
-No- negó con la cabeza- al contrario podré escucharte tocar así que este desvío valdrá la pena, además estábamos buscando una cafetería de todos modos.
-Señorita Ferrec ya es hora- le llamó un joven de cabello castaño largo el cual le cubría uno de sus ojos color cafe, iba vestido de negro y llevaba un violín en la mano.
-Sólo llámame Alessia, después de todo ya somos lo suficientemente cercanos como tocar un dueto juntos ¿No crees Haru?- sonrió- sin mencionar que no deberías hablarme con tanta formalidad tenemos la misma edad después de todo.
-Sin duda y nuevamente gracias por aceptar acompañarme.

La modelo se alejo de Azusa agitando su mano en señal de despedida y subió al escenario junto al joven.

Bueno para comprender en que se ha metido Alessia retrocederemos unas cuantas hora para ser exacto hasta el momento que llegaron al acuario.

Llegaron al lugar en autobús después de haber llegado a la ciudad en tren, pues la albina quería subirse en uno ya que desde que llegó se la paso viajando en auto y aun no había tenido la oportunidad de ir en tren ni en autobús por lo que le pidió a Azusa para ir al acuario de esa forma y él no pudo rechazarlo por mas que no quería que se esforzará tanto por su reciente recuperación.

-El lugar es enorme- decía la modelo saliendo de vehículo.
-Lo abrieron hace unas semanas por eso sorteaban las entradas- explicó el peli-negro.
-Hace tiempo que no venía a uno.
-¿Así? ¿Hace cuánto?
-Déjame pensar- hizo una pausa mientras avanzaban- si tengo veinte años, empece a vivir sola a quince y viaje a América a los doce, por lo que la ultima vez que fui fue a los catorce cuando mis padres me dijeron que iban a divorciarse, así que serian seis o casi siete años.
-Entonces esto debe traerte malos recuerdos- dijo algo desanimado.
-Oh no, para nada, a decir verdad es uno de recuerdos que más atesoro- negó ella con una sonrisa nostálgica- si bien mis padres siempre fueron atentos conmigo, nunca soliamos pasar mucho tiempo juntos, tampoco los veía muy seguido a causa de sus trabajos por lo que aprecié ese gesto de ellos de apartar un día completo para estar conmigo y darme la noticia.
-¿Te divertiste mucho ese día?
-Así es- respondió con una brillante sonrisa.

Ya en la entrada el mayor entregó las boletas, para luego proceder a entrar.

-Este lugar es enorme y muy hermoso- decía mientras admiraba en interior- ven vamos Azusa quiero ver todo el lugar- tomó la mano del mecionando estirandolo hacia adentro.

El peli-negro sólo la dejo ser y le siguió dócilmente.

Estuvieron recorriendo el lugar por un largo rato entrando en diferentes partes sin dejar pasar nada.